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cuarenta y tres

me gusta atesorar los momentos, sean buenos o malos, quiero tenerlos por siempre. sé que podría llegar a ser masoquista, pero creo que es parte de mí. últimamente, mis preocupaciones recaían en lo que envolvía mi amistad con Minghao. trataba de ser neutro, sin embargo, mis emociones me ganaban cada día más.

estaba claro que mis sentimientos por él, iban más allá de lo que se puede considerar un amigo y había comprendido que así cómo yo me sentía, él estaba igual. eso sería motivo de una gran celebración, de no ser por situaciones externas que ocasionaban que se esfumaran mis esperanzas de estar a su lado de manera amorosa. tras su partida, nuestras interacciones se complicaban un poco más. falta de tiempo, inconvenientes, cansancio, mala señal, entre otras cosas que en verdad podían alterar nuestras pláticas. para nosotros no estaba siendo fácil.

"apenas llegué del hospital, me duché" liberó un pesado suspiro. "creo que me dejó aún más cansado"

era cierto. estos últimos días consistían en cursos intensivos y el resto de sus horas en el hospital, junto a su abuela hasta la noche, que era cuando llegaba su enfermera personal para asegurarse de que todo estuviera bien con ella.

"¿necesitas dorm..."

"hablemos un rato" no sonaba muy entusiasmado. sus palabras se arrastraban, hacia un gran esfuerzo por denotar emoción.

"está bien" quería abrazarlo. para alguien como yo, mis palabras no podrían ser suficiente. solía demostrar mi apoyo con actos, lo cual era imposible por ahora estábamos a kilómetros de distancia. "¿qué tal tus cursos?"

"aburridos" resopló. "¿qué tal el trabajo en la florería?"

"bien, no me quejo" reí entre dientes. "¿ya no confundes idiomas o te sigue pareciendo un problema?"

"un poco" chasqueó la lengua. "de no ser por Mingyu y tú, tendría complicaciones para recordar palabras"

"un honor, he"

hubo un silencio enorme. incómodo. molesto. irritante. no encontraba la palabra específica para explicar cómo se sentía estar sin decir absolutamente nada. el ambiente se percibía forzado, ninguno de los dos tenía idea de cómo continuar con fluidez la conversación.

esto era resultado de lo sucedido en los últimos días. no podíamos culpar a nadie, no controlábamos las situaciones, él jamás llegó a creer que estando allá, su abuela llegaría a tener problemas. yo tampoco. ahora, tendríamos que acostumbrarnos a este ritmo si queríamos seguir hablando.

"¿Hao?"

"escucha" exhaló con obviedad al teléfono. sí. allí estaba la respuesta, se encontraba exhausto. "creo que voy a colgar, no me siento bien"

"¿puedo ayudarte en algo, Minghao?"

no podía hacer mucho a la distancia, pero cualquier cosa que me dijera, estaría dispuesto a hacerlo. todo por su bien.

"no, Soonyoung" bufó. "creo que voy a volver al hospital, no puedo dormir, tengo muchas cosas en mi mente, mejor cuidaré a mi abuela"

"necesitas dormir, tu cuerpo debe descansar, Minghao" saldría mi lado protector y si seguía insistiendo, esto terminaría luciendo como la típica discusión entre un hijo con su padre. "su enfermera personal le está cuidando. confía en ella, mientras tu descansas, ¿sí?"

"no puedo dormir" pésima excusa, Xú Minghao, con solo escuchar su voz, podía percibir el cansancio. por muy preocupado que estuviera, su cuerpo estaba tan agotado que, apenas tocara la cama, caería dormido.