01: Querubín

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Park JiMin estaba en constante mudanza por el trabajo de su padrastro y por ende le costaba mantener amistades. 

Se habían mudado al menos cuatro veces en lo que iba de los últimos dos años y sus relaciones con sus amistades eran bastante fugaces entonces empleó a simplemente juguetear un rato con las personas pues sabía que jamás las volvería a ver en cuestión de meses. 

Se había acostumbrado a no sentir rencor, remordimientos o amargos momentos donde los recuerdos le atacaban, había declarado que el tiempo que compartiese con quien sea era preciado y no cualquier podría disfrutarlo. No mantenía relaciones de novio o novia, sólo se divertía viviendo un poco de aquí y un poco de por allá.

A su madre no le gustaba al menos el cincuenta por ciento de la gente con la que se juntaba pero al cabo de unos meses encontraba a otras personas. No era tan sencillo mudarse e incluso para sus padres les cuestionaba el hecho de que su hijo no tuviera un lugar estable para establecerse pero a JiMin no le preocupaba en lo absoluto, así se había criado toda su preparatoria y ahora a un paso de terminarla, su padre fue trasladado. Estaba por comenzar el último semestre y apresuradamente su madre lo matriculó en un colegio bastante bueno según le habían contado. 

JiMin no tenía ningún problema con su padrastro, mantenían una relación buena a pesar de no verse en bastantes horas al día, su madre quería que el vínculo fuese más fuerte pero él trabajaba mucho en una empresa transportista casi todo el día y era muy difícil incluso la relación de pareja. Sin embargo, el ambiente en casa fluía considerablemente ante este obstáculo. JiMin había cumplido la mayoría de edad y su madre le había explicado las opciones de universidad que tenían pero ninguna le convencía, él estaba en un pequeño conflicto porque este semestre debía decidir que quería hacer con su vida y era obvio que no sabía como podía elegir algo a que dedicarse toda la vida porque siempre estaba en constante cambio; la estabilidad y el compromiso ahora le daban miedo y hacía pucheros cada que su madre lo reprendía por evitar esas conversaciones.

JiMin sólo quería divertirse. 

El rubio suspiró y sonrió ante el espejo. Hoy era su primer día en el colegio y se había puesto un suéter tejido que cubría su perfecta delgadez y le hacia tener una silueta más tierna además de unos jeans descosidos. Saludó a su mamá y comenzó a comer su desayuno ya servido en la mesa. 

- ¿Listo para hoy? -le preguntó la dulce voz de su mamá.

- ¡Siempre lo estoy! -chilló el rubio acomodándose el cabello por quinta vez. Su mamá rió ante su efusividad y metió un pequeño lunch a su mochila guiñándole un ojo, ella era tan atenta. 

Terminando se despidió y salió con calma a la parada del autobús. El amarillo camión se detuvo a escasos pasos de él y subió mostrando la credencial que su mamá se había preocupado por obtener, le dio una sonrisa al conductor y buscó por un asiento. Había chicas hablando y chicos jugando en la parte trasera, no sabía donde sentarse pues era una decisión que le podía costar un viaje placentero. 

Al final se fijó por un asiento vació a la mitad del bus junto a un chico castaño y de cejas gruesas. Le sonrió y se sentó. JiMin estaba a punto de colocarse sus audífonos cuando el chico a lado le habló.

- Jackson -le dijo mirándolo sonriente - Mi nombre es Jackson. 

- JiMin - le sonrió de vuelta y bajó la mirada al no saber que más decir. - ¿Te gusta la música? 

El castaño le asintió, JiMin le pasó un auricular y este lo tomó agradecido. El rubio paseó por su biblioteca de música rápidamente para poner algo de pop. 

Buenas NotasWhere stories live. Discover now