2. Érase una vez...

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II

El pasado puede doler. Pero como yo lo veo, puedes huir de él o aprender de él.

-Walt Disney.



15 años más tarde.

-Volveré pronto, cariño.

-¿Lo prometes? -Dijo el pequeño Magnus tomando la mano de su madre con fuerza.

-Claro, Mags. Siempre lo hago.

Magnus la miró haciendo pucheros. Para Marguerite era difícil dejarlo, pero era su deber.

-Cariño, sabes que ellos me necesitan.

-¿Quién me cuidará si te vas?

-Tu padre, lo sabes, Mags. Él siempre cuidará de ti.

Magnus asintió y le dio un beso en la mejilla. -Vuelve pronto. Te amo, mami.

-Yo te amo más, cariño. Con todo mi corazón y mi alma.

Marguerite sonrió hacia él y salió de la habitación.

De pronto el pequeño Magnus no estaba en su habitación, estaba en el hospital donde trabajaba su mami. No entendía nada de lo que estaba pasando. Su padre hablaba con el doctor mientras parecía llorar, quizás su papá lloraba porque mami aún no salía de trabajar y la extrañaba mucho, tanto como Magnus.

El padre y el doctor se acercaron a él. El pequeño Magnus junto sus manitas, listo para escucharlos.

Taking my message from the veins. Speaking my lesson from the brain. Seeing the beauty through the...You made me a, you made me a believer, believer. Pain, pain. You break me down....

Magnus tomó su celular con furia. ¿Quién osaba despertarlo tan temprano?

-¿Umm?

-¿Estás dormido? -Preguntó la suave voz del otro lado de la línea.

-Claro que no, Cat, a esta hora estoy haciendo mis ejercicios de Yoga. Ya sabes, soy una persona madrugadora. -Dijo Magnus con notable molestia.

-Ja... Que gracioso. Pero no es de madrugada, idiota. Es la una de la tarde.

Magnus abrió los ojos por fin, dándose cuenta de que, sin duda, era tarde ya. Lo bueno es que era fin de semana.

-¡Vaya! Gracias por llamar, pero no necesito despertador.

-Vaya que andas graciosito.

Magnus se tocó el puente de la nariz e inspiró para calmarse. Los sueños con su madre se habían vuelto constantes y eso lo ponían de muy mal humor.

-Lo siento. Mi lindo gato.

-¡Magnus!

-Vale, lo siento. ¿A qué debo el honor de tu llamada?

-Sólo pasaba a recordarte que debes ir hoy a la casa de los Lightwood.

Magnus estaba a punto de preguntar quiénes eran, pero Catarina se adelantó.

-En serio que debo haber hecho algo malo en el pasado para pagarlo ahora contigo-Suspiró con fuerza-. El niño que cuidarás hoy, la familia Lightwood. La familia de mi amigo. ¿Recuerdas?

Magnus se dio un silencioso golpe en la frente al recordar que le había prometido a Cat cubrirla en su trabajo de niñera, puesto que ella tenía algún trabajo que hacer.

Cuentos De Hadas Para Niños Grandes (Malec) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora