Caprichos de Lady Madara [Finalizada]

Remordimiento

Hashirama ofreció su amistad a Mito Uzumaki, porque más no puede dar. Él, aún tiene esperanza de estar con la mujer que ama. Esperará hasta que su bella azabache regresé a su lado. Cinco años son una eternidad insoportable que no puede tolerar, así que solo le dará el año que pidió al principio de su promesa, y si ella no regresa hasta entonces, irá por ella. Una decisión fue tomada y no la rompería por nadie. Su hermana tiene que entender, que el amor que siete por esa mujer, va más allá de lo que ella ha de sentir por Izuna. Su hermana se ha estado comportando extraña: pensativa, triste y lenta. Es como si le de vueltas a una cosa que no puede lograr entender. Ha preguntado qué pasa, pues gracias a ella, logró sentirse un poco mejor y regresó a su rutina cotidiana. Sin embargo, Tobirama es demasiada conservada, no suele hablar sobre su noviazgo con Izuna, aunque le pida saber cómo están, ella solo se niega a responder.

Si su hermana se niega hablar con él, irá a buscar a Izuna, para preguntarle como los hombres que son, por qué su hermana se ha estado comportando de tal forma. En su camino hacia el distrito Uchiha, Hashirama se topó con la princesa Uzumaki, y dos de sus doncellas, adquirieron raspados de hielo en un puesto.

-Iba a buscarte -dijo Mito, acercándose a Hashirama. Las dos doncellas se mantuvieron a un metros de distancia de ellos, mientras caminan por las calles de la aldea.

-Se puede saber a qué ibas, si ayer nos vimos en la casa de té por donde vives. -Llevaban dos semanas citándose en aquel lugar. Hashirama, lo hacía para distraerse de su tortura.

La pelirroja aceptó la amistad de Hashirama, suponiendo que ello podía escalar a algo más serio. Los días se convirtieron en meses, y no había una señal de interés por parte del moreno. A menudo, en sus conversaciones, mencionaba a Madara, como más que su amiga, pero no la proclama su mujer. Ya tenía días pensando en lo que ella significa para él, que solo amigos como lo es con ella. Ahora estaba animada a preguntarle sin pelos en la lengua, si la líder Uchiha es más que su amiga de infancia.

-Iba porque no tuve las agallas de preguntarte algo que ronda mi cabeza. Hashirama -por confianza, no lo llama por título -, he estado analizando cómo te expresas de Uchiha Madara, y supongo que ella significa más para ti. ¿Estás enamorado de ella? O sea, te la pasas hablando mucho de ella, y en tu voz se escucha que la amas.

-Me alegra que lo hayas notado... -Se sintió aliviado, comenzaba a pensar que Mito lo pretende -. Yo la amo. Todo lo malo que dicen de ella, me entra por una oreja y me sale por la otra, ni así dejaré de amarla...

-¿Ni la distancia? -Interrumpió. Un ligero golpecito sintió justo en su corazón cuando escuchó que ese hombre poderoso y respetado, está enamorado de una mujer que aún no conoce, pero a lo que ha escuchado, es una mujer mala.

-Si yo muriera, la esperaría en la otra vida, y si ella muriera, yo la seguiría...

Era suficiente, el Lord Hokage tenía pensamientos fuertes sobre su amor por la Uchiha arrogante. La curiosidad de Mito creció más, quiere conocer a esa mujer para saber cuales son los gustos de ese hombre que puede tener a la mujer que desee ante sus pies. Un poco desilusionada, pero positiva de que puede haber una oportunidad, la pelirroja se detuvo y dijo:

-Me gustaría que un hombre dijera esas palabras por mí -esbozó una sonrisa -. Me imagino que si tu destino no fuera quedar con ella, la otra mujer nunca recibirá esas palabras viniendo de ti.

-Estás en lo correcto. Mis palabras de amor son solo para ella...

Hashirama se despidió de Mito, y siguió su camino hacia el distrito Uchiha. Si en otra vida, Lady Madara hubiese sido hombre, seguramente se enamoraría de Uzumaki Mito, es lo que pensó el moreno hasta que llegó a su destino. Cuando buscaba a líder Uchiha, la luz de su esperanza de escuchar una noticia de su bella azabache se elevó, tanto que se relajó y alegró, sin embargo, ese sentimiento cambió cuando se encontró con Izuna y le preguntó sobre su hermana...