Capítulo 29 Pereces la Reina Roja

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Eli

Cuando todo esto de lo sobrenatural comenzó no pensé que pasaría el embrollo de ahora primero Am se fue y no se ha comunicado con nadie; tuve que dormir a Saíd para que no se hiriera el mismo, su lobo está descontrolado, necesita a Am, está en deprimido y la única que lo puede sacarlo de eso no está no da señales si algún día volverá.

Le he preguntado a Yaakov sobre ella si a dicho algo de volver, pero lo único que me sabe responder es que Am está igual que Saíd muy triste y han tenido que forzarla a comer porque no ha querido ni tomar agua. Me entristece que esto esté pasando, nadie en el mundo debe sufrir por amor ni llegar al punto en el que ellos están. Ellos necesitan de nosotros, pero no nos dejan acercarnos.

Trato de que esté calmado, pero yo también tengo un pequeño problema, es pelirroja y pegajosa, tan solo con recordar cuando la vi le quise arrancar la cabeza, de ahí viene a mi mente el nuevo apodo que me puso Yack sonrió solo con recordarlo a veces mi amigo es muy tonto igual lo amo.

Flashback

Ver a Saíd, llorar, me partió el alma, no me imagino cómo sería si perdiera a mi lobito, estoy estúpidamente enamorada de él, a veces me pregunto que si no fuera sobrenatural sentiría lo mismo. Que si no hubiera un lazo mágico que nos uniera estuviéramos juntos, de conocernos si nos hubiéramos conocido sería solamente la amiga de sus papás o nada más una extraña que apareció después de años de desaparecida.

Dejo esos pensamientos porque ya estamos llegando a la manada y al parecer mi tío Carlos está aquí, lo he extrañado mucho, ni siquiera espero que estacionen el auto y salgo al verlo. Lo que menos me espere fue ver a una pelirroja pegada como garrapata a Mi mate!, y él no le decía nada, ahora creo que alguien va a morir.

Me quedé mirándolos por unos minutos tratando de procesar esto y calmando a mi fénix, muchos no saben, pero somos muy territoriales, demasiado territoriales, respiro hondo para no quemar a la pareja que viene muy campante, mis pensamientos son interrumpidos por mi tío.

—No hay abrazo para tu tío preferido —se encontraba detrás de mí, no me había dado cuenta de que había caminado cerca de mi mate y la garrapata al lado de él.

—¡Tío Carlos! —digo emocionada y me lanzo a abrazarlo— que no te escuchen mis otros tíos si no se arma una guerra —solo se ríe mientras me sigue abrazando hasta que escucho un gruñido, me giró a ver a mi mate que está con el ceño fruncido como si le hubieran quitado su juguete favorito.

—¿Y tú porque gruñes lobo? —habla Yassi a mi lado—. O se te olvida que tienes una garrapata agarrada a tu brazo —al escuchar eso y no pude aguantar la risa, estamos sincronizadas.

—Más respeto, ella no es una garrapata, es mi amiga —mi risa se cortó de inmediato y la miré con una ceja alzada —ella es Elisa, pero le decimos, Lisa es mi mejor amiga desde que éramos niños —quería decir algo sarcástico, pero Yassi me ganó.

—Y que no tenía dinero para comprarse ropa, que se quedó con la misma que tenía cuando era niña.

Quería reírme por la cara que puso y juro que jamás me meto con las personas y su vestimenta, siempre he creído que cada quien puede ponerse lo que le gusta, pero ver como mi mate la abrazó me llenó de ira porque me llega el olor de excitación de ella.

Y más me enojó lo que dijo.

—Mario es raro que no me digas mi Eli como siempre —eso hace que me llene más de ira, pero no le voy a dar el gusto de verme hacer un escándalo, jamás lo haría.

—Bueno, ya que no me han sido presentada, soy Elisabeth, pero tú me puedes decir Elisabeth, soy la mate de Mario —me presento, sería y Mario lo noto, pues no lo nombre por algún apodo cariñoso.

La chica Fénix [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora