Capítulo 22: My ghosts.

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Yo era consciente de que mis padres tenían un papel importante en la sociedad de Riverdale, porque desde pequeña los acompañé (obligada, por lo que no sé si lo llamaría acompañamiento) a eventos al respecto, la empresa de jarabe que tenían sustentaba y apoyaba la mayoría de los negocios más pequeños en el pueblo. En cada inaguración o aniversario, ahí estabamos nosotros. Sonriendo como si todo estuviese bien dentro de casa. 

Mi madre, Penelope Blossom, engaña a mi padre desde que tengo memoria, lo peor de ello fue ver hombres entrar y salir de mi casa los jueves, solo los jueves, los días que mi padre trabajaba hasta tarde. Pueden estar pensando que es insensible de mi parte no pensar en él, en sus sentimientos antes que el hecho de que una niña de nueve años vea a su madre besar a otros, pero jamás tuve una buena relación con él, menos con ella: al tener que verle la cara a la hora de la cena, en esos eventos con una sonrisa de "Mi familia es lo más perfecto, sano y feliz que podrán ver" cuando todo era una parte de su acto.

Era fría conmigo, con Jason también, no sabíamos lo que era crecer en una casa que se sienta como un hogar, él era mi hogar. Siempre estuvimos vacíos, solo confiabamos en el otro. Eso es, según muchos terapeutas, lo que nos hacía tratar mal o a la defensiva con el resto. Yo nunca quise ser mala, cruel, y el estereotipo que todos tenían de mí. Pero era mi único recurso, no podía darme el lujo de que alguien me lastimara, ni por amor, ni por amistad, o algo parecido. 

Todo comenzó a caer, a derrumbarse aún más con la muerte de mi hermano. Era el sostén de la familia. Fingía llevarse bien o convivir con mi madre, tenía cosas en común con mi padre, y conmigo era inseparable. Sé que no falleció de la manera que mis padres me lo contaron, fue muy sospechoso, muy limpio y tranquilo. Parecía organizado. Yo era una niña, llena de dolor para ser tan joven. No tenía cómo buscar la verdad, no ganaría nada, y eso no me traería a Jason otra vez. Sólo lo dejé pasar, le guardé y guardo furia a mis dos padres por ser tan distantes con el tema. Hicieron millones de eventos en su "honor", a donde todo el pueblo fue invitado. Pero al final de la noche, parecía solo una excusa para beber sin límite alguno con el objetivo de olvidar que su hijo no está. Y ahí me encontraba yo, viendo a mi familia desvanecerse. Lo normal es que, una pérdida, nos haga más cercanos, ¿no? porque somos todo lo que tenemos entre sí. Pero no fue así.

Estaban juntos. Pero hace meses habían dejado de ser pareja, yo sé que la casa es lo que los mantiene cerca, cuesta muchísimo dinero, y él que se va, pierde. No soy yo. Es el valor de nuestro "hogar". A medida que los días pasaron, yo me sentía aún más sola, más pérdida, como fuera de la realidad que estaba viviendo. Vacía. Y junto a eso, la frustración de mi madre se reflejaba en mí, tenía que tener las mejores notas, la mejor alimentación, vestimenta, maquillaje, ejercicio, todo tenía que ser y parecer perfecto para el resto, según ella. Comenzó a medicarme, aunque no era mi persona favorita en el mundo, yo confiaba en que era "lo mejor para mí", me dijo que lo conseguía gracias a un médico amigo, Heinfman, y aunque esas pastillas me mareaban de vez en cuando, sé que me hacían mejor, supuestamente.

A veces, especialmente cuando me encontraba confundida o indecisa con algo, esas pastillas me ayudaban a verlo. A ver a Jason. Y se sentía tan real, su voz, sus consejos, su presencia. Creo que es por eso que jamás me negué a tomarlas, me daban segundos de felicidad en episodios de desastre. Frente al resto, prefería actuar como si mi hermano siguiese cerca mío. Sé que si lo mencionó o me creo que falleció, me derrumbaría frente a cualquiera. Fingir hasta creer. 

El día que Penelope dejó entrar a Verónica, yo estaba confundida, mi madre creyó que sería buena idea subir mi dosis, que me veía "caída". Eso me hacía sentir débil, no se con total claridad los químicos que la componen, pero pueden sedar a alguien con facilidad. Creo que me besó, no recuerdo tampoco. Pero, me sentí acompañada, estaba ¿bien?, me dormí minutos después, escuché algunos gritos de parte de mi madre, creo que se enteró sobre Toni, pero no me interesa mucho ahora, solo quiero sacar a esa maldita Serpiente de mi mente. Todos tenían razón, ella solo quería aprovecharse de mí, y fui una idiota en confíar. Y peor, en enamorarme. 

Verónica no me gusta como yo le gusto, de hecho, me irrita la mayoría del tiempo y sé que no será tan fácil olvidarme de Toni, pero de alguna forma u otra, se quedó a mi lado. Busca ayudarme, es buena conmigo.

••••••••••

—¿Es acá?—Preguntó Jughead estacionando, en casi, con gotas de lluvia cayendo por su ventanilla, en el consultorio de un "Dr Heinfman".

—Por lo que leí en la carpeta de Verónica, sí, es acá.—Toni asintió. Estaba asustada, pero más que nada, furiosa. Por todo lo que le habían sacado de las manos.

—Ya debe estar por cerrar, mira la hora.—Mencionó Fangs, señalando el reloj del auto.

—Me importa una mierda, pienso amenazar a ese viejo hasta que me cuente absolutamente todo. Que le dieron a mi chica, que le pasa, y como puedo detenerlo.—Toni sacó una navaja que siempre guardaba Jughead en el costado de su costado, por lo que sus amigos abrieron los ojos sorprendidos.

—Toni... piensa bien lo que vas a hacer, entendemos que estás enojada pero...—Sweet Pea comenzó a hablar pero Toni se bajaba de la camioneta, con rapidez. 

—Mierda, mierda...—Casi gritó Jughead al verla bajar.

—No podemos salir de un maldito problema que ya nos tenemos que meter en otro.—Murmuró Fangs con frustración siguiendo a sus amigos hasta el consultorio en cuestión.

—¿El doctor se encuentra disponible? Es un caso muy urgente con un paciente suyo.—Dijo Toni a la secretaria atrás del escritorio, con una voz dulce y sonrisa cálida para caerle lo mejor posible.

—Mhm, él se encuentra en su descanso, de todas formas, solo se puede hablar con él con un turno agendado.—Ella levantó los hombros con algo de pena.

—Maldición...—Enunció Toni entre dientes, dándose vuelta para mirar a sus amigos con una leve desesperación.

—¿PUEDO IR AL BAÑO?—Dijo Fangs en un tono de voz demasiado alto para estar en un consultorio médico, a lo que todos alrededor lo miraron extrañado, pero la secretaria respondió enseguida.

—Sí, claro... segunda puerta a la derecha.—Señaló la joven, siguiendo con su trabajo.

—Que caraj...—Susurró Jughead, cuando Toni se sentó a su lado.

—No sé que hacer, Jug. Necesito sacarla a Cheryl de la loca de su madre y Verónica, pero con su madre dandole esas mierdas, no sé cómo.—Sollozó, apoyándose en el hombro de su amigo.

—Listo, ya fui.—Fangs salió acelerado de donde estaba, saliendo del consultorio casi corriendo dejando a sus amigos más confundidos aún, por lo que Sweet Pea solo soltó una suave risa saliendo con tranquilidad detrás del resto.

—Fangs, amigo, yo sé que no es un día bueno para nadie pero de todos los lugares que podías ir al baño ¿te dan ganas dentro de un consultorio?—Jughead caminaba hacia la camioneta con un brazo sobre los hombros de su mejor amiga.

—Ajá, "ganas de ir al baño".–Dijo sarcástico Fangs, sacando de su chaqueta una carpeta color madera con el apellido "Blossom" escrito en pluma negra y el sello del lugar en cuestión.

El rostro de Toni se iluminó enseguida, tenía los mejores amigos del mundo.

Holaaaaa, ¿les gusto el capítulo? Comenten, amo leerlxs! ❤️ Y recuerden que mi nueva historia "Entre Escritos" (de Jennie y Lisa de BLACKPINK) se encuentra disponible en mi perfil. Nos vemos pronto. Capítulo 22/26.
Y gracias por leerme.
Jasmine.

Mamá, mi novia es una Serpent // CHONI // COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora