3. Amar es decir adiós

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Este capítulo es sobre uno de los miembros del equipo de asesinos que murieron en la misión, realmente invente el nombre, porque jamás lo dijeron .

Este capítulo es sobre uno de los miembros del equipo de asesinos que murieron en la misión, realmente invente el nombre, porque jamás lo dijeron

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3. Amar es decir adiós 

"La vida es preciosa. La vida es valiosa. La tomamos, pero no la tomamos a la ligera".

Esas palabras las conocían bien los elfos de sombra de luna, ellos estaban dispuestos a morir, no tenían miedo a la muerte. Se supone que al morir los elfos cruzan las nueves puertas y van a la región de las sombras. Pero Cirdan descubrió que no siempre era así. ¿Por qué le pasó eso? Quizás era por las ganas que tenía de verla.

La misión para matar al rey Harrow y su hijo no había salido bien, Rayla era demasiado buena, todos lo sabían. Cirdan la conocía desde que eran niños. Él, al igual que Ethari opinaban que no estaba lista, pero el deseo de Rayla de redimir a su familia, de demostrar que no era cobarde como sus padres había convencido a Runaan.

— No deberías ir, nadie piensa que seas como tus padres — Dijo el joven elfo de luna, ambos crecieron juntos, hasta cierto punto él siempre pensó que en algún momento Rayla se daría cuenta que no tenía que hacer todo sola, la cultura se los elfos de sombra de Luna era diferente a la de otros elfos, ellos son orgullosos y tienden a ser muy obstinados. Así que Cirdan sabía bien que Rayla quería hacer todo lo posible por demostrar su valía ante todos en Silver Grove. Pero Rayla era diferente, era amable, no estaba hecha para ser una asesina.

Por eso cuando se descubrió que no había matado al humano todos tuvieron que rechazarla, ella los había traicionado, algo en Cirdan se rompió ese día. Sabía que Rayla sería castigada si ellos sobrevivían. —Si sobrevivía — Él le diría sus sentimientos. La pelea fue intensa, los humanos defendieron a su rey, todos sus hermanos de luna cayeron uno a uno, todo porque ella no pudo matar a un humano. Cirdan no la odia, jamás la ha odiado, la ha visto desde ese día. La vio cuando llegó a esa cabaña, la observo acercarse al príncipe humano, podía verla, pero no podía hablarle, ella no lo veía. Él era un fantasma, pero no era un fantasma creado por un hechizo de destierro de los elfos. Había muerto, estaba seguro. Pero por alguna razón seguía ahí. Seguía viéndola, seguía sintiendo lo mismo por ella, ese sentimiento que tenía desde que eran pequeños. Los elfos solo tienen un alma gemela, alguien a quien le entregan todo su amor, sufren de enamoramientos antes de encontrar a alguien que sea su otra mitad, Cirdan pensó que era Rayla, debía ser Rayla su otra mitad, su alma gemela. Entonces ella se enamoró de un príncipe humano, y el príncipe correspondió a sus sentimientos, desde entonces a estado ahí, incapaz de alejarse mucho.  Cada sonrisa, cada lágrima, ambos se complementan. 

Cirdan lo odia, odia a ese príncipe, odia la sonrisa que ella le da, y odia verla llorando por él. Así que desea que el muera, desea que ella sufra. Implora al dios del cielo de los elfos Asuryan, implora a las diosa de los cielos de los humanos Ishtar, implora para que ese príncipe sufra. Por algo él no se ha ido. 

Entonces ocurre, él príncipe es herido, peleó con valentía contra aquella maga oscura, entonces la ve, ve a Rayla sufrir y se siente mal, aquello no le da placer, solo lo hace sentir sucio. Cirdan se da cuenta que realmente amar no es aferrarte al dolor, el amor también se trata sobre soltar y dejar ir los sentimientos, buenos y malos. Él amaba a Rayla, pero ella no era su alma gemela.

— Lo siento — Dijo al príncipe en la cama, — Yo no quería que esto pasara, no así, solo te odiaba un poco por tener la vida que pensé que sería mía, todos estos años pensé que estaba aquí por Rayla. Que Asuryan me había concedido el deseo de mi corazón antes de morir. Volver a verla, pero no es así. 

Cirdan escucho a Ethari. Tantos recuerdos de Silver Grove venían a su mente. Entonces entro a la habitación donde ella estaba, la imagen de aquella mujer no correspondía a la Rayla de sus recuerdos. 

— Gracias. — Dijo a Rayla, ella parecía haberse dormido —  Fuiste mi "Gobaith"  una vez más, quise hablarte una vez más, Garlath, perdoname, esto está mal. Rayla, lo que pasó hace años no fue tu culpa, tu jamás has querido lastimar a nadie, así que por todos nosotros, no te rindas. ¿Lo amas no es así? Entonces no te rindas, no lo hagas, él aun vive. Agradezco haberte conocido en esta vida, me cambiaste, como lo haces con todas las personas que te conocen. Eres especial, tu destino no era morir esa noche junto a nosotros.

Los elfos no deben llorar, pero Cirdan lloro por Rayla el día que murió, el día que ella tomo un camino diferente al de todos en su equipo, Cirdan lloro una vez más antes de desaparecer Finalmente.

Rayla abrió los ojos, una lágrima rodó por sua mejillas, hacía años que no pensaba en todos los elfos que habían muerto en la misión que lo cambio todo, ellos murieron y ella vivió, y por eso se volvió un fantasma en su propio pueblo, porque ellos pensaron que ella los había traicionado. Y en parte era así, la culpa que ella sentía desde entonces la había acompañado durante todo ese tiempo.

— Gracias — Dijo a nadie en específico, quizás a todos los que murieron, no estaba segura, solo sabía que no podía seguir así. Ethari tenía razón, Callum jamás se rendiría ¿Por qué ella lo estaba haciendo? 

Se levantó de la cama, era hora de hacer que si estúpido príncipe despertara, ha había dormido mucho.

*Gobaith / Esperanza

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