Capítulo 5 Extinguidas y Resurgentes Chispas de Fuego parte 3

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Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 3, 19:05

Cuando la noche comenzaba a caer sobre el Reino, Climb finalmente regresó al palacio.

Aunque sus heridas habían sanado por completo, su cuerpo estaba cansado. No sólo por la batalla, había tenido que interceder varias veces para encargarse de las repercusiones y eso había tomado tiempo. La razón por la que todo había resultado bien al final no se debía a que Climb fuese el guardaespaldas de Renner, sino a que los guardias temían a los Ocho Dedos y habían permanecido pasivos. Lo que fue especialmente significativo fue el problema de la responsabilidad por la operación.

Los Ochos Dedos harían un ejemplo del responsable y lo asesinarían— no era una preocupación sin base. Había una alta probabilidad de que sucediera de verdad. Fue por eso que Climb le ordenó a un soldado que le llevara un documento a Renner conteniendo un resumen breve de la situación. Luego recibió el permiso de escribir su nombre y el de su ama como los responsables.

Aun cuando obviamente tendría sus desventajas, por lo menos había dos beneficios.

Uno era obvio; incrementaría la reputación de Renner.

Los Ocho Dedos era la organización que ensuciaba el nombre del Reino. Y no solo eso, Renner había expuesto a las personas que cometían actos inmundos y que al mismo tiempo estaban involucrados con el tráfico de esclavos. Aún mejor, para Renner, que no salía del palacio, el hecho de que hubiera enviado a su propio guardaespaldas al frente haría que la valoraran más.

Lo otro era Sebas y el hecho de que podían proteger a la muchacha que él estaba albergando. Si ellos se convertían en los responsables, podrían ocultarla ya que no estaba tratando de llamar la atención. Y una vez que eso estuviera hecho, sería difícil que se convirtieran en los objetivos principales de los Ocho Dedos.

(No pude ser de mucha ayuda cuando atacamos así que por lo menos tengo que hacer esto…)

Brain dijo que iba a informar personalmente a Gazef de las noticias y le dijo que no se preocupara.

Climb meditaba distraídamente sobre tales cosas cuando llamó a la puerta de Renner.

Normalmente, podía entrar simplemente sin tener que tocar. Pero había decidido no hacerlo cuando era tarde, pensando que sería descortés después de todo. Luego de aquella ocasión en la que encontró a Renner vistiendo un delgado vestido de seda, incluso su ama estuvo de acuerdo.

Climb se olió antes de oír la respuesta. Aun cuando se había bañado, su nariz estaba acostumbrada al olor y no estaba seguro de que el olor de la sangre hubiera desaparecido de su cuerpo. Simplemente no había forma de que la ropa que vestía fuese adecuada para ingresar a la habitación de una princesa. Sin embargo, era necesario que fuera él mismo el que le informara rápidamente sobre los eventos del día.

Más que nada, las personas que habían permanecido cautivas eran lo más importante. Por ahora, aquellas mujeres habían sido encargadas al puesto de guardia, pero tendrían que ser transferidas a un lugar seguro en el futuro cercano. Y ya que algunas estaban heridas, tendrían que enviar a alguien, tal vez a un sacerdote, que pudiera usar magia de sanación.

(La bondadosa Renner-sama seguramente brindará ayuda a los ciudadanos que sufren.)

Le dolía tener que causar todos estos problemas para su ama. Si tan solo fuese un poco más fuerte… terminó ignorando su posición y deseando algo como eso. Aun cuando era gracias a ella que podía servir a un ama tan maravillosa y que podía vivir como lo hacía.

(…¿Eh? No hay respuesta… ¿no?)

No había oído la respuesta dándole permiso para entrar.

Overlord 5 : Los hombres del ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora