Del odio al amor-¿Shawn o Cameron? 2

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El pánico comenzaba a correr por mi cuerpo, mi corazón latía cada vez más fuerte sintiendo un extraño zumbido en mi cabeza. Peter rondaba en mi cabeza una y otra vez, mis ojos comenzaron a humedecerse lo cual enseguida me hizo quebrar en llanto.

Había estado tanto tiempo en coma que había perdido el tiempo de estar con mi bebé, había sido mi culpa.

—Quiero verlo.—musité con lágrimas en la mejillas.

Mamá sacó el celular de su bolso para después mirarme.—Contactaré a Cameron, él de inmediato traerá al bebé.—la mire y la rabia enseguida me inundó.

—¡Ese maldito hijo de perra!—grite mientras mis ojos se volvían a humedecer.—¡Él no es el padre del bebé, es Shawn!—exclamé con fuerza.—Siempre fue Shawn.—Elina me abrazo.—¡Es Shawn!

—Hija tranquilízate.—mamá se acercó tomando mi mano.—Estás delirando, tienes medicamento en tu sistema. Aún no estás bien.

—¡No lo entiendes! Los meses coinciden con la última vez que estuve con Shawn. El bebé es de Shawn—mis ojos ardían y mi llanto cada vez se apagaba más.

—Hija...—mamá atrajo mi rostro al de ella y limpio mis lágrimas con sus pulgares.—Cameron hizo una prueba de ADN para estar seguros si el bebé era de él, el bebé es suyo.—mi mente quedó en blanco.

La tristeza llegó a mí, creía tener la razón. Creí que el bebé era de Shawn. Ahora me había dado cuenta que estaba equivocada, que todas las ilusiones de formar una familia con Shawn eran en vano.

—Llamaré a Cameron...—espetó mamá alejándose un poco de mí.

Mis ojos estaban perdidos en el borroso piso blanco, Elina sobaba lentamente mi espalda sin decir nada, tratando de darme consuelo estando ahí a mi lado. Por otro lado el doctor volvía a poner la intravenosa en mi mano.

—¿Cómo está Shawn?—cuestioné en voz baja volteando a ver a Elina.

—No lo sé..—contestó sin siquiera mírame a los ojos.

Trague con fuerza y me recosté sobre la camilla con suprema delicadeza, llevando mi mano a mi vientre sobando de él mientras recordaba los ligeros movimientos de mi bebé. Estaba tan acostumbrada a siempre tocarlo cuando emociones comenzaban a brotar dentro de mí. Ahora simplemente estaba vacío, sin mi pequeño Peter y sin mi Shawn quien solía también tocar mi vientre por las mañanas.

Ahora era cuando me arrepentía de la aveces en las que no quería nada con el bebé Peter, las veces que lloré frente al espejo cuando miraba mi barriga. Odiándome una y otra vez por haber quedado embarazada. Pero después, mientras crecía y la conexión de ambos se hizo cada vez más fuerte me hizo dar cuenta que tenía algo especial con mi pequeño Peter, con el amor de mi vida.

—Quiero ver a Peter.—murmuré entre dientes.

—Sí, en un momento.—contestó mamá mientras tenía el teléfono en su oreja.—Cameron no contesta.—esta vez miró a Elina.

—Yo misma iré a buscarlo.—intente ponerme de pie pero el doctor me detuvo.

—No, debes descansar. Tu cuerpo aún no está bien, necesitas comer y muchas vitaminas.

—Ya descanse por dos años y tres meses doctor, no necesito ni un segundo más estando aquí.—intente ponerme de pie pero de nuevo me detuvo.