Daddy? {Adam Driver}

Preguntas

Después de un desayuno muy silencioso, Adam y yo nos encontramos en su recámara, acostados.
Me está haciendo un masaje en mis pies y a la vez dejando besos en el arco de este, provocándome pequeñas cosquillas.

—Vamos hacernos preguntas, Adam. Estoy aburrida—. Hago puchero y pongo mis pies en su cara, haciéndolo sonreír.

—Está bien. ¿Qué quieres saber?

Trato de elegir una de las miles de preguntas que quiero hacerle, la mayoría son de la infiel de su esposa, otras cuantas de su infancia y calientes. Me decido por la última opción.

—¿Cuál es tu posición sexual favorita?

Adam se queda pesando por miles de horas y después se encoge de hombros.

—Las normales, supongo. Yo arriba o la mujer arriba de mi. ¿Y la tuya?

Ruedo los ojos al oír su aburrida respuesta, no es que yo tenga muchas experiencias pero si hay muchas que quiero probar.

—Todas las que tengan que ver contigo dentro de mi.—Suelto sin más, haciendo a Adam jadear exageradamente de horror, supongo que aún no se acostumbra a que sea tan directa, me río por eso y agradecida por mi increíble flexibilidad, llevo una de mis piernas hasta mi rostro.— Podemos intentar cualquier posición mientras tu hermoso pene martillea en mi.

—Por Dios mujer, ya deja de decir esas cosas.—Me regaña Adam mientras veo cómo lleva una de sus manos a su pecho dramáticamente. Suelto unas risitas al darme cuenta de que está bromeando.

—Tú cállate, anciano.—Bromeo, ya que Adam no tiene ni una pizca de anciano. Me levanto para subirme encima de él mientras él automáticamente posa sus manos en mis caderas.— Ahora pregúntame algo.

Adam se queda pensativo buscando una pregunta mientras hace pequeños círculos con sus pulgares en mi piel.

—¿Qué es lo que más te gusta de mí?

Esa pregunta me deja sin respuesta. La verdad es que no sé qué es lo que más me gusta. Todo de él me gusta, pero lo primero que se me viene a la mente es su rostro. Como quisiera poder besarle, morderle...

—Tú rostro me encanta. Eres realmente guapo.— Respondo mirándole a los ojos y sin quedarme con las ganas, empezó a darle pequeños besitos por todo su rostro hasta llegar a sus labios y profundizar el beso. Adam no se queda atrás y dirige una de sus manos a mi nuca para juntarme más hacia a él. —¿Y a ti? ¿Qué es lo que más te gusta?—Susurro sobre sus labios mientras mis manos traviesas acarician sus enormes brazos.

—Sería muy cliché decir que todo.—Me dice entre besos y yo ya me imagino con vestido de novia.—Pero me gustan mucho tus ojos y tú cabello, de verdad, ¿qué es lo que te pones? ¿Es real?

Su última pregunta hace que me separe con brusquedad, ofendida, hago mi cabello hacia atrás. Mi cabello es de las cosas más preciadas para mi, cada dos veces al mes me hago un tratamiento casero y natural con la señora Juanita para que esté largo y reluciente, ella realmente estaría muy molesta al escuchar el muy grosero comentario de Adam.

—Eres un idiota. Este cabello es como el de Regina George. Primero muerta lo cortaría. Es algo muy importante para mi.

Adam se ríe, ¿qué este pendejo cree que estoy bromeando?

—Tranquila, tigresa. Me encanta.— Adam empieza a pasar sus dedos desde la raíz hasta las puntas  y dándome un mensaje en el cuero cabelludo. Automáticamente me relajo y me dejo caer boca abajo al lado de él. Adam no desaprovecha la oportunidad y se sube encima mío y empieza hacerme lo que creo que es una trenza.

Al terminar de esta, tira lentamente de ella y lo que antes era tranquilidad, se convierte en una chispa dentro de mi. Lo miro de reojo sobre mi hombro y parece pensar lo mismo que yo, pues empieza a repartir besos por la parte trasera de mi cabello. Oh Dios.

Hola, personitas. Perdón por la tardanza, la verdad en está cuarentena me ha ido mal y como a veces escribo desde el celular, es algo difícil.

También no me dan ganas de seguirle, chicos, sino veo interés por ustedes. Así que por favor, si les gusta, voten y comenten. Prometo que estaré más activa.

Espero que se encuentren bien, les quiero pendejos ❤️