Cita.

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Aquí estaba Eli, debajo de un árbol y comiendo un helado esperando a que cierta peli violeta apareciera. Hacía mucho calor pero la brisa del parque lograba hacer el clima perfecto. Pensó que este lugar iba a ser ideal para su primera cita y no se equivocó.

Desde aquel día que Nozomi la visitó en su trabajo y le confesó que la amaba, no ha dejado de pensar en ella. Quería estar cerca suyo en todo momento y ya no era capaz de contenerse. Varias veces se quedó bloqueada con una tonta sonrisa en su rostro, a veces por un comentario de Nozomi y otras por estar cerca de ella.

Siempre le disgustó la gente que se besaban en público, en realidad cualquier muestra de cariño le parecía irritante. "¿Por qué no hacen eso luego?" siempre se preguntaba, pero desde que descubrió que amaba a esa súcubo, esa parejas en público ya no eran una molestia. Ahora sentía envidia cada vez que los veía. Ella también quería hacer ese tipo de cosas con Nozomi pero desde la última vez que se vieron le era imposible hacer esas cosas. El último trimestre de universidad estaba por terminar, con la llegada del festival y su plan con Kotori, el tiempo que tenía con la súcubo era nulo. Solo hace unos días pudo desocupar una parte de su calendario y pedirle una cita a Nozomi.

La rusa miró la hora de su celular 11:24. Suspiro. Le quedaban todavía una media hora aproximadamente para juntarse con la oji verde. Desde la noche anterior estaba nerviosa por este acontecimiento. Nunca antes había salido de forma romántica con alguien, se encontraba emocionada, nerviosa, risueña, frustrada, alegre. Había tantos sentimientos revoloteando en su pecho que ahora se estaba replanteando mejor la idea.

A pesar de lo poco que durmió ayer intento no verse ansiosa. uso un maquillaje intenso para ocultar sus ojeras pero simple para que no se notara el esfuerzo. Su ropa fue elegida con antelación una semana antes, eligió una camiseta de tirantes con una camisa medio transparente arriba y un short corto. Aquel estilo era simple pero lindo. Por último en su cabello, decidió dejar de lado la cola de caballo que se hacía siempre y atarlo en una trenza cocina que caía por encima de su hombro.

Miro otra vez el reloj y suspiro, 11:31. Sus nervios estaban a punto de estallar, quiso no pareces desesperada llegando dos horas de antelación pero ahora le parecía una mala idea haber venido una hora antes, quizás quedaba de todas formas como si esperaba esto desde hace mucho. Además se estaba comenzando a preocupar...

"¿Y si le paso algo?", "Tal vez soy la única emocionada con esto", "maldición, quizás debí elegir otra ropa". Trago en grueso. Si alguien le hubiese dicho lo nerviosa que estaría por esto se hubiera preparado un mes antes. Aunque sí alguien le hubiera dicho que tendría una cita con Nozomi un mes antes, la rusa se le habría reído en su cara.

Sonrió, visualizando la escena. Busco su celular con el objetivo de distraerse mientras esperaba, busco entre sus juegos y se puso a jugar con el primero que le llamó la atención.

—Disculpa la demora. —llamó aquella voz que tanto estaba esperando. Viró a su dirección, viendo a Nozomi acercarse a paso lento. La rusa se extrañó al ver lo tranquila que estaba su pareja. Le molestaba pensar que aquella reacción fue por su larga experiencia en salir con mujeres, pero lo dejo pasar, esta era su primera cita y debían disfrutarlo juntas. Llevaba una camiseta debajo de un pulover con los hombros descubiertos. Acompañado de una falda larga y un calzado de poca plataforma. Un estilo casual, todo lo contrario a la vestimenta atrevida que siempre llevaba a la universidad.

—No pasa nada, llegue hace poco. —sonrió, sujetando su mano y envolviendo sus dedos en el acto.

—Entiendo... ¿y que tienes planeado hacer? —desvió la mirada, sonrojada por el repentino tacto de Eli.

—Estaba pensando almorzar algo por acá y luego ir al cine. —se acercó, rozando su hombro con el de Nozomi.

—Suena bien. —sonrió en respuesta siguiendo el paso. Eli estaba feliz de poder, al fin, ser cariñosa con su pareja. Se extrañó un poco de que Nozomi no se le haya insinuado en este punto pero igual estaba feliz. Solo esperaba tener la valentía suficiente para besarla -aun en público-.

En las manos de un súcubo. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora