Capítulo 26

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Hades



"Las apariencias engañan, porque el hielo también puede quemar"




Me removí en la cama y me sobresalté al sentir un gran peso en mi costado, Tara dormía bocabajo junto a mí, la palabra perfección se quedaba chica al lado de ella. Ayer cuando salí de la ducha y la vi parada en medio de mi habitación me quedé sin aliento, el conjunto rojo que traía me hizo ponerme duro en un instante la deseaba tanto que dolía, me basto con mirarla a los ojos para saber que algo no andaba bien el azul profundo de sus ojos se había vuelto un rojo intenso, la chica que estaba entre mis piernas no era la extraña que salve del auto esta era toda una fiera y me gustaba me enloquecía, no soy de los que se preocupan por nada que no sea su propio placer pero con ella era diferente quería ahorcarla por comer del árbol del pecado, era tan inconsciente ¿qué? si en vez de encontrarse conmigo lo hubiera hecho con alguien más, está sería una historia totalmente diferente. Sentí su dolor cuando la penetre apoye mis manos en sus caderas para absorberlo por completo y en vez de calmarme eso me descontrolo aun más, saber que era el primero en saborearla, besarla y tocarla me enloquecía era malditamente egoísta pero la quería para mi, quería encerrarla en este cuarto y cogerla una y otra vez hasta que suplicara que parase, quería más de ella pero cuando despertará el efecto de la manzana se habría ido y la realidad la golpearía como un boxeador a un saco.



Me levanté con cautela para no despertarla me puse un boxer y salí de la alcoba, le encargué a una de las empleadas que cortara manzanas del árbol del pecado e hiciera un jugo y algo para desayunar, cuando todo estuvo listo volví al cuarto y lo dejé junto a la cama mientras yo iba a ducharme.



Tara



Me desperté con el ruido del agua, alguien se bañaba abrí los ojos y por un segundo no reconocí el lugar donde estaba, tenía una sed atroz y justo enfrente de mí vi una bandeja con unas tostadas y un jugo asique no lo pensé dos veces tomé el vaso vaciando el contenido en apenas en unos segundos. Ese sabor me era tan familiar y de repente lo recordé todo.



Yo



El collar



La manzana



El calor



Hades



¡Oh por dios!



Había perdido mi virginidad con un completo desconocido, busqué con la mirada algo que ponerme pero no vi nada, me levanté enredada en las sábanas y abrir uno de los armarios de la habitación me sobresalté al ver lo que había dentro fustas, esposas, arneses, lubricantes, dildos y muchas cosas más pero sólo hubo algo que llamó mi atención en una esquina había un collar de dominatrix pero no uno común del medio bajaba una tira larga de cuero había espacio para los pechos y horizontalmente salían otras tres tiras, la curiosidad me pudo y me lo puse.





Me sentía sexy era una sensación nueva para mí, me había sentido fea, gorda, tonta pero sexy jamás, me dolía la entrepierna pero era normal o eso era lo que había escuchado. Camine despacio hacia la puerta que suponía era el baño y la abrí lentamente, podría asegurar que nunca me cansaría de ver a este hermoso hombre, sólo veía su espalda pero con eso bastó para que el calor arrollador de ayer volviera.




Salí del baño a toda prisa tenía que estar con él de nuevo no sólo por el calor sino porque lo deseaba ¡y vamos! Cuándo volvería a tener la oportunidad de estar con un adonis como él, yo no soy precisamente una modelo tengo suerte de que él momentáneamente se hubiera fijado en mí. Caminé hasta el armario y tome una fusta y unas esposas no sabía si quería estar conmigo otra vez pero no me importaba si él no quería lo someterá, el collar en mi cuello empezó a brillar cuando Hades salió del baño camine muy despacio parándome detrás de él y en un rápido movimiento le puse las esposas.



_ ¡Pero qué demonios! - dice Hades volteándose- ¿Tara que estás haciendo? Sácame las esposas



Pero yo sólo me limité a negar caminé hasta el armario y tome una mordaza para luego ponérsela



_ Si no te resistes lo disfrutaras pero si lo haces tendré que golpearte - el parecía no dar crédito de lo que pasaba, pero ya saben lo que dicen nunca despiertes al demonio si no quieres conocer el infierno y él había despertado la peor parte de mí.



Hades



Salí de la ducha luego de unos veinte minutos y esperaba ver a Tara durmiendo, la ducha me había ayudado a enfriar el cuerpo y aclarar la mente, no podía darle ese jugó a Tara sin su consentimiento ya me sentía mal por haberme aprovechado de ella anoche, no podía hacerlo de nuevo.



Escaneo la habitación y notó que está vacía frunzo el ceño ¿Donde pudo haber ido? De un momento a otro siento como me toman por las muñecas y luego ya no puedo mover las manos volteo esperando lo peor



_¡Pero qué demonios! -digo



Pero me quedó pasmado al ver quién me ató. Tara estaba frente a mí con un collar y una fusta era toda una dominatrix su cuello resaltaba por el brillo de su collar y sus ojos no se veían como ayer, anoche sus ojos eran fuego hoy eran oscuridad.



_¿Tara que estás haciendo? Sácame las esposas- pero ella negó iba a quejarme pero ella me amordazo ¡Por Zeus! ¿Qué rayos estaba pasando? Giro la cabeza y mis ojos encuentran lo que busco la bandeja y el vaso estaba ahí pero vacío, esto fue una muy mala idea. Sus poderes estaban descontrolados lo note en sus ojos, su iris azul mar estaban inyectados con un rojo sangre y supe que era el éxtasis de la fruta del pecado...



Ardiendo en el infierno |1| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora