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Estaba sentada en el sillón de mí casa, pendiente de la puerta. Sabía perfectamente que iba a saltar a esconderme si escuchaba que tocaban.

Tenía tanta bronca, y aunque no lo quería aceptar, también sentía un poco de tristeza.

No sé si por mí, pero si por la wacha.

¿Se imaginan que tu chongo te niegue a otras pibas? No señor, esos no son buenos tipos.

— No va a venir — Cata aparece con un vaso de gaseosa y se sienta a la par mía. Le había contado todo lo que pasó, porque no podía sóla. No sabía que hacer o que pensar.

— Igual, me dijo que iba a venir y yo no quiero saber nada — Me acurruco con un almohadón entre los brazos.

— Dale boluda, no puedes estar así — bufa.

Y si tenía razón. No conocía a Ecko, ni siquiera nos habíamos besado y yo ya flasheaba cualquier pelotudez.

— Me da bronca por Rocio — digo en un suspiro de impotencia. Me enoja la situación.

— ¿Te da bronca que sea su novia o que no te haya dicho nada?

La pregunta del millón.

No tenía la más mínima idea. Capaz un poco de los dos, o una más que la otra.

— No lo quiero ver de todas formas.

— Y no va a venir, no creo que sea tan pelotudo.

Tocan el timbre y Cata me mira.

Me levanto corriendo y me escondo en la cocina. Dejo la puerta medio abierta para escuchar y desde ahí le hago señas a mí hermana para que diga que no estoy en el caso de que sea Ignacio. 

Ella hace unas señas de que le reste importancia y negando con la cabeza mientras se dirige a la puerta a abrir.

Mira por la mirilla y se da vuelta para mirarme mientras abre.

— KELOKE MAMIIII MODO DIABLO EN LA CASA BEBEEE — Mauro entra con una bolsa de rotisería.

— Ya podes salir de tu escondite Molina — Cata se ríe burlona por mí reacción al escuchar la puerta.

— ¿De que te escondes beba? — Mauro frunce el ceño.

— Del pelotudo de Ignacio. — Voy a husmear que trajo de comida y al ver que es pollo con papas fritas agarro una y la llevo a mí boca.

— Se anda haciendo el vivo mami, contame que hizo que si hay que darle le vamo' a dar — amenaza.

— No le dijo que estaba de novio y andaba acaramelado con Lina — dice Cata indignada.

— Pero si to' el mundo sabe que el Ecko se sigue viendo con la mina esa — Dice obvio. Y yo lo miro.

— Y no se te ocurrió... por ahi, no sé, ¿Decirme? — mi ceño se frunce más indignada que Cata. Y el solo me dedica una sonrisa enorme.

Gordo y la concha de tu papá.

— Bueno gordo, anda a poner la mesa que me estoy re cagando de hambre — Dice Cata mientras va sirviendo la comida en unos platos.

Hoy íbamos a ser nosotros nomás, nuestros viejos habían salido a ver a unos amigos y para no estar solas invitamos al duketo.

Valentín estaba de gira según Cata y no iba a aparecer por unos días. Así que las dos estábamos sin chongo y sin coger.

La vida actúa de formas extrañas, pero justas.

Cuando terminamos de poner la mesa y nos sentamos a comer el timbre suena de nuevo.

Todos nos miramos en silencio.

Que hijo de la yuta.

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Hola soy yo la que tiene una carrera al hombro y cero ganas de bibir, las estrañe mucho :(

Tkm bebas.

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⏰ Última actualización: Feb 20, 2020 ⏰

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