Holiiiii espero les guste este one-shot. Es la primera vez que escribo algo así de atrevido jajajajaja, espero sea de su agrado, déjenme saber si les gusto y quieren más cosas así
— D-diablos Satori, ¿no podías esperar después de clases?— soltaste un gemido ahogado.
— shhh nos van a descubrir— el pelirrojo quien te tenia de espaldas a él se acercó a tu oído y mordió tu lóbulo.
— no nos descubrirían si a alguien no le gustara hacer este ... tipo de cosas en la escuela y esperara hasta después de clases— volteaste para poder mirar a tu novio.
Odiabas cuando Satori te ponía en este tipo de situaciones y vaya que a él le encantaba, por lo general era muy tierno y lindo contigo pero a veces sus más profundos deseos florecían y este era uno de esos momentos.
— pero es aburrido hacerlo después de clases— el pelirrojo canturreó.
— entonces supongo que ya no lo haremos más.
— sabes a lo que me refiero— Tendou beso tu cuello.— además es más divertido y lo sabes— te miro haciendo un puchero.
No podías negar que en cierta forma te gustaba la adrenalina que te producía la idea de ser descubiertos por alguien. Y estando en el almacén del gimnasio era más probable que alguien sí los encontrara.
La excesiva confianza que tenías en el pelirrojo era la misma que te había llevado hasta esta situación, y es que siempre había sido así desde la primera vez que se conocieron en la escuela secundaria. No sabias por qué pero Tendou te transmitía un sentimiento de confianza y tranquilidad que ninguna otra persona te hacía sentir.
— te odio— ahora tú besaste su cuello.
— mentirosa.
— cállate— dejaste un beso húmedo entre su cuello y oreja.
Satori comenzó a desabrochar un poco tu camisa pero lo detuviste antes de que desabrochara el botón que estaba justo en tu pecho.
— dijimos que solo serían besos y tocamiento, nada de quitarnos la ropa— detuviste su mano para después quitarla de tu camisa.
El pelirrojo té miro con una mueca en su rostro.
— perooo, yo ya no quiero solo eso— Tendou te pegó más a su cuerpo.
— Satori— lo miraste desafiante.
—¿qué? ¿Acaso tú no quieres lo mismo que yo? Yo sé que si lo quieres— comenzaste a ruborizarte, más de lo que ya estabas y al ver esto una sonrisa maliciosa se formó en el rostro de Satori.— ¿ves preciosa? Quieres lo mismo que yo de lo contrario no te pondría tan nerviosa que hiciera esto— Satori comenzó a subir su mano por tu pierna hasta llegar a la parte interna de tu muslo, al sentir su tacto te tensaste.
— b-basta Satori— ahogaste un pequeño gemido.
Sabía muy bien tus puntos más débiles.
— no— Tendo comenzó a subir aún más su mano hasta llegar a tu ropa interior.
Un gemido volvió a escaparse de tus labios al sentir su tacto.
— tendré que callarte— Satori comenzó a besarte apasionadamente, metiendo su lengua en tu boca explorando cada centímetro de esta.
Estos tipos de besos eran los favoritos de Satori, y le gustaba aún más separarse de ti solo para ver el rubor que provocaba en tus mejillas. Aún recordaba la primera a vez que te había besado, te veías tan tierna, esa imagen siempre quedaría grabada en su mente.
Otro gemido salió de tus labios al cual Satori respondió con una sonrisa.
— ¿quien diría que la tierna y dulce _______ es una pervertida?— el pelirrojo té miro pícaro.
— c-cállate aquí el único pervertido eres tú — apartaste la mirada .— además de pervertido, aprovechado, me trajiste hasta aquí con engaños.
— ¿en serio creíste que te traje hasta acá para preparar el entrenamiento de esta tarde?, Que tierna.
