Capitulo 21

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Siete meses después

Centennial park, nueva gales del sur

Solo unos pasos me separaban de mi amor, quien está perfectamente deslumbrante con su traje de novio esperándome en el altar improvisado en este hermoso parque. Voy caminando con mi vestido de novia blanco con encaje estilo princesa, sostenida por el brazo de mi padre quien orgulloso sonríe.

Estos meses han sido demasiado tensos y estresantes nunca imagine que armar una boda fuera tan demandante, tantos detalles que tener pendiente que de no ser por mi madre y la Wedding planner no estaríamos hoy casándonos en el mes y día que queríamos en el lugar de mis sueños.

Una vista al panorama me enorgullece todo lo que había en mi mente, como gran diseñadora que soy lo encuentro satisfactorio. Con los arboles que forman una especie de arco, lo utilizamos para formar como un túnel de flores de todos tipos y enredaderas colgado con algunas luces dando ese matiz que le hacía falta y despejando la oscuridad, si me estoy casando de noche. Queríamos que la luna sea testigo de nuestra unión.

Las sillas perfectamente puestas un gran número de asistentes, y es que a pesar que queríamos tener una ceremonia con pocos invitados era imposible porque estamos hablando del rey de los lobos.

Así que diríamos nuestros votos delante de un sin número de invitados.

Cuando por fin llego a los brazos de mi amado, mi padre le dirige unas palabras y palmea su hombro. Si no fuera porque soy yo la que me voy a casar con Abdías, diría que mi padre está más feliz que yo.

- Estas hermosa.- me susurra con orgullo.

Nuestras miradas se enganchan por largos segundos hasta que el padre comienza la ceremonia. Esos nervios que tenían agarrado mi vientre con ese nudo persistente, se aflojo justo en el mismo instante que delante de tantos testigo escuche sus palabras de amor dirigidas hacia mí y con gran entusiasmo dije mis votos.

Con la naturaleza y la maravillosa belleza de este lugar, su innegable paz y tranquilidad en ese ambiente sellamos nuestro amor con el beso que auguraba una nueva etapa para nuestra relación. Ni siquiera los aullidos de algarabía podían intimidarme, no apagarían el más tierno y dulce beso.

Tomados de la mano ahora como esposos nos dirigimos hacia otro lugar en el mismo parque, donde las familias siempre van para hacer picnic. En varios rincones había mantas y cestas de picnic, muchos pensaran que es una locura es fuera de lo convencional. Pero en realidad estaría loca si sigo las raras tradiciones de los humanos.

Quería que los lobos se sintieran cómodo, estando rodeados de naturaleza y algo menos elegante, bueno sin tanta parafernalia. A la luz de la luna compartir todos como hermanos que somos, disfrutar un tiempo de calidad con una actividad que quizás ya es muy poco practica en estos momentos.

Porque al final de todo lo más importante es celebrar la unión de dos almas destinadas a estar juntas para toda una eternidad.

Lo que debe ser importante es compartir la dicha con los demás. Y alegrarse por la felicidad de esa pareja que decidieron apartarse del mercado público.

Aunque desentone mi vestido de novia y el traje de Abdías, somos felices de hacer lo que queremos. Ya es bastante para Abdías estar rodeado de tantas personas, el que nunca fue muy sociable, esto es un método de que se sienta más relajado. Porque al final de la noche quien me importa es él, su felicidad y la mía.

- ¿Sabes que deseo?- me susurra al oído.

- ¿Qué?

- Que pasen rápido las horas para estar solos los dos.

- Yo también.- sonreí en el fondo deseando ya estar en nuestra luna de miel.

Abdías

Celebro en mi mente el estar ya en el hotel, cargando a mi esposa estilo princesa mientras cruzamos el umbral de la puerta. Sus manos acarician mi pelo, de una patada cierro la puerta y solo puedo observar el rostro hermoso de mi luna y esa mirada cargada de lujuria.

Me encamino con ella aun en mis brazos, la pongo en pie y lentamente le quito su vestido. Mis ojos recorren ese cuerpo que mientras más lo observo mas fascinado estoy, ella es perfecta para mí.

Sello nuestros labios absorbiendo su sabor, mordisqueándolos y accediendo a su cavidad succionando su lengua. Sus manos desatan mi corbata y sus dedos hábilmente se desasen de mi camisa. Nos perdemos en la sensación embriagante de sentirnos el uno al otro, al igual que el resto de nuestra ropa desaparecen de nuestros cuerpos.

Caemos abrazados en la cama, nuestras bocas devorándose mis ojos van directo a los suyos. En ellos puedo sentir su amor. Mi pecho se infla por la sensación gratificante de sentirla mía, y esta vez quiero hacer todo despacio venerarla con mis manos, labios y cada parte de mi cuerpo y alma.

Acaricio su pelo y me embriago de su olor, beso sus parpados, beso su nariz y luego rozo lentamente mi nariz con la suya. Mis labios conectan con los suyos sacándole jadeos y gemidos de los cuales me embebo. Desciendo por su barbilla mordisqueándola, sigo hacia sus senos demorándome en atención, succionándolo, lamiéndolos y mordisqueando mientras su cuerpo se estremece bajo mis toques.

Continuo en mi camino de placer besando su vientre donde muy pronto estará mi semilla dando frutos, bajo hacia el sur donde comienza el patrón que se la vuelve loca y la lleva al espirar de sensaciones que termina con ella llegando al clímax.

Subo lentamente hasta que conectan nuestra mirada, la beso lentamente y demorándome, sabiéndola preparada para mí la penetro lentamente y profundo, sintiendo lo correctamente perfecto que se siente estar unido a ella. El vaivén de nuestras caderas cobra vida, sus piernas amarran mi cintura, tomo sus manos hasta llevarlas sobre su cabeza y sigo moviéndome con un ritmo constante, lento, rápido, profundo y volviendo a repetir.

Ella llega a otro orgasmo y con tres estocada mas llego con ella, gritando nuestros nombres mientras me vacio en su interior.

Nuestros cuerpos jadeantes y sudorosos yacen apretados, doy la vuelta sin salir de su interior nos quedamos por largos segundos acariciándonos sin emitir palabras.

- ¿Te he dicho esposa mía que te amo?

- No lo suficiente.- sonríe y me besa en el pecho.- Te amo Abdías.

- Yo te amo mucho más.

- Eso está por verse. Por cierto ¿A dónde iremos de luna de miel?

- Es una sorpresa.- quiero que sea sorpresa hasta el último segundo, siempre que insiste por saber la distraigo de la mejor manera.

Lo que sé que es un lugar que ella ama. Nuestro destino es Las Bahamas, ella le encanta ese país y la complaceré.

Nos volvemos a besar, removiendo el fuego que se estaba por apagar y comenzando otra vez con el rico vaivén de nuestras caderas buscándose para componer una melodía única jamás escuchada.

***

NOTA

Estaba escribiendo el epilogo pero no lo puedo terminar hoy, así que no se cuando podre terminarlo y subirlo. Los que leen esta historia pido excusas, pero acabo de recibir una noticia que aunque no me afecta directamente me duele mucho.

Ya en esta semana he recibido dos desastrosas noticias de dos personas que aunque no son nada mías, lo son de personas importantes para mi y me destroza. y mas queriendo estar con mis amigas pero no poder por esta situación, hoy el abuelo de una amiga acaba de fallecer y sabrán como ella esta y lo mal que me siento, cada vez que pasa algo así me pega fuerte porque yo ame con locura mis abuelos que hoy están  en el cielo, si leyeron Eres mi luna sabrán un poquito de mi con el dolor de Axell. 

Literal mientras escribo estas lineas estoy llorando, porque la perdida de uno de mis abuelos fue  hace a penas unos tres años y duele aun. Gracias por su comprensión.

CelesteFer

EL REY PROMETIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora