Capítulo 20 El celo del lobo.

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Hola, pasaba a decirles que gracias por leer mi historia, y también que es la primera vez que intento escribir una escena de sexo, así que pido disculpas si nos es de su agrado.


Mario

La manada estaba tranquila, los ancianos del consejo también no se enojan a menudo, así que nunca tengo problema con ellos, los nuevos integrantes de la manada se acoplan bien, no hemos tenido ningún problema con ellos en casa igual, pero mi cabeza da vueltas mi estómago se siente vacío y ni hablar de mi boca está muy seca. Estoy un poco ansioso, mañana es mi celo y no sé si mi Eli esté preparada, no me importa esperar si no lo está solo que esta vez mi lobo estará más descontrolado porque ya encontré a mi mate.

Sé que no es una delicada flor que puede romperse, ella sola puede cuidarse, la he visto pelear, me atrevo a decir que incluso es más fuerte que yo, eso me tranquiliza, pero no confió en mi lobo, sé cómo puede descontrolarse en el celo y más aún si cae en luna llena mi bestia interior me controla a veces cuando mi fuerza de voluntad flaquea.

A mí no me eches la culpa de nada humano calenturiento —dice Leros entre gruñidos, claro me olvidaba que él es un santurrón, si antes de encontrar a mi luna era el que más fantaseaba en cómo encontraría y marcaría a nuestra soul mate.

—Cállate que tú eres el que es así —me defiendo.

No sé si es normal pelear con tu lobo, jamás le he preguntado a mis amigos si ellos pelean con su espíritu animal me da pena hacerlo, no quiero ser el único alfa con problemas de comunicación.

Primero tú y yo estuvimos de acuerdo que únicamente estaríamos con nuestra mate y dos no soy un santurrón, si fuera por mí esperaría a nuestra Eli el tiempo que sea —me dice.

Claro que estuve de acuerdo desde pequeño cuando supe la historia de mi padre y no quería lastimar a mi pareja, nunca pasó por mi mente salir con alguna de las chicas que conocí en el instituto, incluso mi mejor amiga me alejaba de cualquiera que quisiera acercarse a mí de manera romántica y siempre se lo agradecí, ya que no soy bueno captando indirectas.

—Sí, y yo también, pero recuerda que en nuestro celo no nos podemos controlar si hay luna llena —eso me preocupa, no quiero hacerle daño y jamás la obligaría a estar conmigo, desde pequeño, mis padres me enseñaron a respetar a todas las mujeres literal mamá me amenazo con cortarme él... bueno se entiende, mamá es muy poco sutil.

Yo de ti, ni me preocupo por eso, jamás le haríamos daño, por otro lado, acabo de hablar con el lobo de tu papá, o sea, mi papá dice que nos quiere dar la charla.

Este lobo se confunde solo, pero si mi papá me quiere dar la charla será mejor que huya no quiero tener ese tipo de conversación con él, es muy incómodo, además ya recibí clases de educación sexual, para terminar mi lobo cerró cualquier comunicación conmigo claro bien valiente me salió para ser un alfa.

No doy ni dos pasos y me encuentro a papá con una sonrisa escalofriante.

—Hijo, ya que te encuentro quiero hablar algo importante contigo —oh, oh, es hora de huir, parece que se da cuenta de mis intenciones porque me detiene, trata de no reírse, si el viejo lo disfruta creo que no estaría mal dejarlo a solas con el príncipe Nick.

—Sabes papá, tengo cosas que hacer, ya sabes cosas fundamentales que hacen los alfas, papeles, lobos y eso, así que me voy adiós— intento levantarme, pero no me deja.

— Eso déjalo para más tarde, ahora tú y yo tendremos una charla —okay, esta es la hora dónde quedaré traumado de por vida— verás hijos cuando un hombre y una mujer se aman ellos...

La chica Fénix [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora