2. Amar también es dejar ir

1.3K 98 11
                                    

Feliz 14 de febrero, les dejamos esta pequeña actualización

Feliz 14 de febrero, les dejamos esta pequeña actualización

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

02. Amar también es dejar ir

Ethari salió rumbo a Katolis tan pronto como la flecha les aviso sobre la batalla y sobre lo que había ocurrido con el príncipe Callum.

— Ella está mal. — Dijo a Runaan.

Runaan ni siquiera pregunto, solo le dijo que fuera. Runaan fue rescatado por Callum de su prisión tres años atrás. Él y los padres biológicos de Rayla habían salido de las monedas donde el mago oscuro los había mantenido prisioneros. Runaan aún no tenía esa relación cercana con el chico, después de todo había cosas inconclusas entre ambos y se toleraban cuando Rayla estaba cerca. Pero entendía que Ethari quisiera estar con Rayla, era su hija para efectos prácticos.

Ethari subió en un Shadowpaw con dirección a Katolis.
Si alguien entendía lo que sentía Rayla era él. Después de muchos años pensando que Runaan había muerto. Mientras viajaba hacía el reino humano Ethari recordó cuando Rayla llegó con ellos, era una niña de cinco años, sus padres se habían ido para ser parte de la guardia dragón. Fue difícil, al inició ella lloraba mucho y se despertaba en las noches, así que él le contaba historias para dormir. Pronto se volvió el confidente de Rayla, la vio como su hija, observo como se levantaba después de cada caída, después de cada entrenamiento con Runaan, incluso cuando todos pensaron que ella era una traidora y el cedió ante el dolor de su perdida dándole la espalda. Jamás fue tan fuerte como los demás, él tenía que verla. Ella era una joven maravillosa, paso por mucho dolor y jamás se rindió. Descubrió al lado de aquel humano la verdad sobre sus padres, ayudo a terminar una guerra que había demorado muchas generaciones.

Pensar en Rayla era pensar en Callum, ambos iban de la mano. Ethari jamás pensó que un humano podría ser parte de su familia, cuando Rayla le dijo sobre su relación algo en él se quebró, significaba que su pequeña había crecido, ya no era una niña, después anunciaron que se casarían y aunque estaba feliz por su hija algo en él sentía miedo, pena y celos.
Callum la completaba, la hacía valiente, ya no lo necesitaba para recordarle que era valiente y que siempre estaría ahí para cuidarla de los monstruos debajo de la cama a media noche.
El elfo artesano jamás se considero alguien mezquino, pero se dio cuenta que mientras Rayla crecía y se alejaba; él sentía un vacío en su corazón.
Cuando Rayla se caso y la vio sonreír para Callum supo que su hija soltaba su mano, que ya no era una niña asustada. Ethari podía ver a esa pequeña Rayla que tomaba su mano, la pequeña hija que subía en sus hombros y a la que le contaba historias para dormir decirle adiós.
Ella había encontrado un nuevo confidente, alguien que la cuidaría de los verdaderos monstruos.

Ethari siempre pensó que el amor solo tenía una forma, pero cuando Rayla se casó, se dio cuenta que la amaba, la amaba como un padre ama a su hija y tiene que entregarla a alguien más para que la haga feliz.
Y ahora, ese alguien no estaba con ella, su hija sufría y eso lo desgarraba... sabía que Lain y Tiadrin estaba con ella, pero no era lo mismo, ella necesitaba a alguien que compartiera su dolor y una parte de él quería volver a ser de ayuda para su hija, confortarla en esos momentos difíciles.

Llegó al amanecer al Palacio de Katolis, el rey tuvo a bien evitar las formalidades.
Lain le dijo que ella estaba mal. No dejaba que nadie se acercará, Ethari tocó la puerta de la habitación

— ¡Largo! — Escucho la voz de Rayla del otro lado de la madera.

Ethari no pidió permiso, solo ingreso a la habitación. Aquella imagen lo desgarro.

— Dije que no quería ver a nadie

— Es una suerte que me llame nadie — Dijo Ethari dando grandes pasos hacia la cama donde ella se mantenía hecha bolita  — Rayla, no puedes estar así. Tienes que comer

— ¿Para que? ¿Que cambio hará eso?

— Por Callum — Respondió Ethari — Te estás rindiendo, él jamás se rendiría contigo. ¿Ya olvidaste cuando pidió tu mano? Estaba tan asustado que pensó que lo mataría

Rayla sonrió ante ese recuerdo, Callum había tartamudeando varias veces hasta que había dicho las palabras. Él debió saber que Rayla no necesitaba que pidieran su mano. Así que Ethari le aconsejo que jamás pidiera cualquier parte del cuerpo de Rayla con otro hombre, aunque esté fuera su padre, porque ella podría matarlos a ambos si se enteraba que la trataban como un objeto.

— Callum, él no se ha ido aún — Ethari froto su espalda de Rayla como cuando era una niña. — El saldrá de esto.

— No soy tan fuerte, Callum es el fuerte, es quien me mantiene fuerte. Él ve en mi todas esas cosas maravillosas que yo no veo.

Una sonrisa triste se asomo en el rostro del elfo. — Esa no es la Rayla que eduque. Tenía miedo cuando me dijiste que te casarías, eras mi pequeña. Pero Ray, amar también es dejar ir, yo lo hice contigo. Pero no es tiempo que lo hagas con Callum.

— No puedo seguir viéndolo así. Él solo es un cascarón, Callum se ha ido.

— No lo sabes. Ahora come algo, cuando él despierte y te vea así le diré que no te cuidaste. — Al ver una pequeña sonrisa en los labios de Rayla Ethari supo que estaría bien. Salió de la habitación, vio a Lain y Tiandrin... Ellos debían ser ese apoyo, pero incluso ellos ahora se sentían unos extraños, estaban aprendiendo a conocer a esta mujer que era su hija.

— Ella necesitara su apoyo si... — Ethari hablo en voz baja. — Sí Callum no despierta, perderemos a Rayla también.

Las Formas del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora