Miedo
Nay
Ver como mi hermana salta de la alegría en la cama porque ya encontró a su mate me hace feliz, tenemos conocimiento de los seres mitológicos por nuestros padres, pero nunca pensé que nuestras almas gemelas sería uno de ellos.
Si sentí una atracción inmediata hacia Yack cuando lo vi sujetar mi mano, pero al enterarme de que él es vampiro mis miedos más profundos regresaron. Llegan esos recuerdos cuando esos vampiros mataron a mis padres si no fuera por mi hermana Am que me defendió al ser mayor que yo con minutos, siempre me cuida, no sé lo que como lo hizo, pero ella me salvó, estaré siempre agradecida por eso; es la única familia que tengo me da miedo lo podría pasar ahora.
—¡Nay! —me sobresalto al ver la cara de loca de mi hermana, la conozco, quiere que le responda como sea.
—Hum—es lo único que sale de mí, mi voz se apagó y no sé cómo hacer para que vuelva y Am no se complica, siempre busca la forma para saber lo que pienso.
—Te quedaste observando la pared y no me escuchas —sé que su alegría es inmensa, sin embargo, yo no puedo felicitarla no porque no quiera sino porque mi voz no sale, lo único que hago es encoger mis hombros.
—Ya sé que esto es difícil para ti, pero como mencionó la señora Eli, él no te hará nada —no sé qué hacer, no está en mí esto, yo solamente sé que es un vampiro y yo no puedo, no puedo y eso me frustra tanto.
Mis ojos arden, siento como una lágrima rueda por mi mejilla, sé que todos creen que no me di cuenta, pero también vi el dolor en la mirada de Yack. Si lo vi y me dolió también, pero mi cuerpo se paraliza solo con saber que es un vampiro, no le temo a él si no lo es.
Me quedo quieta sin hacer nada, me acuesto en la cama a llorar y mi hermana me abraza para reconfortarme, no sabría qué haría sin ella.
—Tranquila, yo me quedaré aquí contigo, jamás te dejaré y apoyaré en todo, eres todo lo que tengo, nunca lo olvides, Nay siempre te defenderé —sus palabras me tranquilizan. Mis ojos se van cerrando poco a poco, dejando que el sueño me gane.
Voy abriendo mis ojos poco a poco siento una punzada en mi cabeza, mierda me duele mucho, eso es por llorar toda la noche. Busco a mi hermana, sin embargo, no está en la cama, seguro, ya se levantó a desayunar ella, únicamente espera a que el sol salga solo para levantarse, siempre hace lo mismo, tiene tanta energía que abruma.
Salgo de la habitación ya bañada y cambiada, pero aún sigo con dolor de cabeza fatal, me siento un poco mareada hasta me tambaleo un poco, hasta que siento unos brazos en mi cintura.
—¿Qué tienes? —tan solo con escuchar esa voz hace que mi cuerpo se tense, yo solo asiento rápido con mi cabeza; sin embargo, eso solo hace que me maree más y mis piernas flaqueen un poco, sintiendo más fuerte su agarre en mi cintura—. Será mejor que te lleve a la habitación, ¿ya desayunaste? —niego mientras me lleva a una habitación distinta a la que estaba, no hay que ser adivina para saber que esta es su habitación.
— Espera, aquí no te muevas, te traeré el desayuno.
Sin más Yack sale de la habitación y me deja sola, esta mañana no he tenido tanto miedo como ayer, será que las palabras de Am de que le diera una oportunidad están sirviendo. Aunque esto no quiere decir que no les tema a todos los vampiros que hay, sé que Yack no me hará daño porque soy su pareja y que le impide a otro vampiro no hacerme daño.
—Aquí está, no sabía que te gusta, así que te traje de todo un poco —mi boca está abierta a no poder más.
Me ha traído tostadas, frutas, cereales, huevos revueltos, tocino, jugo de naranja, café, leche y té, no sabré que hacer con tanta comida, yo no puedo sola con todo, es lo más tierno que alguien ha hecho por mí.
—Es... este yo no voy a incomodarte, así que voy a bajar a desayunar —menciona un poco triste.
Sé que parte de esto es mi culpa por alejarlo, justo cuando se iba a levantar lo agarró del brazo y le señaló la comida a él y a mí ojalá que me entienda.
—Tú, tú quieres que coma contigo —asiento, aunque me duela la cabeza, todavía hago una mueca de dolor tocándome la cabeza, él se da cuenta— déjame ayudarte, yo puedo quitarte el dolor —intenta acercar su mano a mi cabeza, pero me alejo por un simple reflejo.
Eso le duele a él, lo sé por su mirada, va bajando de a poco su mano se la agarró en el aire y la pongo en mi cabeza, sé que como vampiro su mano tendría que ser fría, pero yo la siento cálida.
Siento como poco a poco el dolor disminuye, miró sus ojos y son de un hermoso color dorado, jamás había visto un color tan difícil de describir.
Poco a poco toco su rostro y él solo cierra los ojos por el tacto, no se dé donde me dieron ganas de besarlo, de inmediato alejo esa idea de mi cabeza, eso es demasiado pronto, por ahora solo será desayunar.
Pasamos el desayuno muy agradable, él hablaba y yo solo lo veía o asentía a alguna pregunta que me hacía.
—Sabes algún día quisiera escuchar tu voz, será tan hermosa como tú.
Eso hace que me sonroje y baje la mirada, a veces quisiera tener la misma valentía de mi hermana, de seguro ella ya ha de ver dado su primer beso con su mate.
—Te ves muy hermosa, sonrojada, quisie...
No lo dejé terminar y le di un pequeño beso, no sé dé donde salió eso, pero, lo bese, él me queda viendo y yo hago lo más valiente que puedo hacer, salgo corriendo de la habitación con Yack en shock. Eso fue punto a mi favor, así hasta que me busque estaré lejos de él no se dé donde me salió esa valentía para besarlo, lo único que sé es que me gustó ese roce de nuestros labios, aunque fue muy corto fue lo más maravilloso que he sentido.
No me di cuenta del camino hasta que siento que me choco con alguien y es la señora Elisabeth, iba hija a hacer una reverencia, pero ella me detiene.
—No lo hagas, ya te dije que eso no va conmigo —me dice divertida— ahora me dirás que ha pasado porque parece que le robaste un caramelo a un bebé.
No puedo con eso y me río no muy fuerte, pero lo hago, le hago señas para explicarle lo que hice, pero no lo logró.
—Sabes, si no supiera que me estás tratando de formular algo, pensaría que te estás ahogando —se burla, aunque estando en su lugar diría lo mismo.
— Sabes que mejor yo misma, veo me dejas ver tus recuerdos —le extiendo mi mano y veo lo que pasó otra vez cuando Yack me hacía un cumplido, le robe un beso a él.
—¡Oh por todos los Dioses, es verdad le disté un beso! —yo asentí un poco ruborizada— y porque huiste.
Como le digo que me dio miedo
—Te dio miedo, no es cierto —asentí— pero de que de Yack —negué— y entonces, yo sé que Yack apenas te vio, se enamoró de ti y también sé que tú sientes algo por él, si dices que tu miedo no es por Yack que es a lo que le temes.
Ni yo misma lo sé, solo pude encogerme de hombros. Cuando ella iba a replicar por mi respuesta se escuchó un fuerte aullido y la señora se tensó.
—¡Oh!, por los Dioses ya llegaron, Yassi, Yassi— no sé qué es lo que pasa, pero me está asustando una chica aparece corriendo asumo que es la tal Yassi
—Dime que no son ellos.
—Pues lamento decirte que si son todos ellos
—Claro, claro, activa el código H.C. esconde a mi lobito y al tuyo también —que es eso, la verdad me confundí mucho, no sé por qué la señora está caminando de un lado para otro—. Por cierto, esto lo hablé con Am, pero creo que también debes saberlo, no me hagan reverencia, no me digan señora porfa ahora chao que tengo que defender a mi Romeo.
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La chica Fénix [EN EDICIÓN]
Hombres LoboElisabeth es una chica común y corriente, al menos es lo que ella piensa nuca conoció a su padre y su madre nunca le quiso decirle quien es. Ella tiene dos mejores amigos, Aldo y Karla. ¿Qué pasa cuando ella se entera de que sus amigos son hombres l...