Capítulo dieciséis: ●" Perdida y pesadillas"●

42 4 0
                                    

Alfred pasa a buscar a Sofía a la escuela como todas las tardes, ella sale junto a un grupito de niños, charlando y riendo un poco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Alfred pasa a buscar a Sofía a la escuela como todas las tardes, ella sale junto a un grupito de niños, charlando y riendo un poco. Sofía saludó a sus compañeros y se marchó directamente con Alfred. Entro al auto, lo saludo enérgicamente y comenzaron el retorno a la mansión.

"— ¡Espero que pueda hacer muchos amigos!." Había dicho Sofía hace mucho tiempo.
Alfred sonrió por lo bajo al recordarlo.

Al llegar a la mansión Alfred se encaminó a uno de los cuartos de la mansión con una aspiradora, en cambio Sofía bajo hasta la Batcueva con algunas hojas en sus manos.

Frente a la computadora se encontraba Jason, revisando algunas cámaras de seguridad, Sofía lo saludo de forma tranquila, chocando sus puños. Fue hasta una de las esquinas de la cueva y se llevó consigo una silla, la colocó frente a la computadora y cerca de Jason.

— ¿El murciélago sacó a pasear al demonio?. Le preguntó Jason.

— Ahora que lo pienso, no los veo desde la madrugada. Ellos siguieron la patrulla y me enviaron a casa. Respondió Sofía mientras teclea.

Ella partió la enorme pantalla de dos, dejando a Jason seguir con lo suyo mientras buscaba información sobre su pequeño caso.

— ¿Sabes algo de la misión de Tim?, papá no me dijo absolutamente nada.

— No me involucro en la vida del reemplazo, debe estar haciendo alguna estupidez con su grupito.

— ¿Que se supone que estás haciendo enana?. Jason había reconocido varios nombres de entre la lista que estaba haciendo Sofía.

— Papá me dio un caso pequeño de contrabando de drogas, pero lo resolví hace días, así que estoy intentando averiguar quién se las dio en primer lugar.

— No te metas con mafias, déjale esos casos a los héroes de verdad.

— Soy una heroína de verdad. Sofía se volteó ofendida.

— No, aún eres una mocosa, siempre que sales vas con esa ropa deportiva negra. Jason apaga su lado de la pantalla, llevando a su bolsillo unos pendrive.

— Me regalaron un traje muy grande, es difícil ponerme algo que me queda grande, además papá no me deja adaptarlo a mi cuerpo. Sofía lo veía salir de la cueva.

— Evitamos lo inevitable niña. Jason subió por el ascensor de la cueva, dejando sola a Sofía.

La niña soltó un largo suspiro, intento conectarse con los aparatos de su padre, pero ellos no aparecían, le dejó un mensaje pero no le llegaba. No tenía por qué preocuparse, eso le decían siempre. Alfred bajo por el ascensor y le alcanzo una taza con chocolatada caliente y unas galletas de manteca, todo sobre una bandeja de plata.

— Alfy, ¿Sabes algo de papá?. Le Preguntó Sofía al recibir la bandeja.

— No Señorita, tampoco dejo ningún mensaje, el amo Bruce suele desaparecer durante días sin dejar nada avisado, no debería preocuparse tanto, el amo volverá antes de que usted lo note. Alfred se mantenía tranquilo y firme ante los ojos de la niña.

Sangre nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora