En las manos de un súcubo. (Terminada)

Secreto.

No sé si se dieron cuenta pero hice una fusión entre la Nozomi del anime con la Nozomi del manga, tanto una como la otra me gustan.
Por cierto, ¿les esta gustando la historia? A veces hago este tipo de preguntas pero nunca les llega ;-; sinceramente pensé que me iba a costar menos escribir una historia larga pero no soy buena con las palabras y hace las cosas más complicadas :/

Pds: La idea inicia era subir todos los capítulos cuando termine la historia pero voy a tratar de subir un capítulo cada mes, a si no los dejo con tanta espera xd

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Eli no sabía si era por su falta de sueño o por la embriaguez que sentía gracia al beso pero, al entre abrir los ojos, pudo visualizar unas protuberancias puntiagudas saliendo por la cabeza de Nozomi. Sorprendida, la rubia terminó el abrazo apartando a la contraria con un leve empujón, viendo otro "pequeño" detalle deslizarse por su espalda. Una cola delgada se movía inquieta ante la mirada de la rubia, se podía apreciar los huesos de bajo de su piel negra y una punta filosa con bordes anchos y redondos al final de la misma, con un increíble parecido a la pica de las cartas francesas.

—Tú... ¿Qué rayos eres? —soltó abriendo los ojos en amplitud, expresando un ademán anonadado en sus facciones. Olvidando por completo lo avergonzada que se sentía por el beso, no sabía que pensar sobre lo que sus ojos le mostraban. Su mente se quedó en blanco, en un punto donde ya no sabía que hacer con su existencia.

Entrando en pánico, logro formar una distancia entre las dos. Sintiendo un pulso acelerado desde su corazón que no distinguía si la razón era por miedo o vergüenza. Percibió en Nozomi una pequeña mueca en la comisura de sus labios, cerrando los ojos en una sonrisa juguetona. —¿por qué preguntas? Soy la misma Nozomi con la que tienes sueños húmedos. —río. Pudo notar en su ojos alivio y alegría, eso hizo confundir más a la rusa que solo pudo sonrojarse quieta en su lugar.

—¡¿E-ese... "Demonio" se está burlando de mi?! —pensó, enojada porque se estuviera burlando del dolor que esos sueños húmedos le hicieron pasar y demasiado confusa por descubrir que ella sabía de sus sueños. —¿y tu como sabes eso? —apretó los dientes, oprimiendo las ganas de golpearle la cara. Deseaba tanto que Nozomi negara el haber sido la causante de sus sueños que quería llorar.

—Ya deberías saberlo. —se acercó, murmurando aquello sin pudor alguno. Metiendo sus juguetonas manos por debajo de su camisa, sintiendo su cuerpo derretirse ante su tacto y convertirse en una estufa que se calentaba poco a poco. —las cartas me los digiero. —murmuró con dulzura terminando sus palabras con varios besos en su oreja y una risilla encantadora que la hacía enloquecer.

—T-tú... —carraspeó. Esto era malo, estaba enojada por el comentario de Nozomi pero sus acciones la estaban ablandando. Se sentía perderse en estas revoltosos sentimientos que estaba acabando con su cordura.

—Eres tan linda. —soltó entre risas, rozando levemente su mejilla con la rusa. —¿por qué no... — entrelazó sus manos por detrás del cuello de la contraria, viendo sus ojos con un dejó de seducción que atraía a la rubia a lo que sea que estaban a punto de hacer. —te dejas llevar un rato? —besó sus labios, comenzando un movimiento de caderas encima de una de los muslos de Eli.

Un suspiro travieso salió de los labios de la oji celeste, tratando de reaccionar de esa pequeña tortura a la que estaba sometida. Quería despertar, pensar que todo aquello era otro de sus locos sueños. Tenía miedo de TODO eso, ya había aceptado el hecho de que ignoran esto sentimientos era imposible pero ahora tenía que enfrentar un posibilidad, que quizás Nozomi en verdad solo está jugando con sus sentimientos. Sus nuevos sentimientos y ahora está "transformación" en Nozomi, la hacían sentir como un juguete que solo estaba ahí para ser su entretenimiento. Por primera vez había aceptado acercar a alguien dentro de su corazón pero se dio cuenta que estaba cometiendo el mismo error que su madre.