Sodio

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Danna Paola.

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sALLLL SAL CONMIGO A BAILAAAAAR

🌊

Madison alzó la mirada al hombre que la abrazaba, mirándolo con tanto amor que le dolió cuando John la miró de vuelta sonriéndole.

No encontró el amor que le profesaba en sus ojos miel, porque él no la amaba en verdad y ella lo sabía.

La rabia recorría su cuerpo porque lo amaba con todo el corazón, no sabía en qué había fallado para que aquello pasara. A veces creía que john se quería engañar a si mismo pero sus te amo eran vacíos, sus besos no eran dulces, eran salados.

Al menos los que eran para ella.

Sabía que si la vida fuera un juego estaría perdiendo y el ganador no parecía tener el valor de reclamar el premio, el corazón y amor de John.

Porque ambos eran unos cobardes.

—John ¿Crees que este lugar sea Perfecto para la boda?—Lo sintió tensarse pero ignoró aquello.

—Es Perfecto, amor.

Ella trago saliva.—Te amo.

John no la miró de nuevo, parecía concentrado en la manera en la que la Olas llegaban a ellos.—Yo...También te amo.

Mentía.

John parecía querer callar la verdad para si mismo pero Madison veía a través de él, la verdad era tan clara con purpurina bañando su piel bronceada, ella estaba segura de que si se sinceraba lo comprendería, iba a apoyarlo pero no decía nada y aunque doliera vivir en una mentira, Madison prefería ser egoísta y tenerlo para ella, sería capaz de vivirlo porque lo amaba.

Pero odiaba tenerlo y sentir que no lo tenía, era confuso, había momentos en los que sentía que todo estaba bien, que su relación era perfecta y que principalmente, Johnny la amaba de verdad.

Ambos disfrutaban de viajar, tomaban largos viajes en el auto de John, largas carreteras llenas de risas y se detenían en las playas que amaban, sea de día o noche, encontrarían diversión juntos.

Pero hubo una vez en la que no fue así y ella abrió los ojos a la verdad que parecía ser, era la única que lo veía.

Habían salido a bailar, cuánto adoraban hacerlo, siempre estuvo orgullosa de presumir a su novio, siendo tan guapo cualquiera la envidiaría. Estuvieron bailando un rato, hasta ese momento no había notado nada raro, habían conocido a algunas personas, entre ellas a un chico pelinegro llamado Mark.

John se había excusado sobre ir al baño y tardó demasiado, entonces debía admitir, estaba algo achispada y camino hacia el lugar dispuesta a buscarlo pero lo que vio rompió su corazón.

Como si le devolviera la sobriedad de golpe.

—¿Cuando tiempo seguirá siendo así? ¿Crees que a mi no me duele?—Mark parecía reclamarle a John.

Aunque lucía muy cómodo entre sus brazos.

—Es más seguro Mark, lo mejor para ambos.—Había dicho John sonando cansado mientras acariciaba la espalda del chico.

—Te amo John, ojalá pudiera gritárselo al mundo.

—Y yo te amo más Mark, ojalá pudiera al hacer algo más que esto para protegerte.

Madison había dejado que las lágrimas llenaran sus ojos cuando presenció a su prometido besar a otro hombre, quiso dejarlos expuestos pero no pudo hacerlo, no era la única llorando.

JohnMark's flow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora