VI
¿Qué tengo aquí? Que lindo es, es un tesoro que descubrí, es muy simple decir que no hay más que pedir.
-La Sirenita.
Magnus se había quedado dormido apenas montaron su campamento improvisado en una pradera.
Esperaba que el sonido de la laguna fuese suficiente para tener un sueño placentero, pero el sueño le fue arrebatado en la madrugada.
Observó a Alexander que dormitaba a poca distancia, Magnus sonrió, Alexander dormía exactamente como esperaba, como todo un rey.
De nuevo se encontró con la sensación de ya haberlo conocido, pero quizás era por este extraño mundo y lo que provocaba en él.
Se permitió maravillarse con lo que había visto, ¡había conocido a Jasmín!. Y que eso fuera lo menos demente que había pasado decía mucho sobre su estadía en este nuevo lugar. Suspiró, deseando darle un nombre, se reprendió mentalmente, esto era un sueño. No podía permitir conectar con el lugar, menos con las personas en especial Alexander.
Estuvo a punto de caer dormido de nuevo cuando escuchó un chapoteo, de repente el viento ya no soplona y todo era silencio, ni siquiera escuchaba los leves ronquidos de Alexander. Se levantó sintiéndose observado.
El chapoteo se volvió más fuerte indicando a Magnus el lugar exacto al cual acercarse.
El sonido provenía de unas plantas, de hecho, detrás de ellas. Se acercó tanto que casi cae al lago, apartó las plantas y...
Todo cambió, de repente estaba mucho más cerca del suelo, sus manos eran más pequeñas al igual que todo su cuerpo.
Soltó un grito al ver que no solo el había cambiado. Ahora era de día, el sol iluminaba la hermosa laguna donde los lirios ya florecido flotaban con gracia, el agua no estaba sucia, de hecho era tan clara que podía ver cada pez colorido.
Observó sus ropajes, eran similares a los que llevaba antes de "encogerse", pero eran más coloridos, perfectos para un niño.
-¿Magno? - Preguntó una pequeña voz.
Se sorprendió al ver que no estaba solo. Había un niño de unos cinco a seis años frente a él y a su lado estaba ¡una sirena!. Su melena roja aún se encontraba húmeda por haber estado sumergida, sonreía mientras el pequeño le decía cosas que Magnus no entendía, pues ahora estaba concentrado en los ojos del pequeño y en su cabello negro que resultaban tan familiares.
Se acercó con su pequeño cuerpo, que ahora comprendía se trataba del de un niño.
-¿Sí? - Ocultó su asombro al escuchar la voz de un niño.
-¿No es hermosa la reina? -Preguntó el chico de ojos azules.
-¡oh, que adorable par de niños! -Dijo la sirena. Magnus sabía bien de quién se trataba, pero aparentemente en este cuerpo eso no era lo importante, era como si ese tipo de cosas sucedieran día con día.
-Es un gusto conocerla, Alteza. - Hizo una reverencia.
-Cariño, dime Ariel.
Magnus se sonrojó. ¡Ariel le estaba llamando cariño!
-¡Mira lo que me dio Ariel! -Gritó el niño, entusiasmado se acercó a él abriendo sus manos.
Un enorme caracol purpura brillaba en sus manos.
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Cuentos De Hadas Para Niños Grandes (Malec)
FanficLa vida de Magnus era perfecta hasta que una noche perdió una parte de su luz. Una parte de él murió con ella. Pero no todo es pena y dolor, porque Magnus debe aprender a apoyarse en los sentimientos positivos para salir de un mundo que, aunque con...