Capítulo 6. ¿Qué está pasando?

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Desperté relativamente temprano, el hecho de que fuera villana no significaba que no debía trabajar. Debía ganarme la vida de algún modo, robar no era siempre lo más "divertido".

Suspiré y comencé a pensar en lo poco que recordaba de ayer. Mis mejillas se tornaron algo rojizas al tener un pequeño recuerdo del Joker tomándome en brazos y dejándome en mi cama. ¿Cómo sabía mi dirección exacta? Bueno, es el Joker. Sabe todo.

Además, la noche anterior habian pasado cosas muy normales. Fué una fiesta común, y luego la escena de los columpios.. Uff, parecía una película.

Mientras me cepillaba los dientes con mi pasta dental favorita, me alarmé. No  sabía a que hora debía ir con el Joker, no estableció ninguna hora, solo el lugar.

A medida que me abrochaba la blusa blanca, me miré por el espejo. Me sentía confiada, no entendía el por qué; pero ese sentimiento no me disgustaba para nada.

Salí de mi departamento con un bolso colgando de uno de mis hombros. Ahí tenía mi ropa de villana, los maquillajes y el tinte. Presioné el botón del ascensor y esperé. Cuando me subí, un hombre corrió antes de que las puertas se cerraran. Se veía de una estatura regular, calculo unos 1,73cm, y era MUY delgado. Tenia unos ojos azulados muy claros y cabello castaño algo largo.

- Buenos días.- Lo saludé con una pequeña sonrisa. El ser villana no me quitaba educación, me habían criado bien.

Este sonrió muy levemente y me observó con sus ojos azulados, era muy lindo el color, debía admitirlo. Aquel hombre tampoco estaba nada mal.

El ascensor llegó al primer piso y el hombre de cabello castaño me dió la pasada en un gesto de caballerosidad, indicando que podía irme primero.

- Gracias, nos vemos.- Le sonreí y caminé hacia la salida del edificio, escuchando como mis pisadas resonaban en el suelo.

A medida que caminaba por la calle, un hombre pasó a mi lado y pasó su mano por mi trasero, apretandolo y manoseandolo de manera muy rápida y repugnante. Me volteé con rapidez y lo miré completamente indignada y humillada.

- ¡Ese hombre tocó mi trasero! - Apunté al nombrado con el dedo índice, y esperé a que las personas hicieran al menos algo. Nadie se inmutó, me escucharon pero solo me ignoraron.

Mordí uno de mis labios con enfado, aún más humillada, y seguí caminando en dirección a la estación de policía. Me senté en una de las bancas de espera, y me levanté cuando un oficial me dió la señal de que podía atenderme.

- Muy buenos días, cuenteme. ¿Tiene algun problema? ¿Alguna demanda que hacer? - El oficial de policía me invitó a tomar asiento en aquella oficina.

- Sí. Iba caminando por la calle, y un hombre comenzó a manosearme. Me tocó el trasero, oficial, y de una manera sumamente asquerosa.-

- ¿Tiene pruebas? - El hombre levantó una ceja y apoyó su mentón en sus manos.

Alcé ambas cejas de manera sorprendida, y reí muy levemente de manera fingida e indignada. - ¿Necesita pruebas? ¡Ese imbécil abusó de mí! - Me defendí.

- Señorita, déjeme decirle que éste no es el único caso que tenemos así. Gotham jamás ha sido y jamás será un lugar tranquilo y pacífico. Estoy ocupado con cosas más importantes, tales como casos de terribles asesinatos por el Joker, y por esa nueva villana. Tengo una lista completa, mejor vaya a otro lado. Este lugar es para casos importantes.- Recalcó subiendo su tono de voz en la última palabra. Me entregó mi bolso con una mano y esperó a que me fuera.

Apreté mis puños con completo odio y le arrebaté con fuerza el bolso de las manos. Este cayó al suelo y se abrió, dejando ver mi ropa de villana y sobre todo las armas. Un revólver, pistolas, granadas y cuchiillos. Muchos cuchillos.  El oficial me miró de manera inmediata y se abalanzó hacia mí para poder ponerme un par de esposas y arrestarme.

Comenzando a desesperarme, le pegué una patada en la entrepierna y lo empujé hacia la punta del escritorio para que se pegara en la espalda también. Recogí mis cosas con suma rápidez y salí corriendo de la estación de policía. Muchas personas me quedaron viendo por como corría, parecía que iba en el primer lugar de una maratón.

Podía escuchar las sirenas policiacas y unas pisadas siguiendome casi a mi velocidad. Recordé al Joker y corrí hacia nuestra punto de encuentro establecido por él en la tarjeta. Al estar lloviendo, resbalé por los tacones altos y caí al suelo con fuerza.

- ¡Hasta aquí llegaste mal nacida! -

- ¡Ya entregate! -

Exclamaron los oficiales de policía apuntándome y cubriéndose detras de sus vehículos.

- Mierda... Vaya día.- Murmuré entre suspiros, intentando procesar todo lo que había pasado.

En medio de la nada, escuché un enorme ruido y ví como una explosión surgía casi rozando a los policías. Fruncí el ceño extrañada, cubriendome con los brazos en un gesto de reflejo al sentir la enorme ola de calor. Me daba la sensación de que mi piel se derretiría.

- ¡Maldito payaso sabemos que eres tú! - Fueron las últimas palabras de los oficiales antes de ser consumidos por el fuego. Un segundo después de que ellos hablaran, no me dió ni tiempo para pensar de que podia ser obra del Joker. Sentí una cálida mano tomar mi cintura con delicadeza, y otra sujetando mi mano derecha.

Desvié mi mirada para ver quien era mi Salvador. Al verlo, mis ojos parecían casi iluminados. Aquel cabello verdoso, maquillaje de payaso, ropas moradas, cicatrices y rostro perfecto. Sin duda era él, el hombre de mis sueños.

Una vez que el Joker me ayudó a levantarme, corrió a mi lado y nos logramos alejar lo suficiente de todo.

- Esta hecho. Ahora quiero que asesinen a todos los policías que la vieron sin su disfraz. Sino, ya saben que les pasará. Tendrán cicatrices peores que las mías, y saben que no miento.-El villano sacó un woki toki de su abrigo morado y le dió instrucciones a sus secuaces, quienes se habian encargado de las granadas.

- Como me encontraste...- Dije cansada, apoyandome en una pared de cemento. Me había olvidado de que el Joker podía observar perfectamente mi rostro.

- Cuando no llegaste me empecé a preocupar, y mis secuaces y yo te buscamos por todo Gotham.- Me sonrió entre jadeos de cansancio por correr sin detenernos.

Al recordard e que no tenía maquillaje ni el traje, bajé la mirada y suspiré de manera decepcionada. Me avergonzada mostrar quien y como era en realidad.

- Como pudiste saber que era yo. No traigo maquillaje.- Dije en voz baja mirándolo.

- Podría reconocer aquel rostro en donde fuera. Con o sin maquillaje, con o sin luz. Como fuera. - Habló acercándose más a mi rostro de manera juguetona. Se notaba que no me iba a besar, pero decidí quedarme a esa tan corta distancia que podía sentir su fresco aliento a lo lejos. Tenía una mejor vista de sus castaños ojos, piel perfecta, cicatrices y labios carnosos.

- Veo que me estás engañando.- Escuché una voz algo conocida. No era del todo grave, pero se podía reconocer que era masculina. Me di la vuelta y ví a un hombre de estatura promedio, ojos azules, un traje rojo con un chaleco amarillo y una camisa verde. Tenía el cabello verdoso como el Joker, pero de un tono más diferente. Su rostro estaba pintando con azul y rojo, y fumaba un cigarrillo mientras sonreía de manera burlona.

Cuando el Joker lo vió, pareció como se sus ojos se hubieran iluminado. Sonrió y se acercó al hombre de traje rojo y maquillaje payaso.

- ¡Arthur! - Exclamó el de abrigo morado y cicatrices.

- ¿Arthur...? -

Dos Villanos en Gotham~ JOKER Y TÚ (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora