Disaak

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Entre gritos Isaac recordaba a los hijos del fuego, un reino oculto del hombre que llego a la tierra en un destello y se fue de la misma manera. La realeza de ese reino era adorada por las serpientes, guiada por el fénix y capaz de controlar el fuego en todas sus extensiones.

Cayendo al suelo Isaac recordó que su madre había fallecido, que su padre lo abandono entregando su reino a los seres oscuros y que su hermano había guiado a su pueblo devuelta a su hogar en una enorme luz en el cielo.


Confundido libero gritos de los que salían ráfagas de fuego de su boca, imágenes del arte del fuego pasaron por su mente y de una enorme guerra desconocida para la raza humana que se había llevado acabo el día antes de perder su memoria.

Evitando el fuego que emanaba Derek trataba de calmarlo sin conseguir nada, el anciano aprovechando la confusión levanto un arma y le disparo a Derek. Isaac se paralizo al ver a su compañero caer ensangrentado, sus recuerdos perdieron importancia de golpe.

− ¡Derek! -exclamo asustado, la herida era grave.

Furioso Isaac se abalanzó contra el anciano, varias balas lo impactaron dejándolo en el suelo.

−Debieron ser conscientes de su posición -dijo el anciano, acercándose a los cuerpos para sacarle los collares.

Sin aviso Isaac abrió sus ojos nuevamente, dándole una fuerte patada que arrojo al anciano a varios metros, su mirada reflejaba odio y sus manos se cubrían de fuego que desplazo contra el anciano, quemándo varias partes de su cuerpo.

−Imposible, debiste morir.

−Ahora es como un piquete de mosquito -le aclaro Isaac apareciendo frente a él con una mirada demoniaca.

Sin mostrar sentimientos sostuvo al anciano del cuello, liberando corrientes de electricidad contra él.

−Tus hombres me electrocutaron durante años. Dime, ¿te duele?

Isaac estaba cegado por el odio, el dolor y la ira hasta que escucho que alguien lo llamaba.

− ¡Detente! -exclamo Derek escupiendo sangre.

Al escucharlo Isaac soltó al anciano para ir a verlo cubierto de lágrimas, necesitaba atención médica.

−Te llevare al faro, sanare tu herida -le dijo corriendo con él en brazos.

El anciano con la mitad del cuerpo quemado se arrastró por el suelo, sabía que iba morir pero deseaba seguir. Moviéndose encontró el otro trozo de collar desgastado de la criatura de carne, esa cosa seguía con vida retorciéndose a unos metros.

En un acto de locura el anciano se colocó el collar, la electricidad de Isaac seguía corriendo por su cuerpo dándole poder a ese trozo de collar que se manifestó en un brillo negro, el de la criatura también reaccionó con un fuerte brillo rojizo.

Las dos luces iluminaron la isla volviéndose una sola, del brillo una nube de polvo surgió donde tres ojos rojizos miraban a lo lejos el faro.

Isaac sin perder tiempo busco cosas útiles en el faro, saco la bala de Derek y lo vendo; el pobre joven apenas respiraba. Sus ojos perdían su brillo tocando la mano de Isaac.

−No me dejes -pidieron al mismo tiempo, acto seguido se besaron cubiertos en lágrimas.

Su beso fue interrumpido cuando una criatura destruyo las paredes del faro, desplazándose donde estaban. Sus brazos se habían reducido a dos, sus garras ahora eran cinco, tenía tres ojos y colmillos pequeños.

−Esa ropa... eres el científico -afirmo Isaac bloqueándole el paso.

La criatura efectivamente usaba la ropa del anciano, poseía un cabello canoso largo y su piel se desprendía dejando solo a la vista la carne de los músculos.

−Espécimen 068, serás el primero en morir.

Cubierto por el odio el anciano lo ataco creando una fuerte batalla de puños entre ellos, Isaac preocupado por la seguridad de su compañero se arrojó contra la creatura fuera del faro para pelear en el bosque.

−Ya no eres tan increíble, alienígena -decía el anciano golpeando a Isaac en diferentes direcciones.

En pocos segundos Isaac se arrodillo en el suelo, su cuerpo tenía demasiados cortes y estaba muy cansado.

− ¿No puedes crear fuego? -cuestiono el anciano.

Isaac era incapaz de seguir defendiéndose, aprovechando esto el anciano estiro sus brazos, liberando una ráfaga de gas ardiente que hizo gritar al pobre, hasta hacerlo caer en el suelo.

−Eres débil -admitió levantando a Isaac del cabello para golpearlo sin detenerse.

− ¡Déjalo! -exclamo Derek disparándole con una de las pistolas de los soldados muertos.

Las balas no le hacían nada al anciano, parecía un demonio o creatura de una historia de terror. Lastimado Derek bajo el arma tocando su herida, en el mismo destello el anciano corrió hacia él para matarlo, siendo atacado por las serpientes.

−Serpientes inútiles, desaparezcan -grito cortando a varias.

Con esta ayuda Derek pudo llegar donde Isaac, lastimados se besaron iluminando el lugar.

Al terminar el brillo le ordene a las serpientes alejarse con un gesto de mis manos, mi cuerpo conservaba las heridas de mis dos partes pero eso no me detendría. La pelea comenzó de golpe, la fuerza bruta de nuestros cuerpos derribaba los árboles y el humo toxico del anciano me dificultaba la batalla.

−Que pasa espécimen, ¿no puedes con un anciano?

−Mi nombre es Disaak -afirme arrojándole fuego que lo hizo retroceder hasta el centro de la isla.


En un choque de humo venenoso y fuego la tierra se partió, el agua se desplazó por la grieta permitiéndome moldearla en látigos que elevaron a la criatura a varios metros.

−Te daré una última oportunidad, déjanos tranquilos o muere -le ofrecí.

−Jamás, ustedes son una aberración. Pertenecen a los iluminados y no pararemos hasta que paguen por resistirse.

Las serpientes de la isla al escucharlo liberaron sonidos de ira, no hablaba su idioma, parecía que quisieran que acabara con él, mis dos partes necesitaban ser libres y no lo serian mientras él viviera, pero matarlo no estaba en mis planes.

Guiado por mis recuerdos estire mis diez dedos liberando rayos de cada uno, los que destruyeron a la creatura, arrojaron al anciano lejos y los trozos del collar cayeron justo en mis manos.

Ese parecía el fin o eso pensé, el anciano término apareciendo a los pocos minutos con un arma. No se rendía a pesar de estar gravemente herido, las serpientes al ver esto se abalanzaron sobre él, devorándolo por completo.

−Que idiota -suspire.

Después se ese evento no volví a saber de los iluminados, regrese a mi casa y mis dos partes vivieron en armonía. Siguieron utilizando el collar como símbolo de amor, en cuanto al collar oxidado lo dejaron en una caja fuerte en el sótano, para asegurarse que nadie volviera a codiciar su poder.

Fin...



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⏰ Última actualización: Mar 14, 2020 ⏰

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