—¡Eli! ¡"Ella" está otra vez aquí! —la llamó Honoka con alegría.
—Si que es persistente... —reconoció Nico dando un bufido. —Ahora estoy más preocupada por tu seguridad.
Eli dio un suspiro en respuesta, dudando en ir a atender a Nozomi. Ahora que sabía que sus sentimientos son de amor tenía miedo de que crecieran, aunque a este punto sentia su corazón intentando abrir su pecho y flotar hasta la oji verde. Ya hacía varios días que Nozomi venía a su trabajo a verla, usualmente lograba escaparse por la puerta trasera al terminar su turno pero su contraria se había vuelto más astuta e insistente por estar cerca de la rusa.
—¿qué tiene de malo? Yo creo que es muy romántico. —Honoka habló, sonriendo tontamente.
—¿Romántico? Yo diría tóxico. —rodó los ojos apoyando una de sus manos en la cadera. —¿segura que quieres ir? Podemos inventar una excusa para hecharla, si quieres. —apoyó una mano en el hombro de Eli demostrando su apoyo y preocupación.
—No, estoy bien... —miró a Nozomi por la pequeña brecha entre la puerta y la pared, tratando el nudo que se le formó en la garganta.
—¿Y que vas a hacer? —dijo Nico.
—¿A qué te refieres? —preguntó devolviendo la mirada a su Senpai.
—Se nota que está interesada en ti. ¿Vas a salir con ella o la vas a rechazar? —se cruzó de brazos, clavando una mirada afilada en la contraria. Nico siempre odio la ambigüedad o eso cree Eli desde que la conoce, a veces su Senpai podía resultar un poco apresurada y entrometida solo para dejar las cosas claras pero sabía que su intención no era mala. Aunque en este momento esa pregunta era la que más odiaba enfrentar Eli.
—No lo sé... Pero necesito que me cubran esta vez. —fijó su mirada hacia sus compañeras, topando con dos sonrientes senpais. —¿Qué? —arrugó el entrecejo, confundida.
—Es la primera vez que nos pides ayuda. —sonrió la peli jengibre, haciendo un ademán juguetón y golpeando con su codo el costado de Eli.
—Estoy tan emociona que creo que voy a llorar. —mencionó su otra Senpai, secando una lagrima imaginario del orgullo que sentía por su amiga.
— ¿y? —preguntó sin entender la situación todavía.
—y~ eso significa que estamos felices de que confíes en nosotras. —sonrió Honoka, abrazando por la cadera a su kouhai.
—si que has cambiado. —dijo la azabache participando en el abrazo. Eli estaba sorprendida de escuchar las mismas palabras que le dijo Kotori. Busco la respuesta dando una mirada de confusión a su compañera, sacando una sonrisa alegre de Nico. —lo que quiero decir es que antes nunca nos pedías ayuda o concejos, y pensamos que no confiabas en nosotras.
Pero ahora sabemos que no es así, y estamos felices por poder darte una mano. —continuó Honoka, extremadamente feliz.
—Yo no... —quería decir que confiaba en ellas pero recordó que su principal razón por alejar a las personas era los peligros que corría por confiar en alguien.
—No tienes que decir nada. Lo sabemos. —aseguró Honoka con confianza, separándose del abrazo.
—Ahora ve por ella tigre, no te preocupes por nosotras. —también se separó del abrazo, haciendo gira el cuerpo de Eli y dando una palmada en su espalda.
La rusa solo pudo asentir un poco confundida por el comportamiento de sus compañeras, caminando hasta la mesa de aquella súcubo...
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—Nozomi, te dije que no vinieras aquí cuando estoy trabajando. —le recordó Eli, incómoda por la atmósfera que se formaba en ambas. Suspiró resignada, tomando un sorbo de su café.
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En las manos de un súcubo. (Terminada)
FanfictionEli es una estudiante de abogacía que no le ve el valor a relacionarse íntimamente con otras personas. Nozomi es una estudiante de psicología no mala reputación de jugadora pero que esconde un secreto que nadie sabe. En esta universidad todo puede p...