Elizaveta
Desde niña deseando ser mayor de edad para hacer lo que yo quiera. Cuando tenía 15 quería salir con mis amigos pero mi don padre no quería, no quiso y no quiere. Me tenía alejada de todo hombre, según él debía conservarme casta y pura. Siempre le hice caso porque nadie me interesaba.
Hasta que un día lluvioso, un hermoso hombre de 25 años llego a mi casa buscando trabajo, mi padre estaba indeciso pero al final lo puso a prueba. Ese día sentí un flechazo, sentí como todo mi cuerpo se revoluciono, mi mente y mi corazón se sincronizaron para suspirar y vivir eternamente enamorada de Abdías.
Nunca le interese, hice todo para llamar su atención. Más no me prestó atención. Me sentí celosa de como se llevaba con mi hermana, le regalaba de su tiempo y le ayudaba en lo que le pidiera. Conmigo era diferente me ignoraba y no entiendo el por qué.
Mientras pasaban los años, mis sentimientos hacia él se afianzaban y el era más distante. No sé nada sobre él, entienden no sé nada sobre el hombre que amo. Quiero saber pero él no me deja. Si me diera la oportunidad seriamos felices.
Aunque viéndolo de otro lado no creo que mi padre acepte nuestra relación, ya que no quiere que ningún chico me mire. Quizás el cree que seré una monja, ja,ja ni en mi peor pesadilla. Estoy decidida a introducirme en el mundo del sexo con la ayuda de Abdías, aunque él no lo sabe.
Pero que va, me rechazo. Intente ser coqueta y tentarlo, pero no se inmuto. Estoy creyendo en los rumores del pueblo, que dicen que es gay, el lo negó pero no me demostró lo contrario. Y no lo digo solo por mí, es que se ha negado a todas las mujeres que se le acercan pidiendo una noche desenfrenada.
Seamos lógicos ¿quien en su sano juicio y hombría rechazaría todas las propuesta indecentes de mujeres hermosas y deseosas de un revolcón? Solo un gay. Y dice un dicho popular que cuando el rio suena es porque agua lleva.
Ya me estoy cansando de ser la única virgen entre mis amigas, todas han perdido su virginidad y yo bien gracias. Durante estos cinco años que tengo conociendo a Abdias, he suspirado y soñado con que él es mi hombre perfecto.
Estoy por rendirme, yo no le provoco nada. Aunque creo que me odia. Si totalmente me odia; aunque pensándolo bien, del odio al amor hay una fina línea que los separa.
Miro mi reflejo en el espejo, doy vueltas y detenidamente me detallo. Qué hay de malo en mí. Mido 1,60 de estatura, tengo bonitas piernas, tengo trasero gracias a los genes de mi madre porque si fuera por mi padre, uff.
Sigo en mi análisis físico, un abdomen plano, mmm... mi busto no es que es grande pero tampoco es pequeño, diría que para mi están bien el tamaño. Llego a mi rostro y sonrió, tengo ojos verdes y mi pelo pelirrojo, no diré nada de mi nariz porque no me gusta.
Ashh pero si soy hermosa. ¿Qué rayos le pasa a ese estúpido?
Miro la hora y me doy cuenta que es muy tarde y mañana tengo un examen importantísimo de mi carrera, decoración de interiores, así que me preparo y me voy al cuarto de mi hermana.
Hace un tiempo que tengo miedo de dormir sola en mi habitación, desde unos meses para acá me han sucedido cosas extrañas. Que no quiero pensar en estos momentos en eso.
Se me pone la piel de gallina solo de pensar en todo lo que he sentido en ese cuarto en estos meses. Mi hermana no le gusta que duerma con ella, por eso espero que se duerma para acostarme a su lado.
Si pueden burlarse, pero si vivieran lo mínimo que he tenido que vivir me darían la razón. Es más armarían un escándalo, el día que supe que estaba detrás de todos mis miedos absurdos y de ese sentimiento de que algo andaba mal; desde ese día tome la decisión de dormir con mi hermana.
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EL REY PROMETIDO
WerewolfAbdías es un joven rudo, salvaje y sin ningún tipo de sentimientos. No conoce lo que es el amor o la compasión. Toda su vida se ha reducido a insultos y vejaciones que han consumido su corazón, sus ilusiones y han dejado un cuerpo vacio andante. E...