Capitulo Tres: ●"Regalos"●

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Eran pasadas de las cuatro de la tarde cuando Alfred y Bruce se encuentran en la cueva, hablan mientras vigilan a la niña dentro de la cápsula

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Eran pasadas de las cuatro de la tarde cuando Alfred y Bruce se encuentran en la cueva, hablan mientras vigilan a la niña dentro de la cápsula.

— Amo Bruce, ésta es la mejor opción. Dice Alfred mientras barre el suelo de la cueva

— No quiero equivocarme Alfred, ella no se merece otro error. Dice Bruce mientras abandona unos papeles en la mesa

— La señorita estará muy feliz de saberlo mi señor, solo debe decirlo con las palabras adecuadas. Sonríe el mayordomo mientras recoge el polvo acumulado

— No soy bueno con ellas, a menos que tenga que usarlas para atrapar a alguien. Comento con sarcasmo el murciélago.

— La pequeña lleva más de siete meses aquí en la mansión señor, solo rodeada de nosotros, será feliz estando fuera. Apunta el mayor de ambos mientras se acerca a la cápsula.

— Haré lo que tenga que hacer Alfred, espero no equivocarme. Dice bruce mientras también se acerca a la cápsula.

Ambos adultos discuten frente a la cápsula donde se encuentra la pequeña, cada cierto tiempo ella debe meterse y revisar todo su sistema, que va en mojara a pasos agigantados.
Alfred sonríe al ver el cuerpo relajado de la niña, sus manos están sueltas a diferencia de las primeras veces, sus venas solían marcarse por la fuerza que estaba ejerciendo.

Bruce estaba frente a la gran computadora, solo que no le prestaba atención a eso, si no a los papeles que tenía en sus manos. Alfred al ver la hora se marcha para preparar una merienda, más que nada para la niña que luego de sus sesiones en la cápsula parece que no haya comido en días.

Bruce llenaba los papeles con sumo cuidado, lo había discutido con varias personas y todos le decían que era un buen movimiento y que eso haría feliz a la pequeña, los papeles de adopción estaban casi listos solo debía terminar de firmar.

Sin embargo aquellos intrusivos pensamientos volvieron, como un bucle interminable de agonía para su conciencia, obligándolo a retroceder y mirar la cápsula llena de líquido LCL, ella parecía tranquila, su cuerpo se encontraba relajado y no podía recordar la última vez que la vio paralizarse frente a una aguja. Mirando a la niña para darse más seguridad firmo aquellos papeles, centrado fue hasta su cuarto, se cambió y le pidió a Alfred que se encargara de ella hasta que vuelva, tomó las llaves de su Rolls Royce Sweptails y salió disparado en dirección al Registro de Ciudad Gothica.

Unos minutos después, la pequeña niña se encontraba despierta, notó como poco a poco el líquido se iba por sus pies y ella quedó en el suelo, justo al salir fue cubierta con una toalla por Alfred, él la ayudó a ir a su cuarto, donde ya estaba su cambio de ropa perfectamente doblado y planchado sobre la cama. El anciano se marchó y cerró la puerta tras de sí, la pequeña se acercó a un espejo circular de cuerpo completo que tenía su cuarto, observo su cuerpo poco a poco, notando como ya casi no existían cicatrices en el, solo las que ya no podían ser borradas, su piel ya no era blanca como la nieve, más bien era rosada, con algunas partes más teñidas de rojo, como su nariz y rodillas. Su cabello estaba más largo, ya llegaba por debajo de sus hombros. Sonrió y caminó hasta su cama de dos plazas, tomó la ropa y se la colocó, al terminar se miró por última vez, traía una playera de tirantes color amarillo pastel con un pantalón corto color negro y unas zapatillas blancas cómodas. Antes de salir se peinó dejando acomodado su flequillo y el resto del cabello hacia atrás.

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