JohnMark's flow

La canción

J Balvin, Bad Bunny bEIBE
PENSABA QUE TE HABÍA OLVIDAO–
AY AMO ESTA CANCIÓN MARIK
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Mark sujeto muy bien su valija, exhalando profundamente el aire de su ciudad natal, con una sonrisa enorme que demostraba cuan feliz estaba de volver a Canadá.

Habían pasado cinco años desde que se fue, cuando dejó todo atrás por perseguir sus sueños.

Cuando dejo atrás a John.

Los recuerdos como un remolino en su interior, una fuerte anticipación en su corazón, la esperanza de volver a encontrarlo y pedir perdón, por jamás volver a contactarlo, por romperle el corazón de esa manera.

Su familia le espera ahí, hay muchas lágrimas y sonrisas entre ellos, en serio que había pasado un tiempo desde que los vio y desde que pisó su tierra natal.Estaba curioso por cuanto habían cambiado las cosas ahí desde su partida.

¿Cómo estaría John? Apenas cumplían 18 la última vez que le vio y se había llevado una última mirada de él llena de tristeza junto a una sonrisa rota que aún le dejaba noches llenas de culpa e insomnio.

Lo ama, lo hace aunque pasen los años y sabe muy bien que no va a superarlo porque por supuesto que lo intento y fueron tantas veces, salir con nuevas personas incluso con algunas que fueran parecidas a él pero su corazón no pensaba aceptar a alguien que no fuera él porque John era único y Mark lo había dejado ir.

Cuando llegan a su viejo hogar su habitación está intacta, y no tarda en abrir los cajones donde encuentra las antiguas cartas que John le escribía, las notas en los regalos y los papelitos que se enviaban a escondidas durante las clases, todo aquello sólo le dejaba ese sentimiento de cariño en el corazón, no importaba cuanto tratara, jamás iba a olvidarlo y eso estaba más que asegurado.

Entre las cajas amontonadas junto a la cama encontró su viejo celular, dudo mucho pero al final lo puso a cargar, notando que aún funcionaba, se fue dormir, inquieto como todas las noches lejos de John, lamentándose incluso en sueños.

[...]

El desayuno fue divertido, sus padres lucían contentos de tenerlo por fin en casa, aunque ellos habían sido quienes le habían animado a tomar la decisión de irse no iban a negar que les dolió dejarlo ir. Estaban orgullosos de su hijo y como gracias a sus estudios consiguió un buen empleo y tenía una buena vida.

Mark rió un poco antes de hablar, a decir verdad había querido preguntar desde que llegó.—¿Y los Suh?¿Siguen siendo nuestros vecinos?

Su madre asintió sin borrar su sonrisa.—¡claro que si! Hace poco me encontré con Tiffany y hablamos un poco.

Jugó con el tenedor por unos segundos antes de tragar nervioso.—¿Q-que hay de J-John?¿Sigue aquí?

Sintió como su familia lucia un poco nerviosa incluso, lo que le dejó confundido.—No cariño, John se mudó hace casi tres años si no es que más pero visita seguido a sus padres, lo vi hace unas semanas.—Su madre pareció dudar si agregar algo más pero al final fue lo único que dijo.

Él moría por verlo también pero asintió solamente, continuando con el desayuno hasta que el ambiente volvió a relajarse.

De regreso a su habitación se recostó en la cama, no solía divagar mucho así que prefería entretenerse haciendo tareas o trabajando pero ahora no tenía mucho por hacer y le fue imposible. Joder que iba a doler tan sólo recordar e incluso cuando sus ojos se cerraron contó hasta tres, odiaba pensar en John porque sus recuerdos eran vagos, no sabía cómo se encontraba actualmente.