Capítulo 27

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Hades


"Si no vas a amar sus demonios, no lo saques del infierno"


Tara estaba irreconocible y lo peor de todo es que no podía hacer nada para detenerla, las esposas que me puso son contra la magia las usos en demonios o valkirias es divertido saber que están a mí merced pero no lo es cuando el que está a la merced soy yo, se bebió todo el jugo eso va a excitarla mucho más que ayer ya que el jugo tenía el triple de manzanas que la que ella consumió.

Me tomó por los hombros y me lanzo a la cama, sus poderes estaban siendo controlados en su esencia oscura, justo por el medio de las esposas pasó una cuerda que luego a nudo a la cabecera de la cama, me puso tobilleras que ató a los extremos de la cama estaba expuesto y no me gustaba, el control era algo que me encantaba tener a parte ser sumiso la verdad no era lo mío.

Moví mi cabeza hacia los costados tratando de sacarme la mordaza pero no podía, tiré con fuerza mis manos para liberarme pero las esposas sólo me dañaron las muñecas era un tipo grande pero sabía que mi fuerza "mortal" no iba a ser suficiente para romper las esposas mágicas.

_¿Vas a cooperar? - preguntó Tara - un parpadeo si dos no - parpadeo una vez, tal vez si no la contradecía ella me sacaría y yo podría controlarla

Tara se subió a horcajadas sobre mí y me sacó la mordaza

_Esta no eres tú, controla los poderes no dejes que ellos te controlen a ti

_No te saque la mordaza para escucharte hablar, solo para escucharte gemir así que excepto que estés gimiendo no quiero que abras la boca

_Tar... - pero lo pude terminar de hablar porque me abofeteo y no despacio, mi mejilla ardía y podía sentir el hormigueo

_¡QUE TE CALLES! - grito bajando de mi, prácticamente me arrancó la toalla dejando a la vista mi semiereccion

Tara empezó a deslizar la fusta que tenía en las manos por mis piernas y luego rozó mi erección cuando llego a mis abdominales la elevó para luego dejarla caer proporcionándome un fuerte golpe, no tan fuerte como para lastimarme pero lo suficiente para excitarme, mi pene se endureció y deje escapar un gemido.

_¿Te gusta? - preguntó, no conteste odiaba esto, no tener el control no me agradaba y menos que ella se mofara  de eso - ¿No piensas contestar? - negué, mala respuesta volvió a golpearme con más fuerza _¿Que si te gusta?- Repitió

_Si - digo bajo pero no lo suficiente para que no me oyera, sonrió

Pero no era para nada una de las sonrisas tiernas de la Tara que conocía, era una sonrisa totalmente lujurioso.

Ella camino hasta el armario y tomó un pote de aceite para luego verterlo por todo mi cuerpo, me estremecí estaba frío

_ Voy a esparcir este aceite por tu cuerpo si te mueves te golpeare, asiente si entiendes- asentí, comenzó por mis hombros y juro que hice un esfuerzo sobrehumano para no moverme, su tacto era avasallador quería moverme para que me tocará más pero ella parecía disfrutar hacerlo sumamente despacio siguió por mis pectorales y luego mis abdominales me moví, no pude evitarlo ardían ella me miró y sonrío para luego abofetearme, me exaspere comencé a moverme frenéticamente odiaba esto tanto como me excitaba_ ¡Joder estoy harto de esto, suéltame ahora o lo lamentarás! - pero ella no dijo nada sólo volvió a abofetearme_ ¡Que me sueltes maldita sea!

_¡CALLATE! - grito, y me callé pero no porque quería hacerlo fue como si ella controla la mis decisiones por más que quería insultarla y gritarle mi boca no se abrió, camino hasta los extremos de la cama y desató mis piernas ella tomó mis tobillos y pude sentir su fuerza se incorporó y me volteo ¡Me volteo! Esta chica sí que era excepcional sus poderes eran increíbles aunque me preocupaba como la oscuridad la dominaba, abrió mis piernas dejándome expuesto, nunca en todos mis años de vida me había sentido tan humillado ella me tenía atado, desnudo, expuesto y sometido lo más humillante era que nunca había estado tan duro en mi vida. Sentí como sus besos subían por mis piernas para luego convertirse en mordidas cuando llegó a mis nalgas se detuvo, no la veía pero podía sentirla estába entre medio de mis piernas apoyada en sus rodillas por un momento pensé que Tara la verdadera Tara había controlado a la oscuridad, me equivoque ¿Como lo sé? Sentí como su mano se estrellaba en mi nalga derecha una dos tres nalgadas y ella parecía no querer parar, cuando dejó por fin de nalguearme sentí alivio pero eso no duró mucho porque a los pocos segundos percibí como su lengua se paseaba por mis nalgas era incómodo ya que ardían pero a la vez era placentero cuando sus manos abrieron mis nalgas y ella lamio mi ano, los dioses somos muy libres, nosotros no vemos género sólo placer aún así podía contar con los dedos de una mano las veces que un hombre me había atraído y aún así jamás yo había sido el pasivo, nunca nadie había lamido, tocado ni mucho menos penetrado esa zona tan desconocida para mí que su sola intromisión me incomodaba, me removí

_¡NO! - dije por fin aunque fue lo único que salió de mi boca

_¡Quieto! - ordenó y mi cuerpo obedeció estaba enojado conmigo mismo por orillarla a toda esta mierda ella tenía el control completo sobre mí y yo no podía hacer nada para evitarlo entonces ¿por qué no disfrutarlo? si no podía hacer nada al menos lo gozaría.

Tara me lamía y mordía con delicadeza, su dedo empezar hacer círculos en mi entrada y en descuido gemí, me gustaba.

_ No tienes una idea de cuánto me excita escucharte gemir- dice metiendo su dedo en mí, no por completo pero si lo suficiente para hacerme gemir más fuerte iba a correrme cuando ella se alejo de mí, me tomo por los tobillos y me volteo, sus mejillas estaban rojas, su cabello alborotado y sus labios hinchados. Se puso encima de mí y pude sentir su intimidad rozarse con la mía, se deslizaba con mucha facilidad por que  ella estaba muy mojada, empezó un vaivén lento sobre mí, que para mí era la peor tortura.

_Por favor - digo en un jadeo

_¿Que quieres?

_Móntame- digo bajo, mi boca estaba seca la erección me dolía y las muñecas me ardían de tanto forcejear con las esposas

_No te oigo - dice entre risas

_¡Follame! ¡Jodeme! Hazme lo quieras pero hazlo ya - digo desesperado

_Súplica - dice con tanta calma que asusta

_ ¿Cuánto más? no puedo con esto, cuando me sueltes te cogeré tan fuerte que no caminarás en días

_ No deberías prometer cosas que no puedes cumplir

_Suéltame

_ Cómo sé que si lo hago no huiras

_ Pagarás por cómo me has humillado no pienso ir a ninguna parte

Tara pareció pensarlo para luego estirarse a tomar la llave de las esposas que yacía en la mesa de luz, sus pechos quedaron a la altura de mi cara y estuve tentado a morderlos pero me resistí estaba a sólo un segundos de poder de quitar toda mi ira, sentí como la presión en mis muñecas cedía y rápidamente tome sus caderas y me hundí en ella, estaba furioso mis estocadas eran duras y ni un poco cuidadosas pero no me importaba. Tara tenía sus manos en mis pectorales y podía ver como sus pechos subían y bajaban al compás de mis estocadas e hice lo que había querido hacer desde que me ato, las cachetee.

_ahh- gimió, la ahorque

_Eres una maldita loca- digo aumentando mi agarre- voy a cobrarme todo lo que me hiciste- la abofetee igual o más fuerte de cómo lo había hecho ella conmigo

_ Golpéame más fuerte o que eres un marica- dice sobrante y lo único que hizo fue cabrearme más, después de mucho me deje ir, la oscuridad en mi tomo el control la volteé dejándola debajo de mi, mis ojos conectaron con los de ella por un instante y aunque estaban oscuros pude ver a Tara mi Tara y juro que quería hacerla pagar  pero no podía esta no era ella, no podía lastimarla por algo sobre lo que ella no tenía el control.

_ No tengas miedo- susurra- soy tuya lo único que quiero es que me tomes

Moví mis caderas en un vaivén continuo hundiéndome hasta lo más profundo

_Si así - gimió

_Me encantas - admito sin parar de moverme

_Lléname de ti, vamos Hades se que quieres hacerlo

Con una mano la ahorcada y con la otra amasaba sus pecho, estar en ella era delicioso pero no quería venirme porque sabía que cuando terminara cuando por fin llegáramos al éxtasis y el efecto de jugo se fuera ella me odiaría por haberle arrebatado su virginidad

_Más rápido, más rápido Hades - dice entre gemidos, aumente la velocidad de mis estocadas tomándola por las caderas acerqué mis labios a los suyos uniéndolos, era dulce muy dulce su lengua se movía en una sincronía perfecta con la mía, se separó soltando un fuerte gemido sus paredes vaginales se contrajeron dejándome saber que se había venido seguí con mi vaivén hasta que también me corrí. Apoye mi frente contra la suya tratando de controlar no sólo mi respiración sino también los sentimientos que tenía por la chica debajo de mí, era más que un acoston, era mucho más que una atracción sexual yo estaba enamorado de esta extraña que me hacía sentir por primera vez en mi vida feliz, me hacía creer que había más que oscuridad en mí...

Ardiendo en el infierno |1| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora