5 Aveces el amor también puede tener soledad.

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Rayla se despierta lentamente a la mañana siguiente

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Rayla se despierta lentamente a la mañana siguiente.

La suave luz fantasma en las altas ventanas hace que su habitación brille y ella está momentáneamente feliz de estar despierta. Siente la presencia reconfortante de Callum junto a ella y suspira, respirando su aroma. No es hasta que se mueve para acercarlo a ella que el intenso dolor ardiente en sus hombros y pecho le recuerda su desesperada huida al Strom Spire hace unos días y que apenas se estaba percatando de sus propias heridas. 

Rayla se levanta a la derecha, ignorando sus gritos musculares, y se arrastra hacia él.

Ella sofoca un sollozo.

No hay cambio

Él todavía mira fijamente a la nada.

Se inclina sobre él, acariciando su rostro, su cabello.

—¿Callum? Callum, vamos. —Traga más allá del creciente pánico. —¡Venga! Sé que estás ahí. Solo ... muéstrame que todavía puedes oírme.

Ella busca en su rostro cualquier cambio, pero él mira más allá de ella mirando a un vacío.

Siente que está temblando. Una parte desesperada de ella había estado esperando que él estuviera bien cuando abriera los ojos.

Que tal vez, él solo necesitaba descansar.

Pero toda esperanza parece perdida en la suave luz del amanecer.

Lo atrae a su regazo, lo rodea con sus brazos y entierra su rostro en su cuello.

Él cuelga sin fuerzas en sus brazos.

Un muñeco de trapo.

Siente que se está sofocando. Esto no puede estar pasando. Las cosas no habían sido exactamente plácidas en los años que habían estado juntos, pero estaban mucho más tranquilos que cuando se conocieron.

Tenían una vida hecha juntos. Pero no se daría por vencida. 

Ella no puede respirar. Es demasiado. Él no puede irse.

Debe haber una forma.

Alguna cosa.

Cualquier cosa.

Ella ve puntos negros mientras su cuerpo grita por oxígeno. Su pecho se siente como si estuviera encerrado en un vicio. El sudor empapa su espalda pero siente un frío helado.

Rayla acerca a Callum mientras jadea para respirar una y otra vez. Ahora entiende a Callum y sus ataques de pánico. 

La puerta se abre y es Ezran. En su dolor Rayla se da cuenta que Ezran se ve igual de cansado que ella.

— ¿No hay cambios? — pregunta el Rey sentándose en la orilla de la cama viendo a su hermano, Callum creció, cambio, pero seguía teniendo las mismas facciones de cuando eran adolescentes, había intentado dejarse la barba pero simplemente su vello facial no cooperaba y se había rendido a tener una barba. 

Ezran recuerda que se había reído porque a él le había salido la barba a los diecisiete años. 

Su hermano no puede irse, no así, no por culpa de aquellas personas. Ezran se culpa, debió llevar el ejército antes, debió ver si su hermano necesitaba ayuda. Muchas veces dejo plantado a Callum después de ir a la tumba de su madre porque tenía muchos deberes como rey. Y pensaba que Callum tenía a Rayla, desde que se mudaron al castillo no lo veía demasiado, solo en el consejo. ¿En qué momento su relación se había convertido solo en la de un rey, su consejero y mago? Su hermano ocupaba un lugar más profundo y él lo había olvidado entre tantas responsabilidad.

— ¿Ezran? — Rayla tocó su hombro — Él va a despertar, lo sé. Jamás nos dejaría así.

Las palabras de Rayla cayeron como un golpe en el estómago. "Nunca los dejaría" de repente Ezran comenzó a recordar los momentos con su hermano 

— Ezran, deberías descansar, hace mucho que no vas con nosotros a la cabaña de invierno, era la tradición con papá

Callum llamaba papá a el rey Harrow. Pero siempre respondió: —No puedo, papá no tenía que lidiar con mantener la paz, solo hacía la guerra.

Callum se había molestado con él, pero pensó que Callum jamás había tenido que lidiar con el papeleo y molestos tratados. 

— Ibis vendrá, debería llegar con Lujanne en estos días — Rayla vuelve a hablar.

— ¿Crees que ellos puedan hacer algo? 

— No lo sé, pero ellos son magos, y saben sobre estás cosas. 

— Debo… debo….debo de.— La voz de Ezran amenazaba con quebrarse..— Asuntos de rey, avísame si algo pasa.

Cuando salió de la habitación, mantuvo un semblante serio, en la sala del trono estaba Bait esperándolo, tomo al sapo luminoso en sus manos y se dio cuenta que había hecho lo mismo cuando varios años atrás cuando Callum trato de decirle que irían a matar a su padre.

— Vaya rey que soy — Dijo y en la soledad del lugar se permitió llorar. Lloro por alejarse de su hermano teniéndolo cerca. Porque solo se concentro en lo que el pueblo necesitaba, porque los reyes deben vivir por el pueblo. Se preguntó si Callum se sentía solo, porque ahora se daba cuenta lo solitario que se sentía él sin su hermano a su alrededor. Hay muchas clases se soledad y no solo donde no hay nadie, la soledad de extrañar a alguien.

— Lo sé Bait, aveces necesito un descanso, solo no me di cuenta antes, no me regañes. 

Los recuerdos cayeron sobre él y cerró los ojos con fuerza como para desterrarlos de su mente. ¿Acaso no merecían un poco de tranquilidad? Habían estado peleando por esa paz desde que eran niños. 

Cuando Callum despertara las cosas cambiarían, su hermano no tendría que decirle que se tomará un día para pasar tiempo con ellos. Esperaba que Ibis y Lujanne dieran respuestas a lo que le había pasado a Callum 

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Sólo respira.

La voz de su madre resuena en su cabeza.

Después de un segundo, respira tembloroso.

Necesita mantenerse peleando. Necesita ser fuerte para Rayla, necesita despertar, pero sus músculos no se mueven, no hay cambio, solo las voces a la lejanía.

Él cree que las entiende, trata de escuchar. 

"Vamos, muévete" ordena a su cuerpo, la oscuridad lo rodea. Siente como si debiera decir adiós. Pero se resiste ante ese hecho.

No se dará por vencido, no dejará que ellos ganen y lo separen de las personas que más ama. 

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