VERSIÓN REESCRITA EN MI PERFIL (2022 VER.)
【 🍒 】
❝ ¡Sonikku!, ¿tendré que castigarte por tu mal comportamiento otra vez? ❞
¿Quién se atrevería a decir que un color semejado a la pureza como el rosado, podría llevar tanta maldad dentro?
Porque la vi...
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13 de febrero 2020
Aun seguían en el transcurso en tren, sin embargo la ciudad ya era próxima y no demorarían más de 10 minutos en llegar.
El cobalto iba escuchando música por sus audífonos cuando fue que recibe una llamada y una mirada extraña de todos los pasajeros, junto la infaltable risa de su acompañante, por tener de tono de llamada a Toad cantando Chandelier a todo volumen.
─ ¿H-hola? ─ contesta con una risa nerviosa aún sintiendo las miradas sobre el.
─ ¿Hola? ¿Es que acaso no puedo llamar a mi propio hijo? ─ Sonó al otro lado de la llamada la voz de la eriza con su mechón característico.
─ Jaja, claro que puedes; sólo que me ganaste una incomodidad en el tren por tener mi tono de llamada al la límite.
─ Ese es ti problema. Espera ¿Tren? ¿A donde viajas cariño?
─ Voy a llegando a la ciudad con Amy, vamos a ver a Tails y todos ellos.
Al ser mencionada por su pareja se dio la vuelta con una radiante sonrisa en su rostro con una cara claramente confundida.
─ ¿Amy? Oh, ¿Aun sigues con ella? ¿No que ella tenía ese- ─ Fue interrumpida rápidamente por su hijo mayor.
─ Si, sigo con ella y eso no es ningún inconveniente.
Se escucho por el altavoz la llegada a la estación para lograr descender del tren, al ver como todos se levantaban de sus asientos decidió terminar la llamada lo antes posible.
─ Oye, ya tengo que irme. Te hablo luego.
─ Está bien, te amo hijo.
─ Yo también te amo.
Dicha esta última frase apretó el botón de colgar y descendió hasta donde lo esperaba su novia.
─ ¿Con quien hablabas? ─ Soltó algo enojada.
─ W-wow. Oye Ames, ¿p-puedes calmarte porfavor?
─ ¿¡Quieres que me calme cuando a otra perdona le dices que la amas!? ¡Crei que era la única en tu vida!
─ ¡Amy! Calmate porfavor, sola era mi madre.
Soltó mientras intentaba calmarla agarrandola por los hombros, debido a los gritos, muchas personas se daban vuelta preguntándose que diablos pasa ahí.
─ Sueltame ahora ─Se retiró bruscamente del débil agarre.─ No te creo.
─ Ames, por favor. Mira.
Seguido esto le mostró la llamada de su teléfono; se veía la llamada de hace 3 minutos del contacto agendado como "¡Mami!" Junto a dos corazones.
─ Oof, esta bien. Solo te salvas esta vez. Ahora apuramos el paso que ya van a llegar los chicos por nosotros.
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