16

617 69 8
                                    

"Pain"

—¡Tienes que escoger a uno de los dos!—exclamó Shawn frente a Cameron.

—No puedo—niego con la cabeza mientras cargaba a un bebé entre mis brazos.

—Claro que puedes, solo di mi nombre y seremos felices cuidando a nuestro bebé—dice Cameron abrazándome de un costado.

—¡Nunca serás feliz con un idiota como Cameron!—se interpone Shawn separando a Cameron de mí.

—¡El idiota eres tú!—contraataca Cameron con el entrecejo fruncido.

—¡Cállense! No voy a escoger a ninguno de los dos, ambos son unos completos estúpidos.—digo en tono alto logrando captar las miradas de ambos chicos en mí.

—Si no me escoges a mí te quitaré al bebé.—murmura Cameron mirándome con seriedad.

—No, es mío—niego sin aliento retrocediendo lentamente hacia atrás.

—Lo hicimos los dos, acaso no te acuerdas lo bien que no la pasamos haciéndolo sobre mi cama.—murmura Cameron en un tono seductor mordiendo su labio inferior.

Volte a ver a Shawn quien tenía la miraba perdida en el piso.

—Ya escoge de una maldita vez a quién quieres—murmura Shawn serio.

—Para ser sincera, yo quiero a mi bebé con su verdadero padre—digo observando cómo Cameron sonríe—pero también quiero lo mejor para mí y el bebé con alguien a quien sí le importa nuestra felicidad.—digo mirando a Shawn.

Me pierdo en su mirada observando cómo sus ojos se iluminaban gracias a la luz del atardecer, sus mejillas estaban ligeramente rosadas al igual que sus labios. En un abrir y cerrar de ojos mi bebé se me fue arrebatado por Cameron. El atardecer desapareció tornándose completamente oscuro, dándose a ver en el cielo simplemente la luna con pocas estrellas a su alrededor.

—Vete con Shawn pero el niño se quedará conmigo—espetó Cameron teniendo al bebé entre sus brazos.

—¡Dame a mi bebé!—exclamo con enojo tratando de agarrar al bebé pero se me hacía imposible poder acercarme a él.

Nuestro querida, no es solo tuyo.—remarca la palabra 'nuestro' mientras sonreía maliciosamente para después desaparecer a través de la neblina que apareció sin siquiera darme cuenta.

—¡Mi bebé!—me tire sobre el pasto llorando desconsoladamente.

Era una sensación que no podía describir, me sentía sola con el corazón roto. Me había dado cuenta que al que debía escoger desde un principio era a mi bebé y no a nadie más que a él, estaba enamorada de mi bebé. Y perderlo era el peor sentimiento que una madre puede vivir cuando su bebé se le es arrebatado.

—¡Mi bebé!—grité despertándome levantándome de un brinco. 

Elina se despertó asustada mirándome con un gesto de angustia, me senté sobre la cama sintiendo el sudor de mi frente correrse, mis manos estaban temblando y podía sentir mi corazón latir a mil por hora, lleve ambas manos a mi rostro frente a mis mejillas limpiando de ellas cada resto de lagrimas que había llorado.

Del odio al amor-¿Shawn o Cameron? 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora