Lo mejor siempre pasa por la noche

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Viernes, 15 enero

— Buenos días chiquitaja.– Como cada mañana, todos nos despertábamos al son de la música que actuaba como alarma. Quizás penséis: "¡Que guay que os despierten con música!" Bueno, al principio era interesante y divertido, pero al fin y al cabo una alarma es una alarma, y a nadie le gustan eso.

—Buenos días grandullón.– Respondí a Javy que se encontraba detrás mío esperando a que me terminara de hacer una coleta para poder darme un abrazo.
Javy es un bebé, adoro sus abrazos y lo adoro a él.

Me vestí con mi ropa deportiva y me dirigí al comedor para desayunar. La mayoría ya había terminado, así que me senté en una mesa poco habitada con Flavio y Anne.

—Buenos días.– Dije sentándome al lado de Flavio.

—Menuda juerga que tenías anoche.– Me dijo Flavio con la cabeza apoyada en su mano.

—Ay no, ¿Te molestamos?– Anoche, Eva y Samantha y yo habíamos estado en mi cama desvelandonos prácticamente toda la noche. Empezamos a hablar y a hablar, y para cuando nos dimos cuenta, ya eran más de las tres de la madrugada.— Joe, perdón. De verdad que pensábamos que estabas dormido, es que no hacías ni un solo ruido.– Flavio seguía mirándome en la postura de antes con una media sonrisilla.— Pero habernos dicho algo, o mejor aún, haber subido con nosotras.– No olvidemos que duermo encima de Flavio.

—Lo siento, prefería escucharlo todo desde abajo.– Su sonrisa se ensanchó del todo y yo me pretrifiqué. En un momento de la noche habíamos estado hablando de él. Anne creo que sintiendo que sobraba en esta conversación, se fue con Rafa a la terraza.

— Un momento, un momento, ¿Que es exactamente lo que oíste?

— Nada, cosas muy bonitas sobre mí.– A pesar de la leve incomodidad proporcionada por mi parte, en ningún momento rompimos contacto visual. Él me miraba pícaramente y yo estaba más roja que un tomate.

Me sentía muy tonta, anoche debímos haber tenido en cuenta que el dormía debajo mío, pero desde luego con lo último que contábamos es con que estuviera despierto a esas horas, y mucho menos, con que estuviera escuchando.

A ver, no es como si le hubiéramos jurado amor eterno, pero sí que dijimos ciertas cosas que ni de broma nos atreveríamos a decirle en persona, sobre todo Samantha y yo. Para ponernos en situación, aquí vienen ciertas cosas que dije: "Es que esa voz pone caliente hasta a las piedras", "La verdad es que desde el primer momento en que le oí cantar durante los castings me fijé en él", "Es que cuando toca el piano, tan pronto quiero abrazarle y decirle que es un bebé cómo que me apetece comerle la boca"

— Ay Fla, que verguencita.– Dije mientras me escondía detrás de mis manos. Lo mejor sería que Samantha no se enterara de esto, por que ella también dijo sus cositas y con lo dramática que es igual le da un chungo .

—Mujer, que da igual, si a mí esto me sabe genial.— Dijo mientras se levantaba orgulloso y se dirigía a abrazarme. Me levanté y escondí lo cabeza en el hueco de su cuello, dado que me pasaba ocho cabezas.

—Esta noche te voy a poner a parir, para que se te bajen esos humitos.– Le dije melosamente, aún en el hueco de su cuello.

Me quede ahí durante unos segundos, disfrutando de la calidez que siempre daban los abrazos de Flavio, hasta que una alarma hizo que los dos nos sorprendieramos.

—Ostia tío.– Dijo Flavio apartándose rápidamente de mi.

—Corre Flavio, ¡Corre!– Nos fuimos corriendo a la clase de Cesc, siempre nos hechan una bronca tremenda cuando llegamos tarde, incluso Noemí nos ha llegado a amenazar con no dejarnos entrar.

𝑾𝒂𝒍𝒌 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒘𝒂𝒚 |OT2020, tu historia|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora