— oye— el rubio llamó tu atención haciendo que despegaras la vista del televisor, puso en pausa el juego de video que estaban jugando— ¿me quieres?— te miro con curiosidad aunque ya sabía cuál sería tu respuesta.
Dejaste el control remoto en la pequeña mesa de centro y lo miraste.
Aunque no lo pareciera Kenma algunas veces era inseguro de sí mismo y en algunas ocaciones te sorprendía con esa pregunta.
Kenma se removió en su asiento.
— Claro que te quiero Kenma... te amo— sonreíste— somos almas gemelas— dijiste tranquila, era algo que solías decirle desde pequeños.
Kenma sonrió con suficiencia, ya sabía la respuesta, era solo que le gustaba escucharte decir que lo amabas, no sabía por qué pero le reconfortaba saber que lo amabas.
— yo también te amo, eres mi mejor amiga.
Esa palabra retumbó en tu mente, mejor amiga. Querías ser más que eso, más que una simple amiga para él, cuando decías que lo amabas lo decías en serio. Al igual que lo de las almas gemelas, realmente podías sentir la conexión tan fuerte que había entre ambos, se complementaban y no solo tú te percatabas de eso, las personas a su alrededor también lo notaban... él único que parecía no darse cuenta de esa gran conexión era el mismo Kenma.
Y hoy era el día en que estabas dispuesta a que de una vez por todas se diera cuenta de tus sentimientos hacia él, que supiera que los "te amo" que le decías no eran un simple te amo de amistad sino de algo más.
La tarde pasó muy agradable con ustedes dos jugando videojuegos, viendo películas y comiendo cuanta chatarra se les pusiera enfrente, era lo que solían hacer en días tan calurosos como ese y el que estuvieran en vacaciones ayudaba aún más.
— estoy un poco aburrida de este juego— te quejaste.
— solo te aburre por que no puedes ganarme— contesto con una pequeña sonrisa de victoria en sus labios.
Era verdad que Kenma era demasiado bueno en los videojuegos.
— no es justo tú siempre lo juegas— hiciste un mohín.
— no es cierto es solo que ...tu apestas en esto— se encogió de hombros y te miro divertido.
Te gustaba verlo así y a Kenma le gustaba estar contigo, generalmente era un chico muy calmado y reservado pero estando contigo se sentía tan cómodo que no solía ser tan reservado como de costumbre.
— mejor hay que hacer otra cosa— apagaste el televisor, le quitaste de las manos el control remoto a Kenma y te sentaste frente a él.
— ¿como? — suspiro con pesadez.
— mmh— pensaste un poco antes de decir lo que pensabas— ¡Ya se! Juguemos verdad o reto— era la excusa perfecta para llevar a cabo tu plan.
— no, será muy problemático hacer los retos.
— que aburrido eres Kenma— te cruzaste de brazos.
— está bien, pero solo por que ya no hay nada que ver y nada que jugar— rodo los ojos.
— ¡bien! Empiezo yo, ¿verdad o reto?
— ¿verdad?— sonó con un poco de duda pero es que... ¿qué querías saber qué no supieras ya de él?
— ¿te gusta alguien?— te apresuraste a preguntar.
— no— contestó con simpleza— ¿verdad o reto?— ahora era su turno para preguntar.
— verdad.
— ¿a ti te gusta alguien? — sus mejillas comenzaron a parecer unas pequeñas manzanas.
De inmediato tus mejillas también tomaron un color carmesí.
— Sí.
— ¿quien?— Kenma te miro fijamente, no sabía por qué pero quería saber quien era, y es que nunca le habías contado de algún chico que te gustara.
— ¡oye! Eso ya son dos preguntas ahora es mi turno.
— está bien, está bien— rio un poco por la expresión que acababas de hacer.
— ¿verdad o reto?
— verdad — se encogió de hombros.
— no es divertido si solo escoges verdad— mordiste el interior de tu mejilla— ¿qué piensas de mi?.
— ¿de ti?.
— Sí, de mi.
— ¿por qué quieres saber algo así? Si ya sabes lo que pienso de ti— a Kenma le extrañaba la pregunta que habías hecho.
— solo contesta.
— bueno... eres una persona realmente amable, te preocupas por los demás. Eres muy inteligente y bonita además de graciosa. Me gusta que... te preocupes por mí— un leve rubor comenzó a aparecer en las mejillas del rubio y tus ojos ... tus ojos comenzaron a brillar de la emoción—y no te importa que casi todo el tiempo quiera estar en casa, por eso eres mi mejor amiga. Es mi turno.
Ahí estaban esas palabra otra vez, al escucharlas el brillo de tus ojos se perdió.
Después de la típica pregunta de verdad o reto, escogiste reto.
Era la oportunidad de Kenma para saber quien era él chico que te gustaba y no la iba a desaprovechar.
— te reto a que invites a salir al chico que te gusta, llámalo e invítalo a salir.
— ¿¡ Q-Qué? ¡N-no lo voy a hacer!— te había tomado por sorpresa.
— vamos, no seas cobarde.
Lo miraste mal y tomaste entre tus manos tú celular, tus manos comenzaron a temblar y a sudar. Buscaste su número telefónico y lo marcaste.
Después de unos segundos en celular de Kenma comenzó a timbrar. Kenma tomó su celular y miró en la pantalla el nombre con el que te tenia registrada, te miro confundido.
— deja de bromear y llama al chico.
— ...— sentías la cara arder de la pena que tenías— n-no estoy bromeando.
Kenma abrió los ojos más de lo normal y todo su rostro incluidas las orejas se tornaron rosados.
Colgaste, dejaste tu celular de lado. Te acercaste más a Kenma y lo besaste sin previo aviso y tomando por sorpresa al chico de raíces.
Al principio Kenma no correspondió el beso pero al final lo hizo. de un momento a otro te apartó de él.
— ...— el silencio inundó la habitación— _____ yo no te veo así, lo siento.
— no importa Kenma, mi intención no era que me correspondieras , solo quería que supieras lo que siento por ti— sonreíste— creo que es hora de irme— te levantaste y tomaste tus cosas.
— pero si aún no es tiempo de que te va...— Dejaste a Kenma hablando solo.
Después de cerrar la puerta detrás tuyo, y comenzar a caminar directo a casa, dejaste que las llaves de tus ojos se abrieran dando paso a interminables lágrimas que salían de estos. Tu vista estaba borrosa gracias a las lágrimas.
No te dolía el no ser correspondida, te dolía la posibilidad de no tener nunca más a Kenma en tu vida y haber echado a la basura tantos años de maravillosa amistad.
