Capítulo 5 | Tuviste suerte

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Abro los ojos sintiéndolos muy pesados, todo mi cuerpo me duele y tengo una sensación extraña en mi brazo derecho

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Abro los ojos sintiéndolos muy pesados, todo mi cuerpo me duele y tengo una sensación extraña en mi brazo derecho. Escucho los pitidos de máquinas y finalmente me percato de que estoy en un cuarto de hospital. Duele mi cabeza al moverla y apenas si logro poder mover un dedo sin tener que esforzarme mucho. Comienzo a intentar sentarme en la cama y llamar a alguien para que me diga que paso. ¿Dónde está Dylan? ¿Por qué estoy aquí? Hice mucho esfuerzo por intentar incorporarme, pero una mujer entró en mi habitación y me obligó a recostarme.

—No hagas eso, llamaré al doctor quédate tranquila —hablo la joven enfermera mirándome con sus ojos marrones y una sonrisa comprensiva.

—¿Dónde está Dylan? —pregunté a la enfermera que me retenía para que no volviera a incorporarme. Por la puerta entró otro hombre con bata blanca y uniforme azul oscuro.

—Yo me encargo Fiona —la enfermera me suelta y se va de la habitación dejándome con el hombre. —Hola, Isabella soy el doctor Alvin Jones ¿Sabes por qué estás aquí? —del bolsillo de su bata saca una linterna con la que me encandila los ojos.

—No —respondo dudosa porque en verdad no me acuerdo de nada más luego de que salimos de la fiesta de Valentino se supone que debería estar en mi departamento con Dylan. —Lo último que recuerdo es salir con mi novio de una fiesta y desperté aquí —el doctor anota algo en su tablilla y luego vuelve a observarme dejando la tabla sobre una mesa que se encuentra junto a mi cama.

—Isabella lo que pasó fue que tú y tu novio sufrieron un accidente de tránsito, te diste un fuerte golpe en el cráneo y hombro está dislocado, pero tuviste suerte si tu novio no te hubiera protegido habrías muerto —el hombre no me dice más nada y se pone a revisar las máquinas anotando cosas en su tablilla.

—Doctor Jones ¿Cómo está mi novio Dylan? —quería verlo y saber que él estaba bien al igual que yo necesitaba decirle gracias por haber salvado mi vida.

—Está en terapia intensiva mi colega el doctor Murphy está trabajando en su caso le preguntaré cuando podrás verlo —asiento viendo al doctor no intente moverme de nuevo porque todo mi cuerpo dolía.

La puerta se abrió de nuevo dejando entrar a mis amigos que no parece que lo hayan pasado muy bien. Están vestidos con la ropa de la fiesta y traen caras de no haber dormido nada. Agustina es la primera que se me acerca con los ojos rojos por haber llorado y me toma mi mano sana apretándole entre sus dedos.

—Bella esto no debió haber pasado, si yo no me hubiera emborrachado tú y Dylan estarían bien —la rubia comenzó a llorar sin poder contenerse y yo me sentí mal, nunca me gustó ver a Agustina llorar es algo que detesto y más si lo hace por mí.

—No llores algodón rubio esto hubiera pasado de todas formas cada uno tiene su destino marcado. Vamos a estar bien linda —intentó consolarla a ella y en parte también a mí porque no me han dicho mucho del estado de Dylan, pero saber que está en terapia intensiva me aterra.

Hey, Morena (#2 HS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora