Capítulo 3 | Sin ofender

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Cuando nos mudamos a un departamento con las chicas acordamos tener una planilla donde dividiríamos las tareas y todos los fines de semana organizamos la planilla para cambiar trabajos

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Cuando nos mudamos a un departamento con las chicas acordamos tener una planilla donde dividiríamos las tareas y todos los fines de semana organizamos la planilla para cambiar trabajos. Esta semana me toca hacer la cena y aprovechando lo que tengo en la nevera hago un platillo que cocinaba con mi padre cuando era niña. Las chicas no se quejan de mi comida, pero si trato de hacer algo sin carnes para Agustina.

Hoy en particular el aroma de mi comida las trajo antes de que tuviera que avisarles que la cena estaba lista. Agus estaba en pijama y Cassie igual ambas estaban estudiando en la pequeña sala de estudios que armamos para que nos quedara cómoda para todas. Pusimos la mesa y nos sentamos a cenar sin decirnos mucho, cada una estaba metida en sus propios pensamientos.

—Mañana vendrá un chico a hacer un trabajo en grupos conmigo —alce mi mirada para ver a Cassie —Tiene pinta de ser una mala persona, pero les aseguro que no nos robara nada. Ah y tampoco se esfuercen en ofrecerle nada no quiero que se sienta cómodo —la teñida estaba hablando sin ver más allá de su comida algo que no es raro, pero si son raras sus peticiones.

—¿Por qué no quieres que se sienta cómodo? —habla Agus mirando interrogante a la chica a su costado.

—Él es como un gato callejero donde le demos comida siempre intentará regresar y no me cae bien. La profesora de contabilidad nos puso a trabajar juntos como castigo por interrumpir su clase —bufó la chica rodando los ojos, en lo poco que vengo conociendo a Cassandra muchas personas no le caen bien, pero siempre intenta que nada la afecte. Verla en este modo me preocupa un poco, pero tampoco quiero agobiarla con preguntas cuando ella esté lista me dirá que pasa.

—Está bien de todos modos mañana no estaré en casa iré a una exposición de arte con Alan —la rubia estaba que parecía irradiar felicidad y es que las dos cosas que más ama en este mundo estarán en un mismo lugar mañana.

—Puedo quedarme en casa o irme a la fraternidad con Dylan ¿quieres que te deje sola con el gato callejero? —reteniendo una risa bajo mi mirada al plato y espero a que Cassie me conteste.

—Quédate en casa o te aseguro que aparecerá un gato muerto en la basura —su tono era de broma, pero conociendo el temperamento de Cassie no la dejaría sola con un chico que deteste.

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Ir solo por una hora a la universidad fue como un regalo del cielo y teniendo el día libre decidí comprar algo de ropa para ir a la fiesta de la fraternidad Alpha. En esta ocasión la fiesta es algo más privada por ser el cumpleaños de Valentino el líder de la casa. La fiesta es con invitación y se tiene que ir vestido de rojo el color de la fraternidad y para Valentino será muy importante celebrar su cumpleaños en la casa.

El centro comercial no es algo que visite muy a menudo, compro ropa cada cierto tiempo, no sigo las tendencias de moda y comprar en exceso no es algo que me hayan enseñado mis padres. No es porque nos haga falta el dinero, somos una familia de clase media alta, pero sí es cierto que mis papás lucharon para tener esa posición. Mi padre es profesor de la universidad de Yale de las mejores universidades del país. Mamá es una reconocida estilista de estrellas de la música y actores.

Hey, Morena (#2 HS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora