32

596 61 32
                                    

—¿Enserio alistaste la maleta para el bebé? Falta un mes y tres días o 2 semanas no lo sé.

—Mira hermana boba, ni siquiera has ido con la ginecóloga para que te programe el día del nacimiento de pepe shawni. Así como dice la canción del anuncio; más vale prevenir.

¿Pero qué canción?

—Cómo sea, hay que estar alertas. Yo estoy cuidando de ti mientras Shawn está en Toronto, yo mando, me lo agradecerás después.

Sonreí al ver que Aaron estaba emocionado por el nacimiento de el pequeño pepe Shawni como él le dice.

...

Mientras tanto me encontraba en la sala escuchando las risas provenientes de la cocina de Connar y Aaron, sin duda la estaban pasando demasiado bien. El timbre se escuchó por toda la casa haciéndome girar a la puerta, tenía pereza ponerme de pie y abrir para mirar de quién se trataba, el timbre siguió haciendo su ruido molestoso hasta que salió Aaron de la cocina.

—¿Acaso no escuchas que alguien está afuera tocando el timbre?—pregunta con fastidio dirigiéndose a la puerta mientras yo me podía de pie.

—Sí, solo quería que tú abrieras. Te espero en la cocina.—le guiño el ojo adentrándome a la cocina.

Connar estaba lavando unos platos, ella al escuchar mis pisadas se volteo a verme mostrándome una ligera sonrisa. Sonreí forzadamente.

—Parece que ya vas a parir.—murmura Connar sin siquiera mirarme.

—Gracias por el cumplido.

—No, no lo mal intérpretes. Es solo que te veo tan cansada.

—Lo estoy, me duele horrible la espalda, los pies, y el cuello.

—¿Quieres que te ayude en algo?

¿Y a esta qué le picó?

—Tal vez una ducha te ayude a relajarte, ¿quieres un poco de té?

—Si estás pensando en querer ducharte conmigo, olvídate de eso. Y sí, sí quiero el té por favor.—tomo asiento en la silla más cercana que se encontraba a mí.

—Aaron todo el tiempo esta preocupado por ti, y para serte sincera también me preocupa—dice sirviendo agua caliente en una pequeña taza.

—Todavía falta un mes para preocuparse, por favor no gasten sus energías.—Connar ríe.

—Deberías decirle eso a Aaron.

—Se lo dije...—digo mirando cómo Connar colocó el té frente a mí.—¿Qué te parece hacerle una broma?—pregunto en un susurro.

Connar sonrió alzando una ceja.—Me parece una magnífica idea.

Aaron entra a la cocina junto a Elina y Emma.

—Vaya inesperada visita—digo en broma mirando a Elina acercarse a besar mi mejilla.

—Acostúmbrate, ya no te podrás deshacer de mí.—Saluda a Connar y después toma asiento.

—Que lastima escuchar esa mala noticia.—bebo un pequeño sorbo de té.

Emma hace lo mismo que su hermana mayor siguiendo cada uno de sus pasos.

—Bien, serviré la cena.—musitó Aaron.

Él junto a la ayuda de su novia empezaron a servir la cena mientras yo platicaba con Elina y Emma de lo aburrido que fue mi día.

—Quería saber si tenías tiempo de venir de compras el sábado por la tarde dentro de una semana. Y después ir a cenar.—me preguntó Elina mirándome a los ojos.

Del odio al amor-¿Shawn o Cameron? 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora