Capítulo 3 Aquellos que ayudan, aquellos que reciben ayuda parte 1

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Mes de Fuego Medio (8vo Mes), Día 26, 15:27

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Mes de Fuego Medio (8vo Mes), Día 26, 15:27

 
Después de escoltar a la anciana a su casa, Sebas se dirigió a su destino original.

El lugar a donde llegó estaba rodeado de muros anchos.

Más allá, se podía ver tres torres, cada una tan alta como un edificio de cinco pisos. Ninguno de los edificios ubicados alrededor de la zona era tan alto como las torres, ocasionando que éstas parecieran increíblemente altas.

Las torres estaban rodeadas por diversos edificios estrechos de dos pisos.

Este lugar era la sede del Gremio de Magos del Reino. Ellos requerían de un amplio espacio de terreno para poder desarrollar nuevos tipos de magia y para la educación de los lanzadores de magia. La razón por la cual poseían un terreno tan grande, a pesar de no estar financiados por el Reino, era porque ellos eran los que estaban a cargo de la creación de ítems mágicos.

Eventualmente, Sebas pudo avistar una puerta de aspecto macizo. La decorada puerta de madera que conducía a un edificio de dos pisos estaba completamente abierta, y a cada lado había numerosos guardias armados.

Sin ser detenido por los guardias —recibiendo sólo una rápida mirada— Sebas ingresó por la entrada.

Más allá había un conjunto de escaleras anchas que llevaban hacia otra puerta que conectaba con un espléndido edificio antiguo hecho de mármol blanco. Esa puerta también había sido dejada abierta como para dar la bienvenida a los huéspedes.

Al atravesar la puerta se llegaba al recibidor, y más allá de éste estaba la recepción. El techo alto de la sala estaba adornado con innumerables candelabros iluminados con magia.

A la derecha estaba la sala de estar de la recepción, con numerosos sofás donde varios lanzadores de magia parecían estar en medio de una discusión. A la izquierda había un tablón de anuncios; numerosos aventureros y personas usando túnicas de lanzadores de magia se encontraban mirando seriamente los pergaminos clavados al tablero.

Más adelante, varios hombres y mujeres jóvenes estaban sentados detrás de un mostrador. Todos tenían bordado en sus ropas el mismo emblema que colgaba de la fachada del edificio.

Al otro lado del mostrador había un muñeco delgado, de tamaño humano, sin ojos o nariz— un golem de madera, reminiscente al boceto de un hombre. Lo más probable es que fuese utilizado como seguridad. Salvo por los guardias del exterior, la razón por la que los guardias en el interior del edificio no fueran humanos era probablemente para que el Gremio de Magos se viera único.

Sin vacilar, Sebas se acercó al mostrador con paso seguro.

El joven en el mostrador reconoció a Sebas y le dio la bienvenida con la mirada. Sebas asintió ligeramente en respuesta. Los dos ya se conocían a causa de sus frecuentes visitas.

Overlord 5 : Los hombres del ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora