Dedicado a todo aquel que se intereso por la trama de esta historia, el que la disfruto y agrego a sus bibliotecas también dejando su voto. Gracias, todos los personajes del Rey prometido se despiden de ustedes.
Elizaveta
Hace unos días que volvimos de las Bahamas, no me podía creer que por fin mi sueño se había hecho realidad. Pero no todo es color de rosa, al parecer agarre un virus estomacal porque desde que llegue a Australia cada día me siento peor.
Desde que despierto es con las horribles nauseas que me envían corriendo a vomitar al baño, y ahí llega mi esposo a sostener mi cabello con sus ojos preocupados por mi salud. Cuando termino me pone en pie, le da a la palanca, me lleva al lavabo y me lava la cara. Aww es demasiado lindo, y ahí comienzan mis lágrimas. Últimamente estoy muy sensible lloro de cualquier cosa, ya no tengo que ver el titanic para llorar cualquier cosa me hace moquear.
Sigue en sus atenciones me ayuda a bañar, me seca y me carga de regreso a la cama y me viste. Sí, yo me dejo hacer porque el cansancio y el malestar no me dan deseos de hacer mucho.
- Mi amor deberíamos ir al hospital de la manada.- su voz preocupada me hincha el pecho de amor.
- Tranquilo, ya se me pasara es solo algo estomacal.- intento restarle importancia pero la realidad siento las plagas de Egipto sobre mí.
- Pero y si es algo mas...
- Tranquilo amor, ya verás que no.- lo interrumpo, no quiero que se preocupe de más.
- Está bien, pero si sigues sintiéndote mal te llevare aunque no quieras.
- Está bien.- rozo nuestros labios mientras el suspira, si por él fuera estaríamos hace días en un hospital pero a mí no me gustan esos lugares. Bueno a quien le gusta.
Una vez el estuvo listo bajamos a desayunar, discutí bastante con él para que fuera a su viaje a una manada en Alemania que estaba teniendo problemas. Al final acepto a regañadientes pero no estaba contento con esa decisión.
Así que estaba despidiéndome de él, solo serian tres días pero tres largos que cada segundo y nanosegundo lo extrañaría. ¿Por qué no voy con él?
Saben lo protectores que llegan a ser los lobos, el no me quería envuelta en los disturbios si fuera una visita de cortesía si podría ir.
- Mi amor, si te sientes mal no dudes en llamarme y estaré de regreso tu eres más importante.- Y escuchando esto ¿cómo no derretirse de amor? No soy una jodida piedra.
- Si, amor. Ya ve que te va a dejar el avión.- lo beso como si fuera la última vez, aunque sé que no será así.
La indecisión brilla en sus ojos, pero lo miro con mi ceja arqueada y al final va y se sube al avión.
***
He tenido dos días infernales ahora que Abdías no está a mi lado, ya me estoy preocupando porque no creo que sea normal que un virus dure tanto. Solo cuento los minutos para tenerlo junto a mí, se que el llegara mañana pero deseo tanto abrazarlo.
Estoy sentada en la cocina con mi madre con su rostro serio e impasible, regañándome para que vaya al hospital. Si hay algo que se le debe reconocer que es demasiado persistente para su bien.
- Mami, corta ahí tu rollo. No es nada solo es...
- No sabes que puede ser, no es normal. Un medico puede darte un diagnostico y un medicamento para contrarrestar esos síntomas.
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EL REY PROMETIDO
WerewolfAbdías es un joven rudo, salvaje y sin ningún tipo de sentimientos. No conoce lo que es el amor o la compasión. Toda su vida se ha reducido a insultos y vejaciones que han consumido su corazón, sus ilusiones y han dejado un cuerpo vacio andante. E...