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treinta y seis

"¿cuántos años tienes, Minghao?" preguntó atenta a la respuesta del mencionado, en sus labios tenía una sonrisa sincera, intentaba transmitirle un poco de tranquilidad mientras ella se encargaba de limpiar las heridas.

lloraba.

una pequeña batalla se presentó al llegar a casa con él durmiendo durante el trayecto, para mi sorpresa, una vez se adentró en mi hogar, las lágrimas que creí en el olvido, brotaron con infinidad. no sabía si debía a lo ocurrido o algún otro sentimiento que estuviera incomodándole, pero tampoco le presionaría.

"qui... catorce" respondió entre muecas de dolor en su rostro. "quin... quince en... noviembre"

"genial" canturreó sin dejar de mirarle con gentileza.

me sorprendía la agilidad con la que podía hacer todo el proceso de limpieza y desinfectado sin tener que demostrar desagrado, tristeza u miedo en sus expresiones. por otro lado, estaba yo, su hermano menor, detrás de ella, mostrando terror en mi mirada, asustado por una cosa que MinSeo había declarado como diminuta y que era fácil de curar.

"vienes de China, ¿cierto?" observó detenidamente las heridas que se encontraba limpiando y luego prosiguió con su trabajo.

"sí..."  quiso agitar sus cabellos, pero recordó que, también estaban curando sus manos por los raspones que tenía en las palmas.

"qué interesante" rio a lo bajo. todo lo que le llevaba preguntando desde que nos recibió en la puerta principal, eran datos que ya sabía gracias a mí. posiblemente, estaba intentando no colocarle nervioso u incómodo. eso lo agradecía mucho, pues era capaz de mostrar su verdadero ser, no había represión alguna. "suenas bastante fluido en el idioma, honestamente, pasas desapercibido"

"ah... yo..." apenado, bajó la cabeza. "todavía no soy muy bueno"

"¡no!" negó con la cabeza. "eres excelente, estoy sorprendida por tu fluidez" se tomó el tiempo de palmear su brazo izquierdo con suavidad para animarle un poco. "pero si quieres, un día de estos deberías enseñarme un poco de chino y yo te enseño algunos slangs para que pases más desapercibido, ¿te parece?" en el momento que Minghao alzó la cabeza, ambos sostuvieron la mirada por unos segundos. me causó ternura ver como MinSeo le transmitió tanto en sus gestos que terminó riendo frente a ella.

"sí... está bien" contestó entre risas y tratando de limpiar sus lágrimas con su antebrazo.

"perfecto" guiñó el ojo antes de  continuar curando las heridas por varios minutos más.

de vez en cuando Minghao me observaba, algunas ocasiones con una gran sonrisa y en otras parecía consumido por la angustia de esas lágrimas que brotaban sin parar. eso me desesperaba, no sabía exactamente cómo responderle, lo único que podía hacer era responder con la sonrisa
sonrisa más cuadrada que he brindado en mis dieciséis años.

esta noche estaba siendo pesada, de hecho, podía asegurar que sería así por las próximas horas. de eso no cabía duda, así que agradecía a la casualidad por haber hecho que mis padres salieran de compras, su ausencia se extendería las horas suficientes para colocar todo en calma... eso esperaba.

mi reloj marcó las siete con diez de la noche cuando MinSeo concluyó, la señal que hizo para indicarme que su trabajo había terminado, fue un pesado suspiro mientras estiraba exageradamente sus brazos.

"Minghao, debes tener más cuidado" comentó, causando sorpresa en él. sus ojos se abrieron por completo debido a la confusión. "eres muy impulsivo, ¿cierto?" llevó sus manos a su cintura, denotando un poco de orgullo por haber dado en un punto que ni siquiera él reconocía.