Favor y discusión...

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  Se aproximaba la hora de la cita, en donde un hombre enamorado mostraría, a la niña de sus ojos, lo que significa para él. Hashirama ya tenía todo preparado, ya se encontraba guapo, vestía un kimono marrón y negro, colores que le favorecían por su tono de piel bronceado. Desprendía felicidad a los 4 vientos, sin embargo, había un problemilla: Izuna, su cuñado en secreto. Tenía que hacer algo para que este no siguiera a su hermana hasta el monte Kage. Así que con los nervios de punta le pediría a su hermana que, invitará a Izuna ir por allí, sino antes tenía que revelar sobre su amorío con su bella azabache. Mientras esperaba que Lady Tobirama abriera la puerta de su habitación, el moreno quería flaquear, pues si le confesaba a su hermana sobre su amorío con la líder del clan Uchiha, sería como traicionar la confianza de su amada. Pero era el único modo de distraer a su cuñado usando a su hermana, que bien le caía un momento a solas con el azabache de coleta baja y larga.

La confesión fue sin rodeos, Hashirama le implicó porque no debía compartir su confesión a nadie sobre su noviazgo. Lady Tobirama se quedó por unos minutos sería y repasando lo que su aniya le había confesado.

—¿Seguro que no has tomado demasiado Sake? Porque no se le ve a ella que te vea con otros ojos, que solo un rival. ¡Hashirama, no juegues conmigo, sabes cuanto detesto que me mientan! —La albina estaba roja del coraje, puesto que no había huellas en sus recuerdos que, Lady Madara, viera a su hermano con ojos de enamorada.

—Tobi... —bufó, y se sobó las cienes antes de proseguir —: Te digo la verdad. Yo no mentiría en algo así de serío. Ahora promete que no dirás a nadie sobre esto.

—Claro que no. Me has confiado tu "supuestamente" relación con la greñuda, como para yo traicionar tu confianza. Pero no entiendo cómo te ha valido un pepino traicionar su confianza.

—A eso quería llegar, verás, necesito un favor para esta noche, y tú eres la persona correcta para cumplirlo.

—¿Yo? ¿Y de qué se trata ese favor? —Se cruzó de brazos y levantó la cadera. Con la expresión que veía a su hermano, hizo que este comenzará a sudar.

—Pues que entretenga a... —suspiró profundamente —, Izuna. ¡Llévalo a pasear por allí, mientras tengo mi cita, es que tu sabes que él sigue mucho a Mada...!

La albina con una mueca de disgusto en su rostro comenzó a negar con la cabeza de un lado u otro, era como si dirijan que se confesará al Uchiha. Hashirama por otro lado comenzaba a deprimirse con el favor fallido. Era de esperarse aquella reacción provenir de la albina.

—¡Estás loco! ¡¿Yo invitar a salir a Izuna?! ¿Qué cara me viste, la de una mujer desesperada?! —se sentía ofendida.

Furiosa se acercó a su hermano, listo para rematar contra él, por el atrevimiento de pensar que ella cayera tan bajo. Pero el moreno antes que lo tomará del cuello, le hizo otra propuesta.

—Bueno, que tal si mejor le digo que te ayude con la guardia. Así será más válido que estés con él durante toda la noche.

—¡¿Y qué van a hacer toda la noche?! —su preguntó sonó brusca. Ambos se vieron a los ojos, sin poder obtener una respuesta del moreno, pues este sudaba de los nervios —. ¡Cochinos, van a hacer eso en la primera cita!

—¡No, no, cómo puedes pensar ello! —Cada gota de sudor que caía de su barbilla lo delataba aún más —. ¡Nosotros solo vamos a tener una cena, quizá caminar por el bosque, conversar sobre nosotros, y ya!

—Pero no es mi día de cuidar las murallas, así que, ¡no! —Se dio la vuelta y regresó a su futón. Hashirama la siguió desesperadamente.

—Imôto-san, por favor solo te pido este favor, por favor, haré lo que me pidas mañana —suplicó casi poniéndose de rodillas.

Caprichos de Lady Madara  [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora