Capitulo 2

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Capitulo 2:

Las palabras de su hijo le habían caído como agua fría, no por que fuera sorpresa de que el hijo menor de Bruce fuera omega, sino que todo llevaba a que en esa noche su hijo y el hijo de Bruce habían llegado más allá.

- Jon tu a Damian ¿Lo marcaste? – Cuestionó preocupado el mayor acercándose a su hijo para tomarlo desde los hombros para que este lo mirara.

- ¿Qué?... No papá, pero no puedo negar que si lo intente. – Murmuró el menor mostrando sus manos las cuales estaban heridas por mordidas. – P-pero... a pesar de que deje a Damian en su casa y el me dijo que se debía quedar como algo sin importancia... papá...yo siento que debo estar con Damian...Yo...

- Ve a darte un baño y luego a la cama, luego hablaremos de esto. – Pronunció el padre del chico a la vez que le abrazaba, temía escuchar lo que su hijo quería decir. Más que nada temía por que al parecer era como una maldición de Kryptoniano en la tierra que debían estar emparejados con un Wayne.

Mientras aquello se daba en Kansas en la mansión Wayne el escenario era muy diferente, dentro de su habitación se encontraba Damian con una bata recostado en la cama, maldiciéndose así mismo el como pudo haberse acostado con Jon, además de eso creyó que su padre lo había descubierto pues apenas ingresar a la baticueva lo envió a bañarse y seguido Alfred le llevo los supresores a la habitación.

- Con un demonio...

- Sigo pensando que eres muy pequeño para maldecir Dami. – Pronunció el mayor de los hijos de Bruce, ingresando a la habitación del menor sin siquiera pedir permiso. – Pasaba por aquí y Bruce dijo que llegaste extraño de la misión ¿Tuviste algún problema con Jon?

- No es algo que te incumba Grayson. – Aclaro el menor observando de manera tajante al que se autoproclamaba su hermano mayor.

- Tienes razón, no es algo que me incumba. – Comentó acercándose donde el chico mostrando un botiquín de primeros auxilios y sin más tomo asiento en el borde de la cama del menor, sumando a que con un jalón de su mano tomo la ajena para ver las marcas que tenían estas. – Seria así... a no ser porque sé que te sucedió algo con aquel chico, además el mensaje encriptado que enviaste a la Torre T, decía algo muy curioso que solo Tim o yo lo hubiésemos entendido ¿Sabes que es?

- Consíguete una vida y deja de estar en la torre T que ya no es tuya. – Pronunció obviando la pregunta del mayor y acomodándose para que este le curara las manos.

- "Fue un olor embriagante, el canario encontró a su jaula" – Hablo en voz alta Dick mientras curaba y vendaba las manos del menor. – El celo te llego en una fecha totalmente errónea a la que es habitual, tienes estas marcas en tus manos , además, puede que Bruce o yo no lo sintamos... Pero Jason antes de irse dijo que cuando llegaste apestabas a un alfa y que era como que las feromonas de ese alfa te habían reclamado como suyo. – Explicaba el joven detective, pasando esta vez la otra mano del menor, hablando de Jason como si fuera nada, puesto que para ningún hijo de Bruce era secreto que Todd merodeaba los alrededores de la mansión y la baticueva cuando Bruce entraba en celo. – Así que solo como especulación, viendo tus marcas en las manos y lo que dijo Jaybird, asumo que tuviste un encuentro con aquel alfa y segundo... que si las feromonas de aquel alfa te despertaron el celo quiere decir que....

- ¡NO LO DIGAS! – Grito el menor llamando la atención de su mayor quien sin decir nada lo abrazo y acaricio su espalda, suponiendo que aquel encuentro había hecho estragos en la mente del pequeño demonio. – Padre no puede saberlo.

- Tranquilo, Jaybird solo me lo dijo a mi y si no quieres que bruce lo sepa, lo mantendré en secreto no te obligare a que se lo digas. – Pronunció el ex acróbata mientras reconfortaba a su hermanito menor, quizás podía comprender un poco el miedo que este sentía ante el hecho de sentirse vulnerable. – Pero a pesar de eso... necesito saber con quien fue...Prometo que no le haré nada.

- Es alguien tan idiota que de seguro ahora esta planeando las mil y una forma para "cortejarme" – Comentó con una sonrisa el ojiverde recordando las palabras del chico con el que se había acostado.

- Ok... no me dirás el nombre, entonces explícame lo que paso para que terminaras con estas marcas en las manos. – Pregunto con curiosidad, Dick estaba aprovechando que el menor de todos se encontraba de buen humor para así poder sacarle información.

- Pues...

*Flash Back*

Se encontraba en la misión que su padre le había enviado, para Damian ya no era secreto que su padre trataba de ocultar algo con esas misiones tan rebuscadas a las que lo enviaba específicamente con Jonathan. Sobre todo a esta era un grupo insignificante de traficantes de animales, pero allí estaban liberando y rescatando a los animales, todo hubiese sido perfecto e inclusive hubiesen regresado aquella noche, sin embargo, para Damian algo se lo imposibilito y fue el sentir como un agradable aroma invadía su nariz llevando a que este se desconcentrara un poco y que uno de los traficantes le atacara con una de las armas, había sido cosas de minutos pero lo que pudo notar fue que luego de que este sujeto lo atacara, era que Jon lo estaba llevando a través del vuelo y se detuvo hasta llegar a una cueva lo bastante alejada de donde se encontraban.

- Hay que ver tu pierna, ese tipo te hirió. – El ojiverde escucho hablar a su compañero quien lo miraba preocupado ala vez que se acercaba a este y le observaba de manera fija. – La bala traspaso tu muslo, pero hay que hacer un torniquete.

- Lo sé. – Fue lo único que pronunció Damian observando como su compañero usaba parte de esa ridícula capa para realizar el torniquete, pero nuevamente aquel aroma embriagante lo puso en alerta pues su cuerpo comenzaba a sentirse caliente. – Aléjate. – habló apartando al ojiazul de su metro cuadrado, no podía estar pasando eso, mucho menos que su celo se presentara de forma tan irregular ya pasado 2 años de su primer ciclo de celo.

- Pero si puedo hacerlo bien... papá me enseño como atender con primeros auxilios. – Reprocho el super chico formando un pequeño puchero ante el alejamiento del mayor.

- ¡Que no quiero que te acerques! – Grito abrazándose así mismo, comenzando a sentir como aquella ola de calor lo estaba invadiendo nuevamente y no quería que aquel chico lo viera en ese estado tan vulnerable.

- P-pero la herida de tu pierna...

- Jonathan Samuel Kent, si te a través a dar un paso más te corto. – Aseguro el chico a la vez que observaba con recelo al menor quien trataba de acercársele.

Un amor heredadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora