✦◦•●◉✿Don't call me crazy You love me but you won't come save me You got a wife and kids, you see them daily Don't know why you even need me✿◉●•◦✦
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–Quiero verlo ahora– le dijo al profesor por teléfono.
–No lo sé JiSunggie... No estoy solo hoy– el profesor se oía ido, probablemente se estaba drogando.
–¿Sabe? Puedo tomar más dinero y comprar algo para usted... Los LSD parecen estar caros– escuchó una risa desde la otra línea.
–Que tierno eres, quieres comprar droga para tu profesor– escuchó como el mayor volvía a inhalar algún tipo de sustancia que el no conocía– Bebé... Ven en dos horas, estaré solo, y te necesito aquí.
–Claro que si profesor, allí estaré.
JiSung se bañó, se maquillo de forma más notoria a la normal, provocativo, sexy... Él era mejor y más joven que la novia de su profesor e iba a demostrárselo.
Se escapó de su lujosa casa, mientras oía como sus padres discutían una vez más, y el tema siempre era él.
Caminó casi corriendo, con los ojos aguados. Su profesor iba a hacerlo sentir mejor, él lo sabía.
Se quedó parado en la esquina, mientras veía como de la casa de su amante salía una mujer con un niño en brazos, no más de tres años. También salió su profesor, abrió la puerta del auto para que su novia pueda subirse... Ahora no sabía si realmente era solo su novia.
–Adiós cariño, avísame cuando lleguen– MinHo le dió un ferviente beso en los labios a la mujer, quien le sonrió.
El auto arrancó y MinHo se lo quedó observando, luego entró a su casa con la misma cara de serio que usualmente tenía. Menos cuando lo veía a JiSung... Y al parecer, a su esposa también.
Se atrevió a tocar la puerta.
–Hannie... Pasa ¿Qué haces aquí?– sujetó bruscamente del abrigo al menor y lo entró a su casa.
–Usted me llamó, señor– sonrió, pero su profesor seguía serio.
–Mierda, no lo recuerdo, sigo un poco drogado.
Eso le producía cierta decepción.
–Profesor...– Lentamente se quitó su abrigo, dejándolo caer– Lo extraño mucho, profesor Lee...
El mayor lo examinó. Traía unas medias hasta sus rodillas, un hermoso short a cuadros que se ajustaba perfecto a sus caderas, y una camisa blanca.
Sin decir nada tomó la cintura del menor con posesión.
–Esa mujer, y el niño... Es su esposa e hijo ¿Verdad?– preguntó cerca de los labios de su profesor.
–No hablemos de ellos ahora... Te necesito de rodillas, Hannie.
Lo guío entre besos al sofá, el mayor se sentó y JiSung solo hizo lo pedido, se arrodilló.
–¿Porqué me necesita tanto si está casado?
MinHo lo observó, hasta parecía fastidiado, pero su mirada rápidamente cambio a una cálida y amorosa.
–Yo solo te amo a ti, bebé.
JiSung no quería pensar que le decía lo mismo a su esposa, porque sabía que eso no le haría bien, solo sonrió y bajó la bragueta del pantalón de su amante.
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Manos grandes y pequeñas tocando por todas partes. Sudor, cabellos enredados y gritos de lujuria era lo único que se oía en la casa.
–Oh, si bebé... Salta para tu profesor, conejito– mordió su labio inferior. La entrada de JiSung tragaba por completo el falo de su profesor.
El menor gemía fuerte y apretaba los cabellos de la nuca del mayor.
–¡Oh! Si profesor, me llena tanto... Toqueme, por favor... Toqueme.
El mayor no aguantó, comenzó a masturbarlo con una mano mientras que con la otra golpeaba fuertemente su mejilla trasera izquierda.
–Profesor... Dígame qué soy su bebé... Oh... Dígame qué soy un buen chico profesor... ¡Dios! ¡Si, duro!
Lo embistió rudamente desde abajo, mientras lo ahorcaba y apretaba fuertemente su cintura contra él.
–Mi buen niño... Oh, mi bebé, no hay nadie tan caliente como tú– besaba su cuello salvajemente– No te corras todavía, aún me falta un poco.
–Profesor Lee, por favor– rogaba con lágrimas en los ojos, no iba a poder aguantarse mucho tiempo más.
–Me vuelves loco bebé– mordió su labio inferior cuando sintió a JiSung apretar sus paredes alrededor de su miembro– Si, aprietame cariño... Joder, voy a venirme dentro JiSunggie... Te llenare de bebés mi amor.
–¡Oh, si! ¡Más profesor! Dentro mío... Véngase dentro mío, por favor.
Y así lo hizo.
No se preocupaban por usar condón, les gustaba hacerlo así, así que el semen del mayor escurría en la entrada de su estudiante.
–Lo amo, profesor– susurró contra sus labios, luego del clímax.
–Mi hermoso bebé JiSunggie, eres lo más importante que tengo.
