Calma.

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La verdad estos capítulos ya los tenia listo pero recién me doy cuenta que no los subi xd así que voy a darle final a esta historia.

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Eli abrió sus ojos con pesadez, se estiró un poco en la cama, sorprendida al sentir unos brazos enroscados en su torso. Abrió los ojos en grande al darse cuenta de la situación, cubriendo con sus manos un intenso rubor que se plasmaba en su rostro. Espero unos minutos, abriendo un poco los dedos para ver a su adormilada súcubo. Suspiro, enterando su rostro en el cabello de Nozomi, profundizando el abrazo. Jugueteó con sus mechones, aspirando su aroma y deslizando sus piernas entre las de su amada. Estaba feliz, nunca pensó estarlo por acostarse con alguien.

Miro por encima de su hombro, viendo a través de las cortinas el cielo intentando tomar su características color azul; faltaba poco para ir a la universidad. Se preguntó cuando fue la primera vez que tuvo una noche de sueño tan bueno. Aquello solo le hacía pensar que todo lo dicho antes eran pura mierda y que ahora la nueva ideología en la rusa era: "la humanidad sería más productiva si cogiera con un súcubo". Claro que no donaría el suyo, prefería ser el único humano productivo que compartí con otros. Se aseguraría de que Nozomi no hiciera de las suyas como antes si querían estar juntas.

Un movimiento sutil de su compañera la sacó de sus pensamientos. Se alejó un poco, viendo aquellos hermosos ojos verdes abrirse y bostezar. —Buenos días. —murmuró la rubia con una sonrisa resplandeciente formado en su, todavía, adormilado rostro.

—Buenos días. —una sonrisa coqueta ocupó su cara, besando su frente por unos minutos. Se miraron los ojos por un rato, envolviendo sus labios en un beso. —Tengo hambre. —soltó, continuando con los besos pero agregando unas sutiles caricias en la espalda de Eli.

—Entonces vamos a desayunar. —mencionó, tratando de seguir la intensidad de los besos. Exploraron sus boca lentamente, mordiendo de vez en cuando el labio inferior. Se separaron un momento en búsqueda de oxígeno, sin detener las caricias que cada vez se volvían más atrevidas. —Te advierto que yo no estoy en el menú. —amenazó, sacando una sonrisa en el rostro de su amada.

—No quiero soltarte... —Murmuró, deslizando sus manos por debajo de su camisa, yendo de arriba hacia abajo de su espalda. Contorneo su cadera lentamente sacando uno que otro suspiro de la rusa. Termino su recorrido en sus pecho, apretando su peson y tragando saliva al sentir como se endureciendo ante su tacto.

—Nozomi... —intento sonar amenazante pero la agitación en su pecho se lo puso difícil.

—¿Qué? ¿No te gusta? —apretó los labios en un puchero, ganándose un beso por su lindura.

—Sabes que no es eso. Estamos ocupados con el festival y tenemos poco tiempo para preparar todo. —suspiró, anclando su mirada en aquellos ojos verdes.

—Esta bien. —Beso por última vez sus labios, estando más de lo que debía mientras intentaba mantener la sensación. —Pense que mis habilidades de súcubo lograrían hacerte ceder.

—Otro beso más y quizás lo consigues. —rió, ganando un pellizco de Nozomi.

—Ahora eres tu quien está haciendo las cosas difícil. —profundizó el abrazo, enterrando su rostro en el cuello de la rubia. —tuve que haber echo esto mucho antes. —suspiró, obteniendo el interés de cierta persona.

—¿A qué te refieres? —sonrió, esperando que su respuesta era lo que ella pensaba.

—Tuve que haberte acorralado en uno de los salones y tomarte de una vez. —se sonrojó, frotando su cara contra su hombro mientras azotaba levemente con su cola la pierna de la rusa. Eli rió por las cosquillas que eso producía, acariciando la cabeza de Nozomi para calmarla.

En las manos de un súcubo. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora