Capítulo 6

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Claro que no era tan fácil salir de ahí. Hades y yo le dimos a Afrodita un curso exprés en encantamientos para poder regresar al hotel sin que las personas nos atacaran, saltaran de puentes o algo igualmente loco. Entendió más rápido que yo, pero no estaba sorprendida. Me tenía para enseñarle.

Hades me enseñó a controlar mi magia con conjeturas y paciencia. Él no tenía magia, y mi magia no era lo suficientemente fuerte para funcionar en él; además, las almas en el Inframundo eran inmunes, así que era doblemente difícil decir si estaba haciendo algo bien. Me había tomado meses encontrar una pizca de control. Era increíble que hubiera aprendido a controlarlo. Afrodita no tendría ese problema. Sabía cómo funcionaba ahora y cómo comunicarlo en una forma que tuviera sentido.

Eso parecía terriblemente conveniente. No solo Hades y yo habíamos encontrado a Afrodita, sino que éramos las únicas personas que podían enseñarle a controlar sus poderes. Un vistazo a Hades me dijo que se estaba preocupando por la misma cosa. ¿Zeus había querido que la encontráramos? ¿Podría ella estar cooperando con él sin saberlo?

Cuando finalmente llegamos al hotel, el sol matutino acababa de iluminar el horizonte. Hades abrió la puerta y bostezó.

-Va a necesitar ropa de verdad. No podemos mantenerla protegida así para siempre. Es un gasto de poder.

-¿Ropa de verdad? -preguntó Afrodita.

Le sonreí a Hades para mostrar que había notado su mirada cuando la espuma de mar no la cortó. Pensé en los extraños cambios de ropa que Cassandra había empacado y suspiré.

-No te preocupes, Afrodita. Tengo algo de ropa. -Comencé a cerrar la puerta, pero Hades la tomó con su mano. Le dirigí una mirada confusa.

-No te voy a dejar sola con ella.

Me encogí de hombros y lo dejé entrar. Rebusqué en mi bolsa, demasiado cansada como para preocuparme en lo que me pondría para dormir. Le lancé un camisón verde de seda a Afrodita.

Cuando ella desapareció en el baño y cerró la puerta detrás de sí, Hades se volvió hacia mí.

-¿Estás bien? No has dicho mucho desde que...

-¿Me puse como loca? -Solté una risa amarga-. Lo superaré.

Sentí una descarga de poder cuando Hades soltó un escudo a nuestro alrededor y sabía que Afrodita no podía escucharnos.

-¿Qué vamos a hacer con ella? -preguntó.

-No quería que Poseidón supiera que no podía matarla. Hades asintió.

-Desde luego, pero ahora...

-Tenemos que protegerla. Necesita aprender cómo andar en este mundo y a controlar sus poderes. Somos las únicas personas que pueden ayudarla.

-O eso es exactamente lo que Zeus quería. ¿Y si la envió al mundo para causar caos y mantenernos ocupados?

Hija de la tierra y el cielo (Perséfone 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora