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veintiocho

“necesito hablar contigo”

fue el mensaje que le envié a Minghao antes de salir del salón de eventos en busca de una manera para llegar a casa lo más rápido posible. por desgracia, esa noche nada parecía estar a favor de mí. ningún taxi pasaba, mis lágrimas no se detenían y comenzaba a sentir frío.

no me encontraba en mis cinco sentidos, tenía mucho en qué pensar, lo peor es que no podía, mi cabeza estaba por explotar. sentía miedo, había algo dentro de mí, que me impedía respirar con normalidad. estaba agitado.

caminé por mucho tiempo, eso lo sé porque al salir del lugar eran alrededor de las once y media, ahora el reloj animado de mi celular marcaba las doce con trece minutos de la madrugada.

mi llanto no había cesado, aún resbalaban unas cuantas lágrimas por mis mejillas, mis sollozos aún no eran perceptibles, lo que agradecía, porque algunas personas nocturnas tomaban este horario para disfrutar de la ciudad y me daba un poco de pena que vieran a un adolescente llorando tan desconsoladamente.

desesperado, llegué al fraccionamiento donde vivía, diez o quince minutos después. estaba dispuesto a entrar a casa, sin embargo, mientras arrastraba mis pies por el jardín, me tomé el tiempo de admirar la casa de Zhou Mei. fue ahí cuando sentí perder el control de mis emociones.

se encontraba sentado en la banqueta, admirando el cielo, sus auriculares estaban puestos y ya vestía el pijama.
mi corazón se encogió de tan solo verlo tan sereno, realmente no quería creer nada de lo que escuché, apesar de que las señales fueran tan obvias.

saqué mi celular dispuesto a revisar la hora, pero algo más llamó mi atención.

“entendido, ¿te espero?”

había contestado a mi mensaje.

¿por eso estaba afuera?, no creo que tuviera alguna idea de qué estaba pasando y tampoco quería enfrentarlo, sin embargo, el dolor que estaba invadiendo mi pecho, suplicaba por una respuesta que aclarara todas estas dudas.

mis lágrimas cayeron. comenzaron a ser constantes. mi pecho dolía demasiado. evité pensar en qué decir, una vez más, accedí a obedecer a mis instintos.

así que sí, caminé lo más rápido que pude hacia él ㅡentre tropezones, por ciertoㅡ y cuando estuve lo suficiente cerca, grité. "¡Minghao!"

alzó su rostro inmediatamente y se quitó los audífonos. la pequeña sonrisa que tenía, desapareció cuando me vio. seguro tenía un aspecto horroroso, puede que mi hermana mayor me haya mentido y el maquillaje no fuera a prueba de agua.

no dejé que pronunciara algo, simplemente me abalancé contra él y rodeé su delgado cuerpo, como si ese gesto impidiera el hecho de que un día de estos se marcharía. me aferré tanto, esperando a que se apiadara de mí, lo necesitaba cerca, aún quería estar a su lado. todavía no le decía lo que sentía por él.

"¿Soon... young?" estaba tenso. su voz sonaba confundida, era algo de esperarse, había llegado de sorpresa en el peor de los estados.

mis sollozos comenzaron a ser ruidosos, ya había llorado frente a él, pero estaba vez mi llanto era totalmente diferente, en esta ocasión, demostraba todo lo que yo sentía por él. si esta era la peor noche, seguramente, culminaría con mis sentimientos a flote. bastante amargo, ¿no?

me confesaría al mismo tiempo que él me diría la verdad respecto a su partida.

"¿por qué?" pregunté difícilmente, parecía que mi garganta se rasgaba con cada sonido que emitía.

"¿de qué hablas?" gruñó. "¿qué pasa?"

"¿por qué siempre tengo que saber de ti por otras personas?" mi voz se quebró durante la pregunta y decidí guardar silencio por un rato. "¿por qué nunca por ti? ¿no somos amigos?"