Valle del fin

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    La noche comenzaba a caer. El clima se tornó fresco y las luciérnagas salieron a volar sobre aquel río frente a la azabache recién cenada y bañada. Los grillos cantaban la melodía para atraer a su pareja, tal como ella quería hacerlo, atraerlo hasta en donde está y reclamarle en su cara lo poco hombre que ha sido. Sin embargo, lo dejará para el día de mañana, después de descansar la larga travesía y que sus pies hinchados regresen a la normalidad. Se cobijó con su abrigo, apoyó las espada contra un tronco de un metro de alto y se quedó dormida. La fatiga la dejó dormida en menos de cinco minutos...

«La tenemos acorralada...».

«Nunca pensé encontrarla así, indefensa...».

«Tengan cuidado, no porque este embarazada, es débil...».

«Hasta aquí llegó la kunoichi más temida de las cinco naciones...».

Lady Madara sintió más de 50 presencias alrededor de ella en un radio de cinco metros de distancia. Eran shinobis con distintos Kekkei Genkai, unos conocidos y otros desconocidos. Los enemigos que dejó durante la fundación de la aldea, han venido por ella. Y de seguro se mantuvieron detrás de ella por muchos días, en busca del momento adecuado para atacar. En lo más profundo de su ser sintió rabia que por estar embarazada y casi ciega, no pudo detectar con tiempo las presencias de sus cazadores. Ahora solo le queda pelear con lo que posee, aunque su bebé salga herido.

En cuanto la kunoichi más sádica abrió los ojos con el Mangekyo Sharingan, su chakra se expulsó violentamente tirando a varios de los shinobis por los aires. Solo lo más capacitados en un encuentro de este nivel, se mantuvieron erguidos al piso. Un saltó usando una velocidad inhumana, hizo Lady Madara tomando consigo la Gunbai, lista para asesinar a los que se atreven a enfrentarla.

Se cargó a los primeros diez usando Taijutsu y Kenjutsu, puso a otros siete en Genjutsu de parálisis mientras tomaba sus armas y los asesinó con ellas. Los shinobis que restaban comenzaron a aplicar Ninjutsu de todo tipo de elementos, mientras ella copiaba sus jutsus y se los regresa con más potencia. Quedando 20 shinobis, los cuales portaban Kekkei Genkai ya vistos y dos de ellos nunca vistos por Madara. En ese punto las cosas comenzaron a ponerse difíciles, puesto que los 20 shinobis tenían una coartada ensayada.

Lady Madara fue rodeada de distintos ángulos, acto seguido, recibió todo tipo de técnicas a la vez. No quería usar el Susanoo, porque por su estado actual, no puede gastar mucho chakra sin quedar agotada y con una vista completamente borrosa. No tiene miedo de quedar ciega, pues es una excelente sensorial, tiene miedo de abortar en plena pelea. Cuando ya no le queda de otra, logra salir del círculo de la muerte, se retira de los 20 shinobis, muerde su pulgar y con la sangre pacta la invocación de Kurama. Es una decisión desesperante, la bestia con cola no hace lo que ella le pide, solo si es manipulado con Genjutsu.

La bestia al verse fuera de aquel maldito sellado, comienza a gruñir y tirar patadas violentamente. Los 20 shinobis han quedado atónitos, tiene a una de las bestias más poderosas ante ellos y al parecer es invocación de Uchiha Madara.

Dos de los 20 shinobis corren por sus vidas, mientras 18 de ellos le dan todo lo que tienen a la bestia cuyos ojos se han tornado como los de Uchiha sobre su lomo. Lady Madara huele su victoria y la pérdida de su fruto. Como toda una diosa kunoichi sobre el lomo del Kyūbi, siente la adrenalina de la batalla y contracciones de un aborto. El agónico dolor la ha hecho en arquearse hacia adelante, tomarse fuertemente del pelo de la bestia, mientras la bestia remata contra sus enemigos...

* * *

    Hashirama abandonó la aldea antes de la atardecer, pero como no se iba muy a gusto por el estado actual de su hermana, activo una campo de protección alrededor de las afueras de la aldea. Eso le tomó aproximadamente dos horas, atrasando su salida por completo de Konohagakure no Sato. Cuando la noche cayó, ya se había alejado tres kilómetros de la entrada, saltando árbol tras árbol, corriendo sin tomar descanso llegaría a la frontera lo más rápido posible, sin embargo, en su camino sintió una chakra familiar, lejos de donde estaba.

Caprichos de Lady Madara  [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora