Pablo Neruda en el corazon de un poeta

VEINTE POEMAS DE AMOR

1

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,

Te pareces al mundo en tu actitud de entrega.

Mi cuerpo de labriego salvaje te socava.

Y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.

Fui solo como un túnel. De mi huían los pájaros

Y en mí la noche entraba su invasión poderosa.

Para sobrevivirme, te forje como un arma,

Como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.

Cuerpo de piel, musgo, de leche ávida y firme.

Ah vasos del pecho! A los ojos de ausencia!

Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!

Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.

Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!

Oscuros cauces donde la sed terna sigue!

Y la fatiga sigue, y el dolor infinito.

5

Para que tu me oigas

Mis palabras

Se adelgazan a veces

Como las huellas de las gaviotas en las layas.

Collar, cascabel ebrio

Para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.

Más que mías son tuyas.

Van trepando en mi viejo dolor como las edras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.

Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas están huyendo de mi guardia oscura.

Todo los llenas tu, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,

Y están acostumbradas más que tú en mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte

Para que tu oigas como quiero que me oigas.

El viento de la angustia aun las suele arrastrar.

Huracanes de sueños aun a veces las tumban.

Escuchas otras voces en mi voz dolorida.

Llanto de viejas bocas, sangre de viejas suplicas.

Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.

Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.

Todo lo ocupas tu, todo lo ocupas.

Voy haciendo de todas un collar infinito

Para tus blancas manos, suaves como las uvas.

6

Te recuerdo como eras en el último otoño.

Eras de boina gris y el corazón en calma.

En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.