Besos y algo más

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Al correr los días nuestros protagonistas recordaron haberse fusionado, defendido y escapado. Al no tener los recuerdos del hogar de Isaac la fusión volvió al único lugar que había en su mente como uno.
En varias ocasiones charlaban sobre aquel suceso llevándolos a querer repetirlo, ninguno se había quitado el collar desde ese día.

−Isaac, ¿crees que podríamos fusionarnos?

−Eso depende, recuerda que tenemos que… bueno ya sabes.

−Después de lo que me haces en las mañanas, un beso no es nada. Créeme, nada.

−¿Que te molesta? Se siente rico y creo que podría ser mejor.

−De acuerdo, antes de intentar fusionarnos tendremos una clase de sexualidad.

Después de una breve introducción sexual, decidieron repetir el beso que los había unido. Para dicho acto Derek insistió en colocar diferentes cámaras, le emocionaba registrar y comprender todo.

Al besarse se sonrojaron, el beso era muy similar al que los unió, sin embargo en esta ocasión no sucedió nada. El siguiente beso fue más apasionado y duro varios minutos antes de que se dieran por vencidos.

−Esto no sirve –admitió Derek−. Debemos estar haciendo algo mal.

−A mí me gusto, la verdad podríamos seguir.

−Isaac no te confundas, esto lo hacemos para comprobar que la fusión es real y dejarlo registrado –dijo Derek alejando a su musculoso compañero−. Recuerdo que en esa ocasión sentía mucha adrenalina, probablemente si hacemos algo más fuerte.

−No recuerdo muy bien las pasiones carnales pero si te refieres al sexo, debo recordarte que soy virgen.

−Por dios no y yo también lo soy.

Tratando de aumentar los estímulos Derek se sentó sobre Isaac besándolo, sus labios lentamente bajaron al cuello mientras le desabrochaba la camisa.

−Acaríciame –le pidió.

−Dijiste que no siguiera haciéndolo.

−Me refería a lo que me haces en las mañanas, eso no es correcto –aclaro Derek−. Ahora déjate llevar, aumentemos nuestro ritmo cardiaco.

Siguiendo sus palabras Isaac lo acaricio, se dejó besar por todo el cuerpo apasionadamente y sin darse cuenta terminaron quitándose los pantalones. Al juntarse nuevamente sus labios la pasión los quemaba, Isaac estaba tan excitado que termino sacándose la ropa interior, dándole a ver su enorme erección.

−Guau… no sabía que alguien pudiera tenerlo tan grande –admitió Derek sonrojado por completo.

Isaac lo termino sometiendo, besándolo lentamente hasta quitarle la ropa interior y luego lo dio vuelta. Sin recordar lo que era una penetración imito lo que hacía en las mañanas, haciendo gemir al pobre Derek.

−Detente –le pidió−. Los collares no reaccionan y esto no es correcto.

−No puedo. En toda mi vida jamás había tenido tantas ganas de hacer algo, eres un manjar demasiado delicioso –le decía acariciándole el trasero, con su imponente cuerpo Isaac podía hacer lo que quisiera−. A medida que entro quiero más, eres como una droga hecha para mí.

Entre gemidos de placer Derek se dejó llevar, aquel acto en verdad era como una droga para ellos.

−Isaac… no quiero que sea de esta manera –le dijo gimiendo−. No estoy listo…

Con un gesto entre incomodidad y comprensión Isaac se detuvo.

−Lo siento, yo… e… ¿Cuenta cómo sexo?

−Cuenta como porno, las cámaras y el celular estaban grabando, idiota –dijo Derek, corriendo a borrar todo.

−Lo podemos repetir, digo… se sentía muy bien.

−Isaac, yo nunca estado con un hombre, ahora mi trasero arde por culpa de uno que conozco hace poco y sinceramente… admito que eres muy atractivo, tienes un cuerpo increíble, pero para lo que estábamos haciendo se necesita más tiempo.

− ¿Eso es un sí?

−Solo vístete, voy a preparar el almuerzo y buscaremos información de las fusiones.

Después de comer Derek se sumergió en la lectura, en internet no encontró nada relacionado a fusiones de cuerpos y tampoco sobre el collar. Dormir juntos desde ese evento fue un poco más incómodo, a los dos les gustaba estar juntos y eso les daba vía libre para terminar durmiendo abrazados.

En varias ocasiones Isaac trato de penetrar a su compañero de cama, este conociendo sus trucos lo golpeaba cada vez que lo intentaba.

−Solo caricias o terminaras en el sillón –le advirtió.

−¿Te dolió mucho?¿Por eso no quieres que vuelva a pasar?

−Lo hemos hablado, no estoy listo y no cuenta como sexo mientras tú no metas un gol.

− ¿Qué significa eso?

−Solo mantente fuera de mi portería.

La pasión era difícil de controlar para Isaac cuando le pedían besos, caricias y todo para un experimento. En su mente aquella sensación de placer lo agobiaba, quería el cuerpo de su compañero sin limitantes, no optante también quería que él lo quisiera.

− ¿En qué piensas? –pregunto Derek al verlo incómodo después de un beso.

−Tú me gustas, de verdad me gustas –se declaró con una mirada de tristeza−. Eres tierno, cocinas rico, hueles a flores, desde que te conocí mi vida es perfecta y no sé cómo llamar tu atención.

−Isaac…

−Lo sé no debo confundirme, quieres fusionarte y no me molesta –dijo apretando su mano−. La verdad, si me molesta. Quiero tenerte y no por un collar si no porque tú quieras estar conmigo.

−De acuerdo –dijo sonrojado Derek−. Te mentiría si te dijera que no me gustas, la verdad si no fuera así, te hubiera echado en tu primer intento de violarme.

Guiados netamente por querer estar juntos se besaron, las palabras sobraron al igual que la ropa. El calor de sus cuerpos desnudos aumento cubriéndolos por completo, los collares reaccionaron al deseo de estar juntos creando un fuerte brillo que ilumino el cuarto.

Al terminar el brillo yo nuevamente había aparecido en el mundo, mis mentes estaban más apacibles en esta ocasión, logrando tener conciencia completa de dicho acto. Sin mostrar muchas emociones me acerque al espejo, mi piel era clara, mi cabello de un rubio muy oscuro y mis ojos tenían una tonalidad azul petróleo.

−Eres, somos, soy. Si creo que es soy –decía mirando mi brazo.

Mis músculos eran tan macizos como los de Isaac, mi altura era de uno ochenta y no parecía tener nada fuera de lugar; los collares también se habían unido en uno, estos tenían la forma de un yin yang de oro puro.

−Genial, ¿cómo volvemos a la normalidad?

Sin comprender mucho busque ropa para no andar desnudo, los pantalones de Derek me quedaban apretados, haciéndome forzar la pierna hasta el punto de crear fuego.

− ¡Fuego! –exclame notando que no me quemaba.

Al presionar con brusquedad mis músculos liberaba ráfagas de fuego, impresionado por esta habilidad arroje varias patadas quemando los muebles. Asustado por mi casa mi mente dolió, una parte estaba preocupada y la otra intrigada.

Al no decidirse las dos mentes se dividieron literalmente, de un brillo terminaron cayendo al suelo Isaac y Derek.

DisaakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora