Capítulo 2 Rosa Azul parte 3

69 12 0
                                    

Mes de Fuego Bajo (9no Mes), Día 6, 06:15

Nueve hombres y mujeres estaban sentados alrededor de una mesa circular.

A pesar de que los líderes de cada división de los Ocho Dedos estaban reunidos en un solo lugar, ninguno de ellos hizo el esfuerzo de mirar a los otros a los ojos. Simplemente miraban los documentos frente a ellos o hablaban con sus propios subordinados.

Era como una reunión de organizaciones completamente separadas. Aunque la situación no era tan mala como para llamarla explosiva, la cautela que se tenían el uno al otro era evidente; como si fueran enemigos. Sin embargo, desde cada uno de sus respectivos puntos de vista, ésta era la respuesta obvia. Incluso si eran un solo grupo trabajando juntos, en realidad, a menudo se robaban bienes los unos a los otros y muy raras veces unían fuerzas.

Por ejemplo, el grupo encargado del tráfico de drogas lo administraba y operaba todo, desde la producción de la droga hasta el momento de su salida al mercado. Era algo en lo que el grupo de contrabando no tenía ningún papel que desempeñar. Los grupos no interferían abiertamente entre sí, pero era común verlos intentar sabotear a los otros mientras éstos les daban la espalda.

Tales acciones tenían absolutamente cero méritos para la organización en conjunto. Éste era uno de los problemas de tener a varios grupos criminales reunidos para formar uno más grande.

A pesar de las malas relaciones entre ellos, los jefes de división de los Ocho Dedos se reunían cada cierto tiempo en la capital ya que tenían una buena razón para hacerlo.

La razón era que cualquiera que no asistiera sería considerado como un posible traidor y se convertiría en un objetivo a eliminar. Era por eso que incluso aquellos que no tenían negocios en la capital real hacían todo lo posible para asistir a la reunión.

Incluso aquellos que normalmente se aislaban por seguridad, salían para estar bajo los reflectores. Y por supuesto, el miedo que sentían de ser asesinados significaba que traían a sus guardaespaldas con ellos. Cada uno tenía permitido traer a dos de sus hombres más hábiles, cuidadosamente seleccionados de su propio grupo. Todos lo habían hecho.

---Todos excepto una persona.

"Todos están presentes. Comencemos nuestra reunión ordinaria."

Las sillas crujieron ruidosamente porque la voz del hombre provocó que todos enderezaran sus posturas.

El que había hablado era el mediador de la reunión y también el líder de los Ocho Dedos. Adornado con la marca del Dios del Agua, el hombre, que parecía tener unos cincuenta años, llevaba una expresión amable en el rostro, del tipo que no parecía pertenecer al bajo mundo.

"Hay una serie de temas que discutir, pero lo primero de lo que debemos encargarnos es--- Hilma."

 "¿Sí ~?"

La que respondió era una mujer de blanco.

Su piel era pálida y enfermiza y sus ropas eran blancas también. Tenía el tatuaje de una serpiente arrastrándose a lo largo de su brazo derecho, partiendo de sus omóplatos y llegando hasta su mano, en donde sostenía una pipa despidiendo un gas de color púrpura de apariencia venenosa. Llevaba rímel y lápiz labial de color púrpura, y las prendas delgadas que colgaban libremente alrededor de su cuerpo le daban el aura decadente de una prostituta de clase alta.

Ella bostezó deliberadamente.

"¿No podías comenzar la reunión aún más temprano?"

"...He oído que tu centro de cultivo de drogas fue atacado."

"Sí, es verdad, fue un pueblo que era utilizado como planta de producción. Y también me costó un ojo de la cara. Tal vez tenga que reducir la distribución."

Overlord 5 : Los hombres del ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora